jueves, 25 de mayo de 2017

Sobre el Referéndum Consultivo propuesto por la AN


Así lo veo: una sagaz decisión de la AN


Asdrúbal Romero M. (@asdromero)


Estoy de acuerdo con la decisión tomada por la Asamblea Nacional (AN) de solicitar la celebración de un referéndum consultivo, mediante el cual los ciudadanos podamos manifestar nuestra preferencia con relación al dilema: “Cambio de Constitución versus Cambio de Gobierno”. Fijo mi posición de entrada, sin mayor cuido por el uso de anestesia. Me siento obligado a hacerlo, habiendo visto el rechazo visceral que tal decisión ha tenido de parte de muchos opositores en los chats que participo y redes sociales. Esta reacción me ha reforzado la creciente impresión que cobijo en mi interior desde hace algún tiempo, en cuanto a visualizar al mundo opositor como una torre de Babel en la cual se hace cada vez más complejo unificar posiciones y alinearnos hacia la consecución de un objetivo compartido.

Cabe la aclaratoria que cuando me refiero al mundo opositor, lo hago en el sentido más amplio: comprende a los factores políticos que hacen vida cercana a la Mesa de la Unidad Democrática y los que hacen política opositora fuera de ella. Se podría hablar de una torre de Babel intraMUD, donde ya es bastante difícil concertar estrategias, y una más abigarrada aún que incluye sectores, sectorcitos, personajes, etc. que pululan al exterior de la MUD. La progresiva edificación de esta torre de doble pared se debe, entre otras razones, a los errores cometidos por la MUD en el pasado, que los ha cometido, y la no conformación en el tiempo, consecuencia de lo anterior, de un liderazgo con la suficiente fortaleza como para lograr una óptima alineación opositora de cara al magnífico desafío que debemos enfrentar. Tratando de ser optimista, creo que varios de los diputados más jóvenes – Freddy Guevara, Miguel Pizarro, por citar algunos-, están trabajando aceleradamente para cambiar esta preocupante realidad.

Lo cierto es que la publicación el primero de abril de las sentencias del TSJ identificadas con los números 155 y 156, nos ha involucrado a todos en un peligroso viaje sin retorno. O emergemos de él con la muy compleja responsabilidad de reconstruir al país de las cenizas que van quedando de la acción de los DESTRUCTORES. O nos terminamos de hundir en un abismo de miseria, violencia y estado fallido por quién sabe cuántos años. El tramo de la historia que vivimos es decisivo. Por ende, ante la carencia de una poderosa fuente de alineación externa, no queda otra que contribuir cada uno de los que hacemos opinión, y casi todos a nuestra manera hacemos opinión, tratando de someter nuestros ímpetus y pasiones con la vitamina para la alineación interna.

Antes de abalanzarnos a destruir las decisiones que se anuncian: tratar de informarnos mejor; analizar a mayor profundidad el contexto; hacer un sereno estudio de los pro y los contra y, lo más importante, utilizar más eficazmente la aduana de las palabras. Si lo hacemos, es bastante posible que aun cuando  no compartamos en todas sus facetas la decisión tomada por quienes están en la posición de hacerlo, podremos encontrar en ella aspectos fundamentales que nos aporten la motivación interna para alinearnos con lo propuesto. Que conste que quien esto escribe, ha sido en el pasado un severo crítico de algunas de las decisiones tomadas por la MUD, pero el escenario ha cambiado y vaya que nos lo han cambiado, dramáticamente, y sin la opción de poder no aceptar los guantes del desafío. Quizás esta vitamina para la alineación interna no sea otra cosa que el ejercicio de la virtud cívica de la templanza, como tan bien lo expone en sus escritos el Dr. Frank López.

Retornando a la decisión de la AN: ¿Por qué la considero acertada? No sin antes decir que una correcta decisión en principio puede ser dañada en la fase de ejecución. El riesgo y la incertidumbre están presentes. Los acontecimientos se precipitan a vertiginosa velocidad. El escenario es tan complejo y cambiante, que demanda el mayor cuido en toda la cadena de decisiones pertinentes al emprendimiento de cualquier acometida estratégica. En el caso que nos ocupa, el referéndum consultivo cuya organización se plantea la AN tiene la virtud de permitirle a los factores democráticos retomar la iniciativa. Desde el punto de vista táctico, constituye una movida muy válida en el tablero de ajedrez. Como tal, ella no puede ser analizada aisladamente, sino como parte de una continuidad dentro del proceso secuencial de toma de decisiones frente a las del adversario.

