miércoles, 31 de octubre de 2012

Disculpen la insistencia


¿Quién defiende a la clase asalariada?

Asdrúbal Romero M.

"Capriles y Rajoy" es el título de un artículo que me prometí escribir y no cumplí. Ya para ese momento de la campaña, mi escepticismo sobre la posibilidad de una victoria de las fuerzas democráticas había sido vencido; desestimé las mediciones de encuestadoras serias y preferí, como muchos, sumergirme en la esperanza de un mágico Tsunami electoral. Me imaginaba pues, a Capriles teniendo que confrontar la severísima crisis de las finanzas públicas que había heredado de Chávez; al pueblo, no entendiendo que lo que estaba ocurriendo era consecuencia del errado modelo económico de su amado líder y pidiendo a gritos su regreso, mientras que los índices de popularidad del novel presidente descendían como en un ascensor de la Casa del Terror. Pésimo escenario me decía a mí mismo, porque así Venezuela nunca encajaría la tan necesitada lección que nos hiciera aterrorizarnos a todos, en el futuro, de sólo pensar que se nos fuera a montar en el coroto otro mítico encantador de miserias.
Este último domingo (28/10), en el inciso dominical de Notitarde “Lectura Tangente”, Julio César Jiménez, a quien no tengo el honor de conocer, publica: “Lo peor que le pasó a Chávez fue ganar” y me sorprendí, muy gratamente, de ver reflejada mi horrible fantasía en las líneas de su excelente artículo. Recomiendo su lectura -https://bitly.com/TNf9UP+, también en el post anterior de este blog-. Aunque no considere totalmente exhaustivas sus hipótesis sobre el desenlace –pueden producirse otros-, lo interesante es el análisis para advertir del inminente colapso de las finanzas públicas de nuestro país, aspecto éste sobre el cual no voy a redundar. La venta de unas cuantas toneladas del oro de las reservas; el hecho que el dólar paralelo no pare de subir, más que el tráiler de una telenovela con final trágico –como el autor lo señala- es una evidencia de que al Gobierno ya se le está haciendo imposible prolongar su táctica de correr la arruga hasta que pasen las elecciones regionales. Así de grave será el problema que se nos viene encima, que ya no pueden tapar  los graves síntomas de su descontrol de la enfermedad. El 2013 será el año en el que la Caja de Pandora que este régimen ha venido gestando se abrirá con su nefasta carga para el común  de los venezolanos.
La devaluación está cantada, así lo nieguen millones de veces. Y no será tan pequeña como algunos economistas se atreven a pronosticar, a pesar de la casi negra opacidad en las cuentas públicas de este gobierno. La inflación retornará a niveles realmente preocupantes. Chávez, una vez más, intentará paliar la situación decretando, unilateralmente, aumentos salariales insuficientes que mantendrán el ritmo sostenido de empobrecimiento de nuestros ingresos. Por supuesto, también intentará seguir manteniendo a los sectores de los que ha dependido para su permanencia en el poder, en una burbuja de cristal con alimentos y servicios básicos altamente subsidiados. Y la clase asalariada: ¿Cómo se protegerá de lo que se le viene encima? Nótese que no me refiero tanto a una clase media en vías de extinción, sino al grueso sector de la población que por su desempeño laboral dentro de la economía formal, sea en una empresa privada o ente público, tiene como único ingreso un sueldo que lo ubica, hoy día, en los niveles C y D. Fue este sector, consciente de su progresivo empobrecimiento, quien votó mayoritariamente por Capriles en las recientes elecciones. Le pregunto a los líderes políticos de la Oposición: ¿Cómo se va a defender a la clase asalariada?
La interrogante es absolutamente pertinente. Gremios y sindicatos deberían ser los llamados a organizar la resistencia de los asalariados, pero se encuentran muy debilitados y desasistidos, disminuidos frente al magnífico poder gubernamental. Pongo por ejemplo, al sector universitario, sus salarios han llegado a niveles vergonzosos, pero FAPUV, la federación gremial que los agrupa, no se atreve a convocar un paro general –en el pasado hace tiempo que ya lo hubiese hecho- porque duda de que las bases profesorales atiendan unánimemente el llamado. ¿Y por qué? Por el miedo, el fantasma PDVSA ronda por sus cabezas. Y así los maestros y profesores dependientes del Ministerio de Educación, temen ser reemplazados por los ciento cincuenta mil desempleados que ha formado la Misión Sucre, aunque lo que buenamente puedan hacer sea piratear. Podemos continuar analizando otros sectores, la realidad va a ser similar. El aislamiento de los gremios los debilita.
Recuerdo cuando Acción Democrática,  como partido político, controlaba la mayoría de los asociaciones gremiales y sindicales de este país. Conformaban un temible poder de fuego opositor cuando dicho partido se encontraba fuera del gobierno, quizás algunas veces utilizado injustificadamente, pero, cuando recorremos la historia de todos esos años de políticas económicas desacertadas de los sucesivos gobiernos, uno debe reconocer que fue bueno para la clase asalariada que existiese ese poder laboral con coordinación política. Constituía un factor de equilibro, frente a las pretensiones gubernamentales de que fuéramos los asalariados los únicos paganinis de los platos rotos a causa del nefasto manejo del tema económico. El ejemplo está allí.
La MUD, por varios años, se ha abocado a resolver el tema de la unidad política, pero ya sólo eso resulta insuficiente. Le he escuchado a José Antonio Gil Yépez –en un par de conferencias- decir que la MUD ha fallado en el debido acompañamiento a las individualidades y sectores que han sido víctimas de este régimen. Comparto su opinión. La Oposición debe comenzar  a desempeñar un rol enriquecido con emprendimientos y estrategias que amplíen su espacio de acción. Debe comenzar a pensar, por ejemplo, en cómo acompaña a la clase asalariada de este país en la legítima defensa de su bienestar económico. Coordinar políticamente las acciones de gremios y sindicatos, ofreciéndoles un contexto de unidad y frente solidario, se hace absolutamente necesario cuando Venezuela se aproxima a un año en el cual: la Conflictividad Social Organizada estará, más que nunca, perfectamente justificada. Sería muy bueno para tal coordinación, contar con un líder legitimado por el apoyo popular pero…

