martes, 23 de abril de 2013

Una opinión en clave narrativa: Ocurrió en una panadería.


¿Y qué haría usted si fuera Capriles?

Asdrúbal Romero M.

¿Y qué hacemos ahora? Una inesperada pregunta, lanzada por quien en ese momento me servía un pabellón para almorzar en la panadería que frecuento casi todos los días. Un súbito intercambio de miradas me permitió intuir a que se refería. Sin titubear, le respondí: viene un forcejeo, los del CNE tratarán de auditar lo menos posible, los representantes de la Oposición intentarán poner la lupa en las irregularidades que fueron detectadas. Un breve silencio y continué: no creo que se logre mucho, difícil que a Maduro lo desenchufen como consecuencia de ese proceso. Ojalá me equivoque.
Nunca había sostenido con él un intercambio previo que me permitiera suponer que le interesaban los temas políticos. Es verdad que siempre me ha parecido desentonar con relación al resto de los dependientes del establecimiento, la mayoría: muy jóvenes y con tendencia a durar muy poco en los trabajos (el dueño siempre se queja de una altísima rotación). En cambio, el autor de la pregunta es un señor relativamente mayor y que lleva ya algún tiempo laborando allí. Portador de una buena imagen como trabajador, más bien extraña que no haya logrado emplearse en un trabajo de mayor nivel. Hacedor de buenos cafés, siempre busco que sea él quien me los prepare. A lo mejor, es por eso que me cae muy bien; supongo, ahora, que también yo le caigo bien.
¿Por qué me hace a mí ese tipo de pregunta? No creo que sea lector de mi blog, ni siquiera que sepa que escribo sobre asuntos políticos. Todo esto vino a mi mente conforme le respondía. Él se mantuvo sereno frente a mi respuesta. ¿Y entonces? -repreguntó-.  Continué vomitando mi discurso político de los últimos días: no hay que apostar todos los huevos de la canasta en esa pelea, peligrosa porque podemos desgastarnos en ella y no conseguir el resultado al que aspira la gente. Hay que ampliar los objetivos de lucha, pedir soluciones ante la crisis económica que se nos viene encima.
Una mirada de complicidad me dijo que había conectado con mi interlocutor. Arrancó él: cuando comencé a trabajar aquí, poco más de un año (no sé por qué: tenía la idea que era mucho más), el kilo de queso duro lo vendía a cincuenta y cinco, ahora está a ciento cincuenta y el proveedor nos advirtió hoy que se pondría por encima de los doscientos. ¿Hasta dónde vamos a llegar? Los precios de muchas cosas se van a triplicar, le dije, pensando en las botellas de vino tinto argentino cuyos precios acababa de ver en el supermercado de enfrente. ¡Lo que viene es candanga!
¿Y qué haría usted si fuera Capriles? El hombre allí parado insistía en sus preguntas mientras el dueño, desde la caja, comenzaba a verle con cara de pocos amigos. Las caraoticas se me iban a enfriar, pero no quise dejarlo sin una respuesta. Me reuniría con los representantes de los trabajadores, de los gremios educadores y profesionales, de los empresarios y comerciantes, primero por separado, discutiendo con ellos su visión sobre cómo sacar al país de esta crisis. También con las iglesias, los partidos, las universidades y academias, organizaciones de la sociedad civil, acompañado con un equipo que fuera estructurando una propuesta unificada para presentársela al país. Luego, los convocaría a todos, a una gran asamblea representativa de la Venezuela que realmente mueve a este país, para extraer de ella un documento principista, como las tablas de los diez mandamientos -se me ocurrió esa imagen, intentando que el diálogo no se me convirtiera en un soliloquio-. Sí, como un decálogo contentivo de las exigencias mínimas a las que el Gobierno debería dar respuesta. ¡Diez planteamientos por los que luchar!
El hombre no dijo nada. Como si hubiese tomado súbita conciencia de la mirada reprobatoria del jefe, se retiró con premura. Creí ver en el fondo de su mirada una señal muy tenue de comprensión de lo que le había expresado. Menguada, quizás, por sus reducidas esperanzas ante un futuro que, obviamente, le generaba angustia. Quise creer que algo bueno había quedado del sorpresivo dialogo con quien nunca había pasado de un cortés saludo. Narro tal cual ocurrió. La opinión que compartí con él brotó espontáneamente de mí, incluyendo la referencia a aquel Moisés visualizado en la persona de Charlton Heston. Así, sin adornos, se los presento.

jueves, 18 de abril de 2013

¿Y ahora qué? Una propuesta para ampliar la lucha por el reconteo


Más allá del Reconteo

Asdrúbal Romero M.