El Régimen, sacado ya del cuadrilátero de la institucionalidad y la legalidad, en su desesperada huida hacia adelante propone una constituyente y le genera todo un marco discursivo para venderla como una opción de paz y diálogo frente a la violencia. Acto seguido, propicia toda la violencia  que les permite, apoyados en su hegemonía comunicacional, tratar de imprimirle verosimilitud a su mil millones de veces reiterada tesis principal: constituyente vs guerra civil. No creo que la mayoría del pueblo se la haya comprado. Han perdido credibilidad. Pero una cosa es cierta, han logrado distraer a los actores políticos del tema que debiera ser principalísimo: ¡la CRISIS! Y todo pareciera girar ahora alrededor del debate sobre su constituyente. Discursivamente: una vez más se salieron con la suya imponiendo la agenda del debate político nacional.

Esta verdad no puede ser subestimada. Ha generado preocupación hacia el interior de la MUD. Algunos factores allí adentro han planteado, muy a sotto voce,  si no habría sido conveniente salirle al paso a la iniciativa del Régimen con una contrapropuesta. Un “sí a la constituyente pero no así”. Lo cual no deja de tener su lógica si miramos hacia atrás. Recordemos que la oposición institucional habló de cuatro opciones para la salida del Régimen: renuncia; enmienda constitucional; referéndum revocatorio y constituyente. No se quiso en aquel momento agotar la discusión en aras de decantar las opciones verdaderamente válidas y se prefirió complacer peticiones. Si la opción constituyente se hubiese discutido en esa oportunidad hasta sus tuétanos, se habría descartado. Una constituyente auténtica, legítima, no puede ser planteada para sacar del juego político a unos en beneficio de otros. Cualquier experto internacional en constitucionalismo nos diría que una constituyente debe, como proceso, emerger de un clima nacional de serenidad y convicción consensuada de la necesidad de cambiar el gran pacto social para la convivencia ciudadana. Muy contrario al enrarecido clima que por años hemos vivido en Venezuela. Esta verdad de Perogrullo también la reconoce la mayoría de nuestros constitucionalistas nacionales. Pero, en aras de no herir susceptibilidades, la movida fue dejar la opción constituyentista como una de las cuatro vías. Y digo movida para endilgarle la connotación de ser una jugada que se ejecutó de esa manera en el pasado, asociándola al metafórico tablero de ajedrez donde se despliegan las acciones.

Dicho lo anterior, no debe extrañar que el Régimen sacara un nuevo conejo de su tragimágico sombrero: ¿No querían constituyente? Pues bien, aquí tenemos nuestra propuesta, vamos a sentarnos a discutir.  Lo cual no deja de ser un score válido que se anotó el Régimen, en el sentido de aportarle algo de credibilidad a su propuesta, -al menos ante el pueblo madurista y ciertos ámbitos extra nacionales-.   He sido testigo de intensos debates en algunos chats y reuniones no virtuales de por qué no se le tomaba la palabra al Régimen para, teniendo la mayoría, usar, y hasta abusar añadiría yo, de la opción constituyente como una vía expedita para salir del Régimen. Debates coloreados de mucha ingenuidad en mi opinión, porque nadie, en su sano juicio, podría llegar a pensar que ellos, sentados en su tan acariciada mesa de diálogo, iban a acceder a hacer otra cosa que no fuera una constituyente cortada a la justa medida de sus necesidades. Tal cual como la que se han atrevido a presentarle al país.

Adicionalmente, el sentarse a discutir con una contrapropuesta de constituyente en mano, significaba recrear una mesa de diálogo y negociación. Después del incumplimiento del Régimen de los compromisos convenidos en el fallido Diálogo I y las nefastas consecuencias que de él se derivaron, el costo político para quienes asomaran la tesis política de tomarle la palabra al Régimen iba a ser inmenso. Así que la preocupación y la desazón –una especie de complejo- que les generaba la audaz jugada del Régimen a algunos factores ubicables en la torre de Babel intraMUD no pasó de ser un casi inaudible murmullo. Pero eran reales y gravitaban en la creación de un ánimo dubitativo en el accionar opositor. La decisión de la AN encierra todas esas dudas en un cajón clausurado, preserva la Unidad –extremadamente importante- y abre nuevos horizontes para la lucha.