lunes, 29 de octubre de 2012

Un artículo cuya tesis principal comparto

Del articulista: Julio César Jiménez
LO PEOR QUE LE PASÓ A CHÁVEZ FUE GANAR



Todos los venezolanos vivimos y sufrimos grandes problemas, a pesar de eso obtuvimos el resultado electoral ya conocido. Sin embargo, tenemos una situación que es prácticamente desconocida por el electorado, pero que en el fondo podría ser el mayor inconveniente del gobierno y de nuestra sociedad en un futuro no muy lejano. Se trata de la crisis de las finanzas públicas. Lo que ha sonado por allí es que se perdieron unas toneladas de oro y que el dólar paralelo no para de subir, eso es solo el trailer de una telenovela que puede tener un final trágico.
Nos dicen que Pdvsa produce aproximadamente 2.250.000 barriles de petróleo diarios, lo que no dicen es que:
1. Al menos 550.000 barriles de petróleo son para el consumo interno. Ha aumentado exponencialmente el parque automotor y los generadores con los que ponen pañitos de agua tibia al problema eléctrico usan gasoil; esos 550.000 barriles generan pérdidas porque el combustible que se produce con ellos es subsidiado para la venta interna o se usa directamente en las plantas generadoras de electricidad.
2. Al menos 400.000 barriles se van en los convenios China-Venezuela. Por si fuera poco, muchas de las transacciones petroleras y no petroleras con los chinos no se hacen con dólares o euros, se hacen con «Renminbi», bajo las leyes de esta nación. Con esa "moneda" y esos contratos solo puedes comprarles a ellos, porque es una moneda de circulación interna. Sepan ustedes que una de las cosas que ha potenciado el crecimiento económico chino es hacer transacciones internacionales en Renminbi, ya que recicla y acumula su capital interno, y permanece en bajo valor, porque el gobierno de este país oriental se reserva la tasa de cambio con respecto a las otras monedas de intercambio mundial.
3. Al menos otros 300.000 se van en los demás convenios operativos y comerciales -donde se incluye lo que se regala-, teniendo claridad en que todo el petróleo que se extrae en Venezuela es en asociación de Pdvsa con transnacionales y esa gente se lleva lo suyo de inmediato.
Como podemos ver, Pdvsa solo vende y cobra de manera efectiva aproximadamente 1.000.000 de barriles diarios a precio de la cesta venezolana. Esta es la causa del déficit en el flujo de caja de la estatal petrolera y de la poca reinversión. Agreguemos los recursos que Pdvsa destina a los programas gubernamentales y entenderemos por qué la principal fuente de recursos de nuestro país está en crisis latente.
¿Cómo se ha manejado esta crisis? Con una fórmula jurídica y económica brillante pero perversa, perversa porque solo agrava el problema. Les explico:
El problema del flujo de caja de Pdvsa es "subsanado" emitiendo bonos y pagarés en dólares, la gran mayoría son comprados por el BCV y unos pocos por sus acreedores y la banca privada. El BCV vende esos bonos a través del Sitme, son colocados por la banca privada y obtiene bolívares frescos por encima de la tasa de cambio oficial. A su vez, los acreedores y la banca privada colocan los bonos y pagarés con precios muy por encima de la tasa de cambio oficial de manera discrecional, el BCV paga en bolívares a tasa de cambio oficial a Pdvsa y con eso Pdvsa cancela gastos de nómina, pago a cooperativas y gastos corrientes, pero sigue retrasando pagos efectivos en dólares a contratistas y subcontratistas quienes costean parte de las obras a precio de dólar Sitme o paralelo. Mientras esto ocurre el BCV y Pdvsa pagan los intereses respectivos a los tenedores de esos bonos a la tasa de cambio oficial.
Este juego es posible con la ayudaíta del precepto de «Reservas Internacionales Óptimas», con lo que pueden mover moneda dura y oro de nuestras reservas internacionales a su antojo según las exigencias de mantenimientos de deuda, importaciones "estratégicas" y gastos corrientes del estado. En todo esto quien gana dinero es la banca mientras se profundiza el hueco fiscal.
En paralelo, el mundo atraviesa una crisis cíclica del capital:
Lo que comenzó con el colapso de la cartera crediticia inmobiliaria en Estados Unidos, removió luego los cimientos de la zona euro, trajo la primavera árabe, desencadenó la crisis en Libia, entre otras consecuencias ya conocidas.
Continúa la ocupación de Irak y Afganistán -para seguir destruyendo capital- a pesar de la promesa de cese de las guerras y ocupaciones que Obama hiciera en la campaña electoral para su primer mandato.
China sigue sin revalorizar su moneda.
Hay caída en el crecimiento económico mundial, con excepción de China, India, Brasil y las corporaciones de tecnologías de la comunicación.
Lo que nos interesa realmente es que las crisis del capital se inician con sobreproducción y caída de la tasa de la ganancia. Viene luego la destrucción de capital y las burbujas especulativas, caída en la producción, desempleo, recortes de los gastos nacionales, pero terminan con una caída de los precios de la materia prima. Como podemos ver todo esto ha ocurrido y está ocurriendo.
