La Renuncia en una Foto
Asdrúbal Romero M. (@asdromero)
Domingo 21/02 7:00 am. Demasiado
temprano para mis hábitos domingueros pero las pesadillas sobre el país me han
corrido de la cama. A través del Whatsapp leo un mensaje que me ha enviado una
querida amiga, una noticia: “Monseñor Ovidio Pérez Morales pide a Maduro que
renuncie”. Otro en el chat del Tren: “Reportan problemas a esta hora en San Juan
de los Morros”, enviado a las 9:12 pm, con una imagen fotográfica contentiva de
varias fogatas prendidas a la entrada de esa ciudad por los vecinos. ¡Un sábado
en la noche! Ya no contienen su rabia, llevan dos días sin servicio eléctrico y
ocho sin agua. Dos señales muy disímiles de una misma crisis que nos sitúa al
borde del colapso.
Decido, entonces, dejarme
llevar por el impulso de escribir. Lo haré sobre una foto que no se ha tomado pero
que yo llevo en mi mente desde hace ya
varias semanas. Apenas el viernes, me atreví a describírselas a los asistentes
a un evento organizado por el Observatorio Venezolano de las Autonomías, preguntándoles
después, en un tono poco calmado, si acaso era demasiado exigirle a la fantasía
una foto como esa. Se las describo.
Eduardo Fernández; Oswaldo
Álvarez Paz; Claudio Fermín; Andrés Velásquez; Omar Barboza, en representación
de Manuel Rosales; Henrique Capriles Radonski, todos ellos ex candidatos
presidenciales, son parte de la foto de
un grupo de personalidades que se dirige al país. También lo integran: Henry Ramos
Allup, Presidente de la Asamblea Nacional; Julio Borges; Lilian Tintori; Mitzi
de Ledezma; María Corina Machado; Cecilia García Arocha en representación de los
rectores universitarios; Henry Falcón; Gerardo Blyde en representación de los
alcaldes; Froilán Barrios en representación de los movimientos sindicales y dos
representantes de las Academias Nacionales. Se me ocurre que éstos pudieran ser:
el Dr. Duque Corredor, muy activo en sus funciones dentro del Bloque Constitucionalista,
y Pedro Palma, una autoridad en materia de economía –pudieran ser otros pero son
ellos a los que visualizo en la foto de mis fantasías-.
Es una foto de un liderazgo
muy plural en una diversidad de dimensiones. Se han reunido para dirigirse al país
en un tono cónsono con la gravedad de la crisis que aqueja al país. ¡Ya no hay
tiempo para más espera! Le piden al Presidente Maduro que renuncie por el bien
del país y que, en su renuncia, ponga lo máximo de su parte para facilitar la estructuración
de un gobierno de transición, inclusivo de los sectores que él representa y que
se sientan llamados a colaborar en esa búsqueda de una salida para tan trágico
atolladero.
Le hablan al país con
datos fehacientes del inminente colapso y convocan al pueblo para que, en una
fecha previamente acordada, les acompañe en una vigilia a realizarse en las más
importantes avenidas de todas las ciudades y pueblos de esta atribulada Venezuela.
¿El objetivo de ese histórico evento? Convertir en clamor popular la solicitud que
le han presentado a toda la nación.
Algunos dirán que es una ficción
plagada de excesivo candor. Quizás lo sea, pero la candidez con la que se asuma
la búsqueda de una vía de salvación puede conducirnos al retrato más puro de lo
que se demanda en esta hora tan crítica. Luego la realidad se encargará de
decirnos lo que es lograble. Pero se requiere una foto como esa, que transpire una
unidad que ha sido invocada por la gravedad del paciente: el país se nos va de
las manos. El pueblo sabrá interpretar en su justa medida la gravedad del diagnóstico,
por lo distinguida en su diversidad de la Junta Médica que se lo comunica. Sabrá
que el tiempo para más improvisaciones se ha agotado y que se requiere un
viraje drástico del timón. Que quien está al frente ya ha demostrado que no sabe
cómo darlo y que debe dar paso a otros. Que su salida es necesaria.
Soy optimista al pensar
que el liderazgo reunido en esa foto imaginaria, puede lograr que toda Venezuela
tome consciencia de la necesidad de apoyar con su masiva presencia una salida
pacífica. Porque si no lo pudiese, que Dios nos agarre confesados. Hay que reivindicar
el precioso valor de una cultura del candor en el ejercicio de la Política por
estas tierras. Si usted, lector, se atreve a soñar con el mismo candor que yo he
asumido plantear por escrito esta petición a ese reparto tan estelar de nuestra
dirigencia, hágase eco de la misma y multiplíquela. A los miembros de ese
reparto se les reconocen los liderazgos individuales que ejercen sobre
diferenciados sectores del país, pero en el amalgamiento de esa conjunción tan
variopinta de tales liderazgos reside la fuerza. ¡Una foto como esa es urgente
y necesaria!
Buenos días soñador, inició compartiendo ese sueño, agregándole que ojalá prive la sensatez en muchos gobernadores u alcaldes que deben tener una fotografía de la cruel realidad que tenemos y que será de pánico en un futuro muy cercano, otro sería soñar que un grupo importante de venezolanos militares también hablarán de esa realidad, pero como que serían muchos sueños.
ResponderEliminarExcelente, magnífico.
ResponderEliminarDisculpa hermano, pero ese señor no está en condiciones de aceptar cualquier petición de renuncia, aun cuando en el fondo de su ser lo deseara, porque está atrapado entre tres hitos: el legado de Chávez, que no sirve para nada y él en una de sus representaciones; la promesa de Hugo de atracarnos en los muelles del mar de la felicidad cubano y las últimas raspadas de olla. Por lo demás, lo sustituyen ¿Por Quien?
ResponderEliminarAsdrubal..., la foto de tu sueño no es difícil de conseguir. Yo creo que hablando con ellos se puede conseguir que todas esas personalidades se reúnan y saquen un documento pidiendo rectificación en el gobierno, o pidiendo la renuncia de maduro. Todos ellos han demostrado amor por Venezuela.
ResponderEliminarEl problema no son ellos, el problema es el gobierno y especialmente los militares. A nuestros militares, todos sin excepción, no les importa Venezuela, a ellos solo les importa seguir robando. Algunas personas que pertenecen al PSUV están de acuerdo que maduro salga, pero a los militares no. Ellos se están llenando. Por eso cada vez que veamos a un militar en la calle, en un restaurant, en cualquier sitio, debemos retirarnos y hacerles saber que nos podemos contaminar al estar cerca de ellos.
Un saludo
Distinguido Dr. Romero, quisiera opinar de manera formal a su sueño, sin embargo, recurro al escritor hondureño-Guatemalteco Augusto Monterroso, de basta obra literaria, ganador de muchos premios entre ellos El Príncipe de Asturias, que se recuerda por un cuento corto-micro ficción "Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí" este cuento y como se trata de un sueño, no hemos despertado y el dinosaurio todavía està allí, se niega a renunciar. Saludos.
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