 Todos estos intríngulis que he relatado, muy posiblemente eran desconocidos para quienes se han abalanzado rabiosamente en contra de la decisión de la AN. Ojalá, este texto pueda servir para una mejor comprensión de la jugada. Frente a la audacia del Régimen, la sagacidad de los factores democráticos. Sí, es una movida sagaz, nos resuelve un problema que nos había creado una errada jugada anterior. Pero más allá del valor táctico estratégico, lo acordado por la Asamblea Nacional se encuadra, perfectamente, en el marco de sus competencias porque de lo que se trata es de garantizarle el derecho del pueblo a decidir. No se puede desconocer la realidad que Maduro avanza, aparentemente, imparable hacia la realización de su constituyente. No es admisible pretender ignorar esa realidad, hay que combatirla. ¿Cuál dardo puede ser más certero que el que apunta hacia la principal causa de deslegitimación de ese proceso fraudulento cual es la prescindencia de la consulta popular?

Por otra parte, nadie ha hablado de abandonar la calle. Todo lo contrario, la decisión de la AN aporta un renovado contenido político a la “Calle”: el refrescamiento de los objetivos por los qué luchar. Basta con escuchar el audio de Cipriano Heredia –les animo a que lo busquen en las redes sociales-, para visualizar el prediseño de un proceso que le da forma y sentido político al esquivo 350 de la Constitución. ¿Cómo se come eso? –han preguntado algunos-. Pues bien, con el pueblo en la calle, protegido y cobijado en el contexto de una gran marcha nacional sostenida hasta que todos podamos votar si queremos cambio de la Constitución o si queremos cambio de Gobierno.

Son esas dos preguntas las que se han preasomado. Ya existe una densa discusión sobre la primera pregunta. No voy a entrar a analizar con detalle los argumentos de esa discusión, ameritaría otro maxi artículo como este. Lo que sí es importante de destacar es que el diseño de las dos preguntas se adapta, fantásticamente, al nuevo “framing” discursivo que propone el Dr. Nelson Acosta Espinoza en su artículo: “Cambiar de Constitución o Cambiar de Gobierno”. ¿Qué quiere el pueblo? ¿Cómo conectamos ese dilema casi existencial a la ¡CRISIS!, tictac tictac tic tac…, que sigue avanzando, sin clemencia, que es el principal factor de vulnerabilidad de este régimen asesino y ellos bien lo saben? A algunos políticos, particularmente a los muy juristas, parece olvidárseles la necesidad de, constantemente, hacer ese ejercicio discursivo de conexión.


Termino invitándolos, para mejores detalles en el último asunto tratado, a leer el referido artículo publicado en el blog del Observatorio Venezolano de las Autonomías (http://autonomiaspoliticas.blogspot.com/2017/05/cambiar-de-constitucion-o-cambiar-de.html ).

viernes, 5 de mayo de 2017

Crónica del horror en Carabobo


Días Convulsos


Asdrúbal Romero M. (@asdromero)


5:30 am. Me levanto. Ya no puedo dormir. Pendiente de cuál pueda ser la verdad detrás de la última noticia nocturna de otro día convulso: la desaparición de Leopoldo. Los acontecimientos se suceden  a una velocidad pasmosa. Dibujo de la inminencia de los días terribles que se asoman a nuestro horizonte. La insania del régimen continúa dándole cuerda a un reloj ya conocido en la Historia. Del viejo dispositivo sólo se libera energía represiva y saña destructora. ¿Hacia dónde nos conduce tanta locura?

Carabobo: tierra de saqueo y pillaje


El 2 de mayo las noticias del terror provenían mayormente de Naguanagua. Una tras otra. Una conocida periodista relata en las redes sociales el saqueo de un supermercado en la 190: “no conformes con todo lo que se habían robado, la jauría hambrienta de violencia procedió a violentar la multilock que daba acceso al piso de arriba, residencia de los propietarios, y de allí sacaron todo, lo que es ¡todo!…jamás, en mis más de 25 años de ejercicio de periodismo, observé tanta inacción y complicidad  de los cuerpos policiales para atender el llamado de la ciudadanía ante estos actos vandálicos”. Un señor muere en el drama de defenderse del saqueo de su panadería. Unas noticias dicen que le mataron. Otras: que murió de un infarto.