Nuestro asunto es que Venezuela solo vende materia prima, nuestra economía depende de la renta petrolera. Hasta los momentos Venezuela no ha sufrido el impacto de la crisis del capital porque no tenemos sobreproducción industrial -de hecho, casi no hay industria-, los precios del petróleo se han mantenido altos porque no ha habido sobreproducción petrolera, las guerras y revueltas en el mundo árabe generan incertidumbre en los mercados y no se potencia el aumento en la producción de combustible fósil en las monarquías árabes estables.
Lo cierto es que el estado venezolano no ha ahorrado nada de las grandes ganancias petroleras que hemos tenido en los últimos años, se ha hecho exactamente lo contrario, se han despilfarrado para preservar la estabilidad política de este régimen.
¿Por qué? Porque el gobierno recién reelecto se sustenta en un gasto público gigantesco, casi inauditable. Con el dinero de la nación se mantienen las misiones sociales, los subsidios al combustible, alimentos, insumos agrarios e industriales, una cartera crediticia tóxica -agraria, comercial y préstamos personales-, gastos inmensos en propaganda oficial, mantenimiento del sistema nacional de medios públicos y ayudas económicas personales por doquier (en efectivo, en electrodomésticos e inmuebles); a esto le sumamos el incremento significativo del gasto público en este año por la campaña electoral, donde el gobierno botó la casa por la ventana para asegurar su reelección.
Es decir, Chávez ha hecho todo esto con el ingreso de 1.000.000 de barriles de petróleo diarios y con las artimañas jurídicas y financieras para mantener a flote las finanzas públicas mientras las dilapida sin compasión.
¿Qué va a pasar en Venezuela cuando el BCV y Pdvsa tengan que pagar la deuda acumulada? ¿Qué sucederá si esto coincide con una caída de los precios del petróleo?
Las respuestas no son alentadoras, el gobierno de Chávez, y con él todos los venezolanos, afrontaremos una crisis económica, política y social para la cual no estamos preparados.
Tiene dos opciones, la primera es recurrir a los organismos multilaterales y aplicar una verdadera receta neoliberal al mejor estilo de CAP en el '89 de lo cual ya sabemos que ocurrió. La segunda opción es estatizar casi la totalidad del aparato productivo venezolano, generar dinero inorgánico e implementar una moneda de intercambio interno paralelo al Bolívar como lo es el Renminbi respecto al Yuan.
En ambos escenarios, y las posibles mixturas entre ellos, es imperante reducir y reorientar el gasto público, endeudarse más y con nuevos acreedores (Mercosur), reimpulsar su política de importaciones de forma más agresiva. No tendrá capacidad de invertir en los problemas de servicios e infraestructura que tenemos (salud, educación, vivienda, electricidad, agua, carreteras, etc.), deberá costear pasivos laborales con papeles del estado y lo peor es que no estará en condiciones de aumentar la producción petrolera. En cualquiera de los casos, las consecuencias serán más desempleo, mayores índices delictivos, menor calidad de los servicios públicos, reducción del aparato burocrático del estado, ajustes del tipo y modo de cambio.
Lo descrito es el germen para una revuelta social, el gobierno no va a tener capacidad de sostener el aparato clientelar y sus bases se van a rebelar, el vínculo emocional que tiene con la gente que lo apoya se fracturará. Ellos, como todos nosotros, vivirán en carne viva el impacto de la crisis económica con sus consecuencias sociales y políticas, y será Hugo Chávez junto a su gobierno quienes tendrán la responsabilidad política. Serán víctimas de todo el odio que sembraron, de las expectativas no cumplidas, de la desilusión por las esperanzas imposibles, de las armas que circulan por las calles. Tendrán que decidir entre mostrar su verdadera cara fascista y masacrar a un pueblo o abandonar el poder por la puerta de atrás y dejar que otro intente solucionar el desastre.
Por eso cuando me decían "Hay un camino" no me inmutaba, yo sabía que era una sandez, Capriles en la presidencia hubiera tenido que lidiar con este problema y en medio de la crisis los chavistas, junto a buena parte de los que hoy estamos en oposición, lo hubiesen desalojado del poder. Chávez -o uno de los suyos- hubiese regresado triunfante a "salvar a la patria" del desastre capitalista. Por eso es que nuestra derrota no me afectó en lo más mínimo, de ella nos quedó un buen aprendizaje, un crecimiento significativo y perspectivas para una agenda política seria.
La primavera venezolana no tiene fecha, pero se acerca. Aquí los "indignados" no serán pacifistas y el gran responsable será Chávez, no tiene escapatoria. Solo la muerte física podrá salvarlo de una muerte política tan desastrosa, lo peor que le pasó a Chávez fue ganar…
No saben cuánto me gustaría estar equivocado..

