miércoles, 15 de julio de 2009

El Decanato de Ingeniería publica su boletín informativo

Felicitaciones al equipo directivo de la nueva gestión decanal de la Facultad de Ingeniería. Siendo consistentes con lo que prometieron en la campaña electoral, han publicado el primer número de "EL DECANATO INFORMA", el nuevo boletín informativo con el que pretenden desarrollar una política comunicacional, que se aspira sea bilateral, hacia los miembros de la comunidad de esa facultad y de la Universidad en general.
Una buena señal, un buen augurio para una gestión que se inicia afrontando la descomunal crisis que aqueja a la Facultad de Ingeniería. No será fácil, pero hay ideas y deseos de hacerlo bien.
Queremos incorporar a este blog: el texto completo de un pequeño pero incisivo artículo incluido en este primer número.


Crisis Presupuestaria: ¿Moneda de dos caras?


Ante la reducción del ingreso petrolero, el Ejecutivo Nacional optó por la aplicación de un recorte lineal en partidas del presupuesto 2009 directamente vinculadas al gasto social, sin que se evidenciara la realización de un análisis exhaustivo de la forma cómo se viene distribuyendo el gasto público, conducente a una verdadera racionalización presupuestaria en la que se aplicara la tijera con mayor ahínco en áreas de gasto menos prioritarias.
Las universidades públicas son algunas de las instituciones más severamente afectadas por el recorte aplicado. En el caso específico de nuestra facultad, la crisis se manifiesta en el hecho de haber recibido en todo lo que va de año de la administración central: apenas treinta dos mil bolívares fuertes para gastos de funcionamiento. Sin el auxilio de los recursos aportados por la EPDT, esta administración decanal no hubiese podido atender varias de las emergencias que le correspondió afrontar iniciándose nuestro período. Sin embargo, no es posible seguir consumiendo nuestros ingresos propios a un ritmo superior al que la experiencia de los últimos años nos indica podemos generarlos. Por ello, es inevitable que manifestemos nuestra preocupación respecto a la problemática presupuestaria de la UC, máxime cuando existe un consenso entre los expertos sobre la prolongación de una recesión económica internacional que mantendrá a la baja el precio del principal producto de exportación del país.
Así como criticamos al Ejecutivo Nacional en su política de reformulación presupuestaria y creemos que debe ser sostenido con firmeza un frente externo que le haga entender al Gobierno: que no se puede desacelerar la actividad académica sin afectar el futuro de la Patria; que la juventud estudiantil y los trabajadores universitarios no pueden ser tratados sin especial consideración, ya que representan una parte importante de los activos humanos del país. Consideramos también: que a lo interno de la UC es menester utilizar una lupa diferente a la usada hasta ahora para analizar el presupuesto de la Institución. Debe acometerse lo que el Ejecutivo Nacional no hizo en su ámbito de responsabilidad: revisar exhaustivamente nuestra estructura de gastos para recortar en lo menos prioritario bajo el criterio de salvaguardar al máximo la atención a la Academia.


UN COMENTARIO NUESTRO Y UNA DENUNCIA


Interpretamos el contenido de este artículo como un desesperado llamado de atención a las Autoridades Rectorales. Las facultades, con sus departamentos y cátedras, son los verdaderos epicentros de la actividad académica, y no pueden ni deben ser ellas las que soporten el mayor peso de las restricciones presupuestarias. Un manejo austero y racional de la crisis debería implicar también sacrificios para la Administración Central. No puede ser que, mientras a una facultad que maneja doce mil alumnos en lo que va del 2009 apenas se le entreguen treinta dos mil bolívares fuertes para su funcionamiento, la Universidad celebre el Día del Periodista con una fiesta cuyo costo puede haber sido superior a ese monto -sólo la contratación del humorista que trajeron desde Caracas costó quince mil bolívares fuertes-. Se nos dijo, a manera de excusa, que todo había sido organizado en base a donaciones. Aceptando esto como cierto, ¿por qué no haber canalizado todo ese esfuerzo de captación de donaciones con el objetivo de resolver algunos de los innumerables problemas que están afectando severamente a la actividad académica?

miércoles, 8 de julio de 2009

Documento ex rectores de la ULA

Creo que es una muy buena noticia para la universidad venezolana el que la Asociación Venezolana de Rectores (AVERU), las asociaciones gremiales en el ámbito nacional (FAPUV, FENATESV, FENASIPRUV, etc.) y la asociación que aglutina a las diversas federaciones de centros estudiantiles (FCUs) hayan constituido el FRENTE NACIONAL UNIVERSITARIO DEMOCRÁTICO PARA LA DEFENSA DE LA AUTONOMÍA UNIVERSITARIA.