Mientras escribo, mañana del 4 de mayo, en mi whatsapp se acumulan reportes provenientes de Flor Amarillo, la Isabelica, el “todos contra todos”, el Leviathan sin Estado custodio, continúa ante la inexplicable inacción de las autoridades cuyo deber es detenerlo. ¿O sí es malvadamente explicable? Como telón de fondo a esta labor maniática de escribir pretendiendo que con ello libero angustias, escucho en segundo plano entrevistas en Globovisión. He prendido la televisión desde muy temprano, esperando escuchar algún reporte de lo que acontece en Carabobo. ¡O sobre Leopoldo! Puro bla bla bla político- jurídico sobre una constituyente que, me atrevo a pronosticarlo, quedará triturada debajo de las ruedas del arrollador tren que se veía venir. Viene llegando: el tan anunciado estallido social. Se ha iniciado, en cámara lenta, sectorialmente progresivo, pero con pérdidas que superan ya al Caracazo. Pero de esto no hablan unas noticias que se empeñan en mostrar una irreal normalidad. ¡Espectáculos! ¡Deportes! Sobre Leopoldo y la sádica tortura que le perpetran a su familia, apenas una breve referencia que no calma la sed de una cantidad ingente de venezolanos deseosos de saber sobre su destino.

De lo que no se habla no existe, dirán socarronamente los gestores de la hegemonía comunicacional. No obstante, la ola destructora no se detiene. Ayer noche,  ya conocíamos de todo lo ocurrido en la Lisandro Alvarado a lo largo del día. Desde la noche anterior se habían propagado las primeras noticias sobre saqueos en esa zona, pero para qué tomar previsiones, habrá pensado el DESTRUCTOR MAYOR DEL ESTADO, en el contexto de su cínica y desalmada política del laissez faire laiseez passer relativa al pillaje en Carabobo. Termina el noticiero, 8:30 am, y ni una sola referencia a la gravedad de lo ocurrido en esta otrora tierra de lo posible.

Pero lo acontecido es muy grave. Pérdidas millonarias. Miles de oportunidades de empleo que se van al foso. Historias truncadas de continuado esfuerzo productivo. Productos Amadío, empresa productora de embutidos a la que me unen nexos familiares, totalmente saqueada. Cuando recibí la noticia, sólo atiné a pensar en ese par de viejos, sus fundadores, provenientes hace muchos años de una Italia que se les terminó convirtiendo en acariciado recuerdo de la infancia. Habían conseguido aquí su nueva patria, laboraron duro desde la pobreza, formaron familia, edificaron empresas productivas y, siempre, empeñados en sembrar en nuestro país todo el producto de sus perseverantes vidas abocadas al trabajo. Siempre creyeron en la patria que les había acogido; murieron creyendo, obstinadamente, en ella, confiados en que el nefasto resentimiento que se incubaba en su subsuelo sería detenido a tiempo. Gracias a Dios se fueron sin ver traicionada esa serena confianza.

SERCOINFAL: una empresa de servicios que atendía cuarenta comedores industriales, más de mil empleos directos, los inventarios en su centro de acopio totalmente sustraídos por una turba que los testigos cuantifican en más de trescientos seres de la especie de los hombres nuevos. No sólo varones; mujeres, hasta embarazadas; niños; ancianos; rostros de odio, de rabia y también rostros de hambre. Una Venezuela profunda que desconocemos donde se entremezclan malandrismo y miseria. Más propensa al facilismo del saqueo que no piensa en el mañana que a convertirse en factor partícipe de la protesta en contra del Régimen. Los lideraban unos caras tapadas con pistolas en su mano, mientras su dueño, protegiéndose en el techo, veía con desesperación como le destruían el emprendimiento al que había dedicado su vida. La GNB se declaraba impotente para contenerlos. ¿Dónde y cómo comerán hoy, y los subsiguientes días, los comensales de esos comedores donde la empresa prestaba sus servicios?

De igual manera: Lácteos La Cabaña, donde no quedó piedra sobre piedra. Supermercados, bodegas y bodeguitas, buena parte de la cadena de comercialización alimentaria en el Sur comprometida. En menor medida, pero también con significativo impacto, la de producción en el ámbito regional. Pero eso parece importarle muy poco al Gobernador Ameliach, siempre y cuando todo este caos le permita responsabilizar a la oposición en unos tuits que, sin procesarlos demasiado, sólo sirven para reafirmar su auto imputación. ¿Por qué es nuestro estado el que se ha ofrecido como vitrina para el resto del país de la política de tierra arrasada que el Régimen está en disposición de implementar?