martes, 16 de octubre de 2012

Artículo sobre un desencanto


La controvertida decisión de Capriles


                                                                                                                                 
 Asdrúbal Romero M.

En toda democracia, el realizar actividad política opositora se considera necesario y respetable. En nuestro país se justifica, aún más, que se asuma el rol de hacer oposición sin cortapisas ni miedo de admitirlo. El régimen al cual nos enfrentamos requiere que esa oposición sea articulada y efectiva, lo cual demanda: planificación para el diseño de estrategias; capacidad para el dialogo y la concertación de esfuerzos de los diversos sectores políticos y organizaciones de la sociedad civil; acompañamiento a los sectores e individualidades nefastamente afectados por las políticas gubernamentales; coordinación y articulación de las actividades gremiales en todos los ámbitos; organización de las redes de acción política a nivel de las comunidades con la ambiciosa meta de cubrir todo el territorio; generación de un discurso político contundente, educativo y eficaz; en fin, una inmensa tarea organizativa donde queda mucho por hacer y que requiere, sobre todo, un liderazgo político nacional reconocido.  Creo que el candidato Enrique Capriles Radonski alcanzó, por su trayectoria y visibles logros en su sobresaliente campaña, ese sitial. Lo lógico y natural es que, de ahora en adelante, él asumiera ese rol de líder nacional de la oposición.
Lamentablemente, desde mi perspectiva, ha tomado una decisión que no le permitirá abocarse a dedicación extremadamente exclusiva a ejercer ese rol. Optó por regresarse a pelear por su gobernación. Que su decisión es valiente: sí, corre el riesgo de perder aunque sigue siendo, obviamente, el mejor candidato para mantener ese estado en manos de la Oposición. Muchos analistas coinciden en que si no se regresa, es muy factible la pérdida de Miranda y de la Alcaldía de Sucre. Aun admitiéndolo y viendo el desarrollo de la política nacional en un tablero de ajedrez, el probable sacrificio de una torre –tampoco puede darse como un hecho- es una opción a considerar si, a cambio, posicionamos una dama con una excelente movilidad para el ataque y la defensa. También muchos analistas políticos, algunos muy reconocidos internacionalmente, han señalado que era precisamente esa la pieza que nos hacía falta: un líder con reconocimiento nacional. A estas alturas ya estoy consciente que esta opinión es altamente controvertida, lo reconozco,  pero es importante que se sepa: mucha gente la está compartiendo. Porque no se explicite con un escrito como este nuestro desencanto, no se va a ocultar el hecho que el sentimiento está allí: a muchos la decisión de Capriles nos ha caído como un jarrón de agua bien fría.
Supongamos que gana la Gobernación, los que defienden su decisión argumentan que ello no será obstáculo para seguir desempeñándose como líder nacional. Permítanme poner esto en un estatus de grandísima duda, decir eso es desconocer el carácter profundamente absorbente del ejercicio de una gobernación como la de Miranda. A menos que abandone parcialmente sus funciones, en cuyo caso podría perder la confianza y el afecto de muchos que ya ha ganado. Me da la impresión que él no lo haría por la excelente ética de trabajo que nos ha demostrado, intentaría teledirigir hechos políticos en