El paro de este jueves 9 de julio es una primera acción decretada por este frente. Pero más allá de los aspectos concretos de la lucha, a continuación les transcribimos un documento conceptual presentado en la reunión de constitución del frente por varios ex rectores de la Universidad de los Andes el cual compartimos plenamente.


DOCUMENTO PRESENTADO POR LOS EXRECTORES DE LA ULA

José Mendoza Angulo, Genry Vargas y Miguel Rodríguez


Elementos para definir una conducta política institucional de los universitarios en la actual coyuntura nacional.


La universidad venezolana enfrenta, otra vez, una grave encrucijada histórica. La gravedad, en las presentes circunstancias políticas que vive Venezuela, se expresa en el hecho de ser la Universidad, por definición, una institución democrática que debe desarrollar sus actividades y mantener relaciones con un estado que, en la actualidad, por su concepción y sus ejecutorias, ha dejado de ser democrático. Ese estado, sin embargo, no puede impedir todavía la totalidad de las expresiones democráticas reconocidas por nuestra sociedad. Entre estas expresiones figura, en lugar destacado, la democracia universitaria. Su marco jurídico regulador precedió, incluso, el referente constitucional sobre el que se edificó el conjunto de instituciones de la democracia venezolana restablecida en 1958. Más aún, constituye un acervo espiritual invalorable la práctica democrática de un co-gobierno de profesores y estudiantes, con ideas distintas y hasta contrapuestas, bajo el que han podido convivir y sentarse, en torno a la misma mesa de trabajo, representantes de las ideas y políticas oficiales y opositores trenzados en la calle y en la propia universidad en serias confrontaciones políticas. Esas confrontaciones probablemente han perturbado, por momentos, pero no impedido el progreso de la ciencia en Venezuela, la formación profesional de millones de compatriotas y la identificación, en sus departamentos y laboratorios, de ingentes problemas nacionales y de sus soluciones. Ahora bien, lo cierto es que esta concepción y esta práctica histórica resultan gravemente alteradas cuando en la vida del país se ha impuesto el control personal de quien ejerce el poder sobre las instituciones sociales y sobre la propia sociedad.

No obstante, estamos muy lejos de creer que la universidad venezolana del presente sea una institución perfecta. Primero, porque una universidad no se termina de configurar nunca. La ciencia no es algo acabado o un dominio del espíritu humano con límites y los requerimientos crecientes, por parte de la sociedad, de personas cada vez mejor calificadas, son necesidades que aumentan sin cesar. Segundo, porque la crisis es la forma de vida universitaria por antonomasia. La ciencia se cuestiona a sí misma, el conocimiento nuevo está en lucha constante con el viejo; los estudiante someten a la crítica permanente a sus profesores, y la comunidad universitaria vigila y examina con rigor a quienes la dirigen. Tercero, porque la universidad no es una isla. Ella no se concibe sino en relación permanente con la sociedad y con el estado, así como con otras instituciones similares, y esas relaciones originan demandas y plantean retos que determinan una dinámica imposible de detener. Más de una vez a los universitarios nos ha faltado la visión, el coraje y la determinación para revisarnos a nosotros mismos y a nuestra institución, porque también hay fuerzas conservadoras adentro y en la periferia de la universidad, pero inequívocamente han sido factores de retroceso, generadores de mayores traumas, los intentos de quienes han pretendido, desde afuera, convertirse en transformadores o en salvadores de la universidad.

Desde esta perspectiva conceptual estimamos que puede adelantarse un intercambio de puntos de vista alrededor de aspectos como los siguientes:

• La defensa de la universidad debe hacerse, fundamentalmente, a partir de sus propios logros académicos y estos deben ser conocidos y divulgados hoy con más fuerza que nunca.

• Encerrar la defensa de la universidad en el acoso presupuestario del gobierno es una manera de renunciar a los más poderosos argumentos que tiene la institución.

• La defensa de la universidad debe ser asumida como un proceso inteligente. Esto significa, en nuestra opinión: salirle adelante a los problemas en lugar de dejarse rebasar por ellos; colocarlos en una perspectiva que trascienda lo meramente coyuntural; no negarse a discutir las críticas y demandas de los entes oficiales ni de quienes sean sus representantes legales o políticos en el seno de la universidad; asomar salidas a los problemas de la institución, y acometer la defensa de la Universidad con la fuerza ética que da hacerlo desde los principios de la libertad, la pluralidad y la tolerancia que son los fundamentos de la democracia y de la autonomía.

• La poderosa herramienta de la moderna tecnología de la información debe ser convertida en el instrumento esencial (y probablemente más barato) de la defensa de la universidad.