Capriles, esta vez lo hizo muy bien. Está ejerciendo el rol natural que le corresponde: ser el líder político de esta mitad de Venezuela que el régimen, obstinadamente, pretende continuar desconociendo. De esta suprema responsabilidad no debe desprenderse. Si lo hubiese entendido así en la oportunidad anterior, quizás otros gallos estarían cantando en las madrugadas de este, hoy día, muy revuelto país.

¿Quién en verdad obtuvo la mayoría de los votos? Me temo que es una interrogante que con el transcurrir de los días se convertirá en misterio inescrutable. A eso juega el Gobierno. La información filtrada desde el mismísimo núcleo de totalización indicaba una ligera ventaja del 2% para Capriles, que se consolidaba en la medida que las transmisiones de las mesas iban arribando. Pero al final, siempre faltan las provenientes de los centros más remotos o la de los centros en los que hubo problemas en el funcionamiento automatizado, precisamente en los que la mano peluda tiene mayor libertad para accionar. Urnas desaparecen, unas por aquí, otras por allá, y así ni el legendario Sherlock Holmes podría averiguarnos el verdadero resultado.

En definitiva, se cumplió lo que muchos pronosticábamos: un cabeza a cabeza en la recta final que hacía muy difícil predecir el ganador. Muchas veces he dicho y también se lo he escuchado decir a otros: el día que los resultados sean muy reñidos, este gobierno, que ya nos ha aportado suficientes muestras de lo poco democrático que es, va a hacer lo que sea para no entregar. ¿Les extraña entonces lo que está ocurriendo? Había que ganar por nocaut, como cuando nuestros boxeadores venezolanos iban a disputarle el cetro mundial a los japoneses. Así que, dentro de lo impredecible, lo ocurrido a posteriori me parece absolutamente previsible. Cada cual elegirá a su ganador. En todo caso, para mí, el desconocimiento del mismo Maduro de lo que todos le escuchamos decir: que se cuenten los votos, más el nerviosismo y la premura con la que el CNE procedió a proclamarlo, me permite suponer, con legítima razón, que el fraude sí se produjo. Otra cosa es que se pueda demostrar.
¿Quiere esto decir que Capriles no está en lo correcto al solicitar el reconteo de los votos? No, en lo absoluto. Lo que él pide esta en total sintonía con lo que quieren sus seguidores. Los escenarios que se pueden presentar en los días por venir son muy diversos. Dependerá mucho del curso de acción elegido por el Gobierno para manejar esta crisis política. Ahora bien, si se mantiene en ese estado de “unificada tozudez” que escenificó en el acto de proclamación, implicará que ellos tendrán que cohabitar de ahora en adelante con el sentir, por parte de la mitad del país, de legítimo cuestionamiento a su legitimidad como gobierno. Esto les limitará, grandemente, en sus posibilidades de manejar la crisis socio-económica que apenas tenemos en ciernes. Que no se nos olvide, porque el país se haya mantenido ocupado en política y más política, no quiere decir que el tic tac del reloj detonador de la bomba atómica económica que nos amenaza se haya detenido.

De nuestro lado, los escenarios nos irán diciendo sobre la necesidad de regular el optimismo con relación a la consecución del objetivo político: el reconteo de los votos. Sin perder la sintonía con lo que quiere esa mayoría que se siente defraudada, será necesario hacer una reingeniería, sobre la marcha, de los objetivos de lucha. No hacerlo sería algo así como autoatraparnos en un combate que puede conducirnos al desgaste. La lucha hay que ampliarla con otros objetivos: ¡Reconteo de votos y aumento salarial ya! ¿Por qué no? El desconocimiento del triunfo de Capriles está impidiendo que una promesa suya no se esté concretando. Quizás, por ahora, el enarbolar esta bandera no le corresponda hacerlo a nuestro líder, pero es perfectamente válido que sus seguidores sí incorporemos a nuestra lucha el reclamo de las justas reivindicaciones sociales y económicas que se nos vienen difiriendo. Hay que conectar esa combatividad que está a flor de piel con objetivos sentidos por los que están de este lado y los del otro también.