el ámbito nacional con una efectividad que se iría reduciendo a significativa velocidad. En el mediano plazo, habrá dejado un espacio vacío que otros competirán por ocuparlo y se repetirá un ciclo. Ya vivimos la experiencia de Rosales, aunque es justo decir que no hay comparación entre los niveles de aceptación y liderazgo que acopió Capriles, calificado por muchos como un auténtico fenómeno de masas, frente a lo que logró el ex gobernador del Zulia. ¿Acaso tenemos tiempo para seguir experimentado ciclos de liderazgo nacional temporal?
Hay otros argumentos que se han esgrimido que bien vale la pena comentar. Si no opta por la Gobernación correría el riesgo de desaparecer políticamente.  ¡Por favor! Ya Capriles tiene en su haber una trayectoria que le permitiría mantener su plena vigencia en el ámbito político sin necesidad de desempeñar cargo público alguno por los momentos. Por supuesto, dirigiendo a la Oposición como le corresponde, no yéndose a su casa. ¿Acaso Betancourt o el primer Caldera necesitaron ser gobernadores para convertirse en padres de nuestra democracia? O no vayamos tan atrás, un ejemplo más reciente: Leopoldo López, tiene tiempo fuera del “coroto”, pero se dedicó a recorrer el país y fundó una organización política que acaba de obtener casi medio millón de votos en unas circunstancias electorales bastante adversas. Creo, además, que este argumento insinúa una incorrecta vinculación entre el desempeño de un cargo de gobernador o alcalde  y la posibilidad de acceder a recursos públicos con fines de proyección política. Por otra parte, el ejercicio de las Gobernaciones bajo este régimen se ha convertido más bien en una situación de extremo riesgo político. Gobernaciones estranguladas presupuestariamente, ahogadas con deliberado propósito, que cada vez cuentan con menos recursos para atender las ingentes necesidades de sus pobladores. Progresivamente, el nivel de descontento laboral entre los trabajadores dependientes de las gobernaciones crece, sin que ellos parezcan comprender dónde reside la verdadera causa para que sus legítimas pretensiones de mejoras salariales no puedan ser atendidas. Los Gobernadores de la Oposición van a tener en estas elecciones que esmerarse en la elaboración de un buen discurso para estos trabajadores. Le va a ser muy fácil a los candidatos oficialistas, achacarles responsabilidad por sentidos problemas que no han podido ser debidamente resueltos, a causa de la devaluación sostenida de unos presupuestos erosionados por una inclemente inflación. Corren el riesgo también que de algún manejo presupuestario para atender un urgente problema, se derive un injusto proceso de enjuiciamiento y regresamos, así, a historias conocidas. Ser Gobernador en las circunstancias actuales es como ser una “torre” encerrada entre otras piezas del ajedrez que le impiden su movilidad. Capriles como un líder político, que seis millones y medio de venezolanos aprendimos a querer y respetar en este reciente proceso electoral, corre más riesgos de perder liderazgo político quedándose en la Gobernación, que los que correría de dedicarse a organizar la Oposición que se requiere antes los difíciles y oscuros tiempos que se nos avecinan. Pero esto ya es materia de otro artículo. 

sábado, 6 de octubre de 2012

Una protesta contra el abuso y el irrespeto


Sobre el pago de los intereses de prestaciones sociales

Asdrúbal Romero M.