Un experimento fuera de control



Retomo la escritura  a pocos minutos antes de las nueve de la noche. Un día muy poco productivo, excepto en el renglón de las malas noticias. Tres fallas de servicio eléctrico. Quizás sea paranoia, pero uno llega a imaginarse que pueda ser parte de la ración de castigo que se le propina a los carabobeños como parte de un experimento del Régimen. Hora y media para comprar un botellón de agua potable. A final de la mañana, un tráfico intenso de vehículos y personas buscando aprovisionarse de todo lo que necesitan para lo que viene. Los supermercados atestados de gente y estanterías que comienzan a vaciarse a rauda velocidad. Si lo que querían crear era un clima de terror que aquietara a los posibles participantes en las manifestaciones pacíficas de la Oposición, siento que en lo inmediato lo han logrado. Innumerables y diversos relatos sobre el caos que se ha apoderado del estado. Comentarios que reflejan una intensa preocupación. Presumo que en un día como hoy las actividades de la oposición institucional contarían con un número muy mermado de asistentes. Sí, lo han logrado –me digo-, pero a qué costo. El que sea, no les importa – en la continuación de mi monólogo interior-. Este es el experimento del cual hablo. Un tema que debe ser analizado a profundidad por la dirigencia regional de los factores democráticos.

Mi celular comienza a convulsionar. Incesante la secuencia de mensajes en el whatsapp. Al parecer comienza otra noche de horror. La tercera de tres convulsos días sucesivos. Vecinos en diversos sectores de la ciudad se organizan para enfrentarse a presuntos invasores. Muchos, demasiados rumores. Algunos serán ciertos y otros, como el saqueo del Central Madeirense a escasas cuadras de mi vivienda, confirmadamente falsos.  Definitivamente, se ha instalado en Carabobo un estado de psicosis colectiva. El mismo video de unos agentes de la PNB participando en los saqueos me llega por diversas vías.  También la foto de la Polar en la Guacamaya en llamas, supuestamente incendiada en represalia por la muerte en enfrentamientos de tres pobladores de invasiones cercanas. Hay muchos muertos, muchos más de los que  se reconocerán oficialmente. Al Gobernador del Contraataque Fulminante, el experimento se le ha salido fuera de control.

Decido silenciar el insoportable celular. Reviso el twitter deseando encontrar alguna noticia sobre el paradero de Leopoldo. Así comencé mi día. Me encuentro un tuit del Presidente de Fedecámaras Carabobo: Más de 50 horas de violencia contra la empresa privada en la Gran Valencia. ¿Cuándo las autoridades pararán esto? Otro de Lilian Tintori (11:32 pm): no sabemos dónde está Leopoldo, pero donde esté estoy segura que está resistiendo… Han transcurrido más de 24 horas  de la inseminación en redes sociales del misterio. Cuentas supuestamente hackeadas, la filtración de mensajes sobre la posibilidad de su muerte o de un traslado a un hospital en condiciones de gravedad por envenenamiento. La duda fue creada. ¿Con qué objetivo?

Se aprovechan de esa leyenda negra que ellos mismos crearon, saben que ya todos sabemos que fueron capaces de ocultar tres meses al Chávez muerto. Ya tienen el “know how”. ¿Qué puede costarle a ellos mantener en vilo al país por unas cuantas semanas sobre el misterio de lo que le podría haber ocurrido a Leopoldo? Es como si hubiesen instalado un switche que les permita “encender” al país cuando lo consideren beneficioso a su estrategia. Tenerlo allí, en reserva. Si no es como elucubro: ¿Por qué no enseñárselo de una vez por todas a su familia? Sólo mentes tortuosamente sádicas podrían maquinar tan refinada trama de tortura psicológica. Esto habla por sí solo de la pasta de crueldad de la que están hechos. ¡Qué Dios nos agarre confesados! Una cosa si es cierta, con Carabobo lo han demostrado, les es muy fácil encender a un país ya en condiciones de vulnerabilidad extrema y, así, poder decretar el estado de conmoción social cuando quieran. Concluyo con esta joya que hallé en mis búsquedas – de J.C Méndez Guédez-: ¡Qué largo dolor es Venezuela!