En definitiva, me remito a la segunda oración con la que comencé este artículo. El 14 de abril este país cambió. La hegemonía del “hago lo que me dé la gana y ustedes se la calan” se acabó. Mutatis mutandi, el gran objetivo de lucha que debemos plantearnos, en un plazo que los acontecimientos dictarán, debe ser el reconocimiento de esta mitad del país que les adversa a los fines del establecimiento de las políticas de gobierno. Tenemos el legítimo derecho a que nuestra opinión sea tomada en cuenta, a ser realmente consultados, a que se busque el consenso y la concertación con nosotros de cara al difícil reto de gobernar a Venezuela. Y esto es traducible a decisiones concretas: diálogo real con el sector privado para reactivar la economía, restablecimiento de la bilateralidad en la discusión de las reivindicaciones de los trabajadores, designación de un CNE por consenso –como se hacía en la tan criticada IV República–, institucionalidad en el manejo de los recursos para los estados –con prescindencia de la identificación política de sus gobernadores–, devolución de competencias a las regiones, liberación de presos políticos, en fin, podría extenderse hasta el infinito esta mención a ejemplos concretos que se enmarcarían dentro de la nueva realidad política que debe surgir de este 14 de abril. 

Tenemos el líder, las ganas inmensas de luchar, la inteligencia y astucia necesaria para hacerle sentir al régimen que sin el reconocimiento a esta otra mitad no tienen país para gobernar.

sábado, 13 de abril de 2013

Una invitación a votar de parte del OVA


Resultado impredecible. No se dejen llevar por encuestas, si hay voto avalancha será para capriles. ¿Lo habrá? Mañana lo sabremos, pero a usted no lo tomará desprevenido, sin el deber cumplido. Debemos estar preparados para lo mejor, por Carabobo y Venezuela, de allí esta invitación de amigos del Observatorio Venezolano de las Autonomias para que todos votemos el 14 de Abril.

jueves, 11 de abril de 2013

¿Qué ocurrirá este 14-A? Un análisis que comparto


Un análisis interesante publicado en el blog
 Brava Palabra

Julio César Jiménez Gédler
 EnTwitter: @Juliococo


Más allá de las concentraciones del candidato hay un ejército de activistas políticos y ciudadanos resteados como nunca. Se nota el cambio, ese cambio en la forma y fondo de hacer política en la oposición venezolana, pero también hemos visto un giro del gobierno en las últimas 48 horas.

Lo que comenzó ayer con las infelices declaraciones de Tibisay Lucena, el ataque a los estudiantes, declaraciones de Jorge Rodríguez y Néstor Reverol, el reto de la firma del acuerdo castrante, las declaraciones de Luisa Ortega, y lo peor de ayer, el asesinato del jefe del CSB en Ureña estado Táchira. Hoy los Tupamaros atacaron con armas a los asistentes a la concentración de Capriles en Mérida con armas de fuego, Diosdado montó una olla de espionaje telefónico, nuevo amedrentamiento de Tibisay y el alto mando militar; todo esto fue aderezado con la coherente posición del candidato al no firmar un acuerdo que a todas luces amarra políticamente a la alternativa democrática.
 
Analicemos en frío, sin triunfalismos ni optimismos pendejos; veamos este giro político del gobierno a fondo ¿Por qué esa arremetida?:

1er detalle ¿Porqué el gobierno cambia la política de estado, pero el candidato-presidente-usurpador no cambia su mal discurso?
2do detalle: A Chávez en la recta final de la campaña nunca se le desataron los locos ¿Ataque a estudiantes, muerte a un activista opositor, disparan contra un acto de campaña electoral?
3er detalle: La arremetida del estado no compagina con el discurso de Maduro ¿Por qué no enmienda sus discursos y acciones públicas?
4to detalle: La MUD les descubrió lo de las claves, Tibisay huye hacia adelante con sus declaraciones y el pacto ¿Por qué cultiva la duda?
5to detalle. Mientras Maduro emula a Manuel Rosales en su discurso se oyen en los actos muy fuertes exigencias de los asistentes.
6to detalle: Reverol... Lanza el trapo rojo de los mercenarios y magnicidio pero ofrece cárcel a los chavistas que echen vaina ¿Qué le pasó?
7mo detalle: Luisa Ortega Díaz fue al CNE a hacer nada, pero dijo que no puede procesar lo de los estudiantes porque las víctimas no fueron al forense, es decir, un choque extremo entre Reverol y Luisa Ortega ¿No se pudieron de acuerdo en el discurso sobre el castigo o no de los culpables?
8vo detalle: Jorge Rodríguez dio el acostumbrado discurso amenazante, pero... No repitió su discurso de los últimos días sobre las encuestas.
9no detalle: Maduro anunció el aumento del salario mínimo en 3 partes sin definir la última alícuota, cuando ya había dicho que era en mayo.
10mo detalle: En los actos de campaña de Nicolás no se ve el gabinete económico ni a Diosdado. Los únicos militares son los gobernadores.
11vo detalle: A Capriles la base chavista le sigue diciendo "Majunche", no "Caprichito" ¿Por qué no pegó el calificativo en sus bases?
¡Y el detallazo! Maduro está apostando a la defensa continua ante los ataques -hasta personales- que le hace Capriles.
 
No puedo asegurar que este giro político táctico de régimen en las últimas 48 horas signifique que estamos ganando ya. Pero... El cambio de actitud de Capriles y la MUD, por un lado, y la nueva actitud y participación de las bases opositoras los impactaron muy duro. Fue tan rudo el impacto que el gobierno tuvo que cambiar el rumbo de la campaña, sacar su cara fascista a costa de sacrificar votos. Nunca nadie se imaginó que Nicolás Maduro iba a ser un candidato tan malo. Debo confesar que yo veía esto perdido a calle, pero él nos ayuda.
 
Ahora veamos la fotografía hoy: Parte del chavismo desmovilizándose, otra parte viendo pa´ donde Capriles, en ambos casos, inmedible hoy. La otra fotografía: Las bases opositoras activadas como nunca antes y los abstencionistas opositores o se concientizaron o están derrotados.
El 10 de marzo analizando a profundidad nunca visualicé una oportunidad de victoria de Capriles el 14-A, lo de hoy me da una duda razonada. Hoy tenemos 3 adversarios muy difíciles de combatir, hay que navegar sobre ellos: 1.- El testamento de Chávez. 2.- El miedo. 3.- El tiempo.
 
El testamento de Chávez se combate con discurso político coherente, sin odio ni discriminación, con propuestas serias y debate de altura. El miedo se combate con unidad, con conciencia, con empatía, con gallardía, explicando las cosas con claridad y brindando apoyo sincero. El tiempo... El tiempo no se combate, se utiliza, como está en contra nuestra hay que trabajar el doble, ser más eficaz y efectivo.
 
Preparémonos intelectual, emocional y físicamente para estos 4 días. Hay un mínimo chance y el gobierno va a arreciar. No debemos ceder.
Que Tibisay, Diosdado, Reverol, Molero y demás enchufados digan los que les dé la gana, nosotros seguimos en lo nuestro, buscando los votos, los testigos, los movilizadores, desmontando el miedo y la mentira, propagando la propuesta. Cuando se tiene al árbitro y la cancha en contra hay que concentrase en anotar goles, no cometer errores, no perder el tiempo discutiendo necedades, solo así se gana en esas condiciones. El plan B es cumplir en plan A.

El lunes 15 de abril, independientemente de los resultados, creo que por primera vez en 14 años lo vamos a tener una base unida y movilizada. Somos esa base unida y movilizada, y somos nosotros los que finalmente tenemos la capacidad de frenar cualquier ademán fraudulento que se presente. Somos esa base unida y movilizada y le estamos dando una lección política al régimen a pesar de cualquier resultado electoral.
 
Mi voto por el candidato de la UNIDAD en la tarjeta de la UNIDAD es expresión de la UNIDAD de Lucha, Resistencia y Dignidad que estamos dando. Si esta forma de Unidad, Lucha y Acción nos lleva a la victoria, bienvenida sea; si no, estamos en mejores condiciones para seguir la lucha.
Concluyo así: No hemos ganado, pero esto no ha terminado... Vamos a la contienda con conciencia, mucho esfuerzo y templanza.

¡LA PELEA ES PELEANDO!