Son muchísimos los aspectos que se podrían comentar sobre el tema, pero requeriría si no un libro al menos un cuaderno. Me voy a referir a uno solo, pero sumamente enojoso. Tiene que serlo para un ex vicerrector administrativo, que cuando asumió su cargo, por allá en septiembre de 1996, una de las primeras políticas que implantó en su gestión fue la del pago de las prestaciones sociales en estricto orden cronológico. Comprendimos en aquel momento, que resultaba humillante y enojoso que los docentes universitarios tuvieran que buscar una vía de influencia hacia la máxima autoridad rectoral que les hiciera posible cobrar lo que era un legítimo derecho laboral. Por supuesto que se tuvo el apoyo de Ricardo Maldonado como rector en su primera oportunidad, porque de no haber querido el Rector apoyar nuestra política, habría sido imposible mantenerla. Lo importante es que desde ese año, más nunca se vulneró en nuestra institución la política de aplicar el orden cronológico por fecha de jubilación en cualquier pago por concepto de pasivo laboral. Fue así como cobré las prestaciones sociales en 2005, cinco años después de haberme jubilado, y una primera porción de la deuda por intereses de prestaciones sociales en 2007, esperando confiada y, pacientemente, que se respetara mi lugar en mi cola. Ahora la función de cancelar dichos pasivos la usurpó el Gobierno -porque es realmente a cada institución universitaria a quien corresponde cumplir con sus compromisos laborales como ente patronal- y veamos qué está ocurriendo.
Primero, comenzaron diciendo que alterarían el criterio para el orden de la cola, ya no sería por la fecha de la jubilación sino por la edad. Reconozco que no estuve muy conforme con el cambio -un sentimiento natural en quien siente que la política tradicional le beneficiaba- pero decidí no exteriorizar opinión alguna, en respeto a los argumentos que pudieran esgrimirse en favor del orden cronológico por edad. El primer listado me pareció cónsono con lo anunciado. Luego se dijo que si algún beneficiario se encontraba en una situación de emergencia médica podía introducir una solicitud de urgencia en el pago. Muy loable, pero: es el tipo de política que se presta para el manejo discrecional -pensé-. Un día me llaman para preguntarme si ya salí en la lista. Respondo: no creo, si es por edad estoy lejos. Mi interlocutor me dice: pero Paris y Gianetto ya salieron en la lista -dos ex rectores de la UCV-. Supongo que quien me llamó estimaba que éramos contemporáneos, en verdad creo que son un poco mayores pero relativamente próximos en edad, por lo que me sorprendí de lo rápido que estaba avanzando el cronograma. Mis mecanismos de alerta se encendieron. Más, cuando me dice que la noticia de que los dos ex rectores habían cobrado había sido muy publicitada en VTV. A según, el Dr. Paris que  aparecía muy feliz y agradecido mostrando, orgullosamente, su petrorinoco. Mis niveles de suspicacia se incrementaron. ¿Qué hace un sector político en estas circunstancias de reparto cuando quiere favorecer a su clientela? Desbarata la transparencia del proceso y le paga a unos figurones del bando contrario para mimetizar su operación. Comprensible entonces que mi paranoia, como dijo un simpatizante del oficialismo en facebook, se activara. Dice otro amigo, en la misma red social: piensa mal y acertarás. Y la última lista publicada me aporta la certeza para decir que sí acertamos. Veamos mis razones para denunciarlo.
Están saliendo en las listas, profesores de menor edad que la mía, así que el cronograma no es por edad. Profesores que se jubilaron después que yo. O sea que tampoco es por fecha de jubilación. Entonces: ¿Cuál es el criterio? Según una de las agraciadas por el dedo poderoso, menor que yo y jubilada a posteriori, pero opositora, lo aclaro, la prof. Maria Luisa de Maldonado la llamó y le dijo que todo era una loquera, que el mecanismo era al azar.  ¿Sí? Azar, ratón del queso. Me pongo a chequear las listas, la paranoia ya a millón porque antes ni les había parado a las muy comentadas listas, el porcentaje de oficialistas beneficiados es alrededor del 30 por ciento. El problema con estos mecanismos tramposos es que todos nos conocemos. Incluso, con los que salen beneficiados que no son chavistas, uno puede entretejer las relaciones que se conformaron en el pasado. En nuestra UC, el porcentaje de profesores jubilados chavistas no debe superar el 5%, siendo generoso, pero el porcentaje de beneficiados está en proporción seis a uno. Ni que uno fuera pendejo para no darse cuenta de la maniobra. Si se pusieran a esperar el cronograma verdadero para recibir su beneficio saldrían muy pocos y las presiones deben ser muy grandes. Si Capriles gana este domingo, como seguro estoy que será, veremos cómo el mecanismo, que hasta ahora han intentado enmascararlo, se evidenciará grotescamente. La raspadera de la olla a nivel universitario ya ha comenzado, veremos como en estos meses de transición se exarcebará. Finalmente: ¿Qué deseo yo? Que al menos nuestras autoridades rectorales y representantes gremiales protesten, denuncien lo que está ocurriendo, hagan saber que de este lado nos hemos dado cuenta de su burda maniobra.
Se me olvidaba otro asunto: ¿No se debería suponer que las universidades que se acogieron al cambio de régimen de prestaciones se beneficiaran con alguna prioridad? Digo yo, al menos para ganar una con el bendito cambio. Pero no es así. Los miembros de la UCV ganadores del KINO exceden por mucho a los de las otras universidades. Los jubilados ucevistas de los años más recientes han cobrado prestaciones que doblan o triplican las de los ucistas y al ritmo que va la cosa también van a cobrar primero los intereses. La razón es obvia, Caracas es Caracas, allí se concentran universitarios chavistas con mayor capacidad de influencia política, los Merentes, Navarros, Giordanis, Eljuris, Trinoalcides, etc. La UCV ha nutrido de más supuestos “técnicos” a este gobierno que la UC, así que no nos extrañe el evidente y grotesco desbalance. La verdad es que no ganamos una con el bendito cambio. El haber permitido que existiera una política diferencial entre las instituciones ya fue una indefendible derrota.

martes, 2 de octubre de 2012

Después de las vacaciones, un comentario ácido pero necesario


Reinauguración de la sala de cine Patio Trigal

                                                                                                                           Asdrúbal Romero M.

Veo en el Carabobeño: Lleno total en la reinauguración de nuestra sala de cine arte. Mi cerebro emocional prevalece sobre el racional y me alegro. ¿Por qué se produce una lucha entre los dos cerebros? La Rectora anuncia que se han gastado dos millones de bolívares fuertes en su remodelación -dos millardos de los viejos-. Con la inflación, las obras de este tipo son cada vez más costosas. No puedo evitar el pensar cuántos laboratorios que están en el suelo no pudieron haber sido repotenciados con esa cantidad. Con esta crisis presupuestaria tan sostenida y denunciada públicamente por las autoridades administrativas de la Institución, en muchos laboratorios: de cuatro bancos de equipos sobrevive uno y remendado. El número de prácticas que los muchachos ven por semestre se ha reducido a la mitad. Una semana entra la mitad de la sección y la semana siguiente la otra mitad, de esta manera ocho alumnos puedan acceder a trabajar en equipo con el único banco sobreviviente. No es un secreto para nadie que la actividad académica que requiere de equipos, componentes y materiales está muy menoscabada a lo interno de la Institución. A pesar de esto, se prefiere invertir en la remodelación de una sala de cine a la que muy poca gente asiste. ¿Por qué ocurre esto?

Vamos a estar claro: nuestra sala de cine arte nunca alcanzó a ser un programa cultural financieramente autosostenible. Recuerdo cuando era rector que siempre a finales de año recibía la visita de Daniel Labarca. Desde que Rosalba me anunciaba su visita, ya yo sabía que tendría que hurgar en las partidas presupuestarias para buscar el dinero que taparía el déficit anual acumulado por la fundación que él dirigía y bajo cuya adscripción estaba la sala -creada en el periodo rectoral de Elis Simón Mercado-. Daniel se aprovechaba -en el buen sentido- de mi condición de cinéfilo empedernido. De hecho, fuimos él y yo quienes manejamos todas las conversaciones con el CNAC, el organismo público encargado de financiar los proyectos promotores de las actividades relacionadas con la cinematografía dentro del país –muy probablemente haya cambiado de nombre-, para que cofinanciara en un 50% la adquisición de esa sala. Como ven: soy parte de la historia de esa sala. Por eso me siento con la autoridad moral para manifestar el planteamiento crítico que molestó a mi cerebro racional cuando leí la noticia.  No podrán decir que no me gusta el cine o que no sé valorar el buen cine. Presumo de suponer que unos cuantos lectores de estas líneas sabrán que, por más de un año, mantuve un blog donde comentaba películas -todavía se puede acceder a él en http://asdromero.blogspot.com/ -. Cuarenta y siete películas comenté mientras dispuse de diez minutos que mi amiga Laura Antillano, graciosamente, me concedió para que yo hablara de cine en su programa semanal “La Palmera Luminosa”. He sido un asiduo de nuestra sala de cine arte. He asistido a muchísimas funciones donde el número de espectadores era inferior al de los empleados pagados por la UC para operar el cine. Es verdad que su actividad declinó a raíz de la salida de Daniel Labarca de su dirección -decisión inexplicada que se produjo en los inicios de esta gestión rectoral-, pero no es menos cierto que aun antes de la salida de su principal mentor: ya la sala andaba herida de muerte. Su audiencia natural la había abandonado, como varias veces lo comentó el reconocido periodista Alfredo Fermín en su leída columna semanal. Sin embargo, en cuanto se cerró, salieron muchos detractores a criticar a la Rectora y hasta provecho político se le quiso sacar al asunto. Al transcurrir pocos días, ella misma se encargó de aclarar a través de los medios de comunicación social que el cierre era temporal a fin de posibilitar su remodelación.  Su actitud defensiva es entendible: a ningún rector, o rectora, le gusta que lo que quede para la historia es que “fulana de tal fue la que cerró aquella sala de cine donde pasaban tan buenas películas y bla, bla, bla”, todo un relato nostálgico por parte de quienes añoraban entrañablemente a la sala aunque nunca la calentaban con su presencia. La historia pudo muy bien haber sido otra, pero ello requeriría de unas autoridades rectorales que hubiesen diseñado un plan de racionalización del gasto universitario, en respuesta a la circunstancia del severo estrangulamiento presupuestario al que ha estado sometida nuestra universidad. Unas autoridades, que después de haber realizado un exhaustivo análisis de las relaciones costo/beneficio  de muchas de las actividades que se mantienen por mera inercia en nuestra casa de estudios, estuvieran en posibilidad de comunicar con un sólido respaldo justificativo, tanto a la comunidad ucista como a las fuerzas vivas de la ciudad, su decisión de recortar gastos en algunas áreas en aras de producir el menor daño posible a lo que es más esencial para la Institución: la Academia.  Si ese hubiese sido el curso de acción elegido, con profunda tristeza habría aceptado que la sala de cine arte Patio Trigal no podía sobrevivir a la poda requerida.
Obviamente,  esa no es la circunstancia actual. Después de todo, estas autoridades, aunque en conflicto con sus padres políticos -no tan abierto como en el caso mío-, siguen preconizando un estilo de gerencia maldonadista que se caracteriza por mantener significativos niveles de inversión en actividades de extensión que proyectan la imagen de la Institución -y la de sus autoridades- hacia el exterior, en desmedro del adecuado funcionamiento de las actividades académicas en su interior. No es que yo no quiera que la UC no financie una orquesta infantil en Miguel Peña, o mantenga una multiplicidad de casas municipales con sus correspondientes empleados. El problema es que yo mantendría esos programas una vez cubiertas las necesidades internas del funcionamiento académico. Lo reitero: ese no es el caso actual. La política sigue siendo: Luz para la calle y oscuridad hacia el interior. Así que varios meses después y dos millones de bolívares gastados, la Rectora cumple con su palabra. Queda bien ante las fuerzas vivas de la ciudad, pero, peeero, unos cuantos vidrios rotos adentro siguen sangrando a la Academia.
Por eso, cuando tomando café con unos profesores que sí conocen la realidad interna de la Academia y por ello me preguntaban: ¿Cómo puede ser posible? Les explicaba: es que las presiones exteriores y políticas sobre la Rectora son mucho mayores que las presiones internas por parte de la comunidad profesoral y estudiantil. Estos jóvenes profesores se calan que su laboratorio esté en el suelo, sea por desidia o porque se sienten impotentes -cuidado sino es por lo primero-. No protestan. Se resignan a trabajar con los vidrios rotos. Yo, al final, aunque no lo parezca, estoy contento, volveré a ser un asiduo del encuentro en la oscuridad con esas buenas películas que proyectan en esa sala que ayudé a comprar. Volveré a sentir como el arranque del proyector inunda a todo mi cuerpo con una sensación de felicidad casi hormonal. Aspiro encontrarme a  más espectadores y que no ocurra, como alguna vez sucedió, que un empleado de la sala tenga que camuflajearse  como parte del público, a fin de completar el cupo mínimo de tres espectadores y no correr el riesgo de que esta lengua viperina  se quede con las ganas de ver la película anunciada.