domingo, 13 de diciembre de 2015

Sobre la reacción de Maduro post 6D

¿Torpeza cierta o aparentada?

Asdrúbal Romero M. (@asdromero)

Si me hubiesen preguntado el 7D, ya conocido el triunfo por mayoría calificada de la MUD, mi pronóstico sobre la conducta que asumiría Maduro frente a semejante descalabro político, habría respondido que imitaría a su gran maestro. Actuaría con una actitud conciliatoria, anunciándole al Pueblo que se reuniría con la nueva mayoría en aras de buscar entre todos una solución a esos graves problemas que lo aquejan. Pensé incluso que buscaría como descargar, sobre la fracción recién electa, la mayor parte que pudiera del ineludible costo político resultante de aplicar las medidas económicas que, muy peligrosamente, se han venido difiriendo. Que involucraría a los nuevos actores del poder nacional, por ejemplo, en la concertación de medidas como el ineluctable aumento de la gasolina. Esto sería lo inteligente.

Sorpresivamente, para mí, su conducta ha sido la diametralmente opuesta. Ya sé que muchos se preguntarán de qué me sorprendo que su reacción no haya sido lo inteligente que esperaba, pero debo reconocer lo estupefacto que me he sentido ante tanta aparente torpeza. Después de todo, sigue siendo un jefe de estado al cual imagino rodeado de un abultado cuerpo de asesores. Voces importantes dentro del Chavismo han querido marcar prudente distancia de su destemplada reacción, verbigracia el gobernador Ameliach quién procuró, rápidamente, diferenciarse mediante unas declaraciones que fueron tituladas en la primera página de Notitarde. No es desestimable entonces, que uno se dedique a indagar sobre escenarios que causalmente pudiesen estar alimentando a la conducta de Maduro, considerando las graves consecuencias para el país que pudieran sobrevenir de ese “choque de trenes” que permite avizorar su, aparentemente, incomprensible reacción.

Esa feliz metáfora, por su poder descriptivo, fue utilizada por uno de los participantes en el interesante “Cofee&Politics” que, recientemente (10D), organizara el Observatorio Venezolano de las Autonomías para analizar los escenarios políticos posibles con posterioridad al 6D. Un excelente intercambio de opiniones del cual me queda, vívidamente, retratada en mi cerebro esa gráfica, y al mismo tiempo trágica, visión que he decidido apropiármela para su reutilización en este texto.

En el escenario de la torpeza en sí misma que conduce inexorablemente al choque de trenes, me imagino a un jefe de estado ensoberbecido, enfurecido, encolerizado y ya un tanto enloquecido, que no le hace caso a nadie y sólo escucha a un reducido círculo de aduladores que son como espejos en los que se recrea   la misma lógica del jerarca mayor. Se me ha hecho inevitable recordar al Calígula de Albert Camus, interesante obra llevada al teatro por primera vez en Paris en 1945 y que ojalá algún grupo llevara a representación aquí en Venezuela. En ella: Cherea, el cónsul que encabezará la conspiración para asesinarle al final de la obra, dice: “está convirtiendo su filosofía en cadáveres y, desafortunadamente para nosotros, es una filosofía que es lógica desde el principio hasta el fin”. En este escenario, Maduro, simplemente, le da continuidad a su lógica. Según la cual: la tragedia económica y social que ensombrece al país no es de su responsabilidad. Es causada por una guerra económica emprendida por los que ganaron. Se salieron con la suya. Ahora la detendrán, para hacer cumplir la consigna del Cambio. Anunciaron que acabarían con las colas, veremos si pueden. Y aunque parezca mentira, hay mucha gente que confía en que milagrosamente se dé el cambio como consecuencia de los resultados del 6D. Nada más fantasioso. La otra lógica, la que nos ha venido empujando hacia el precipicio guajiro sigue su curso. Para ella nada ha cambiado, el 6D ha sido un día como cualquier otro. Su acción perniciosa continúa. En ese rabioso “veremos si pueden”, Maduro se contradice. Además, casi nos insinúa que se opondrá a que puedan y por lo tanto, con su conducta, nos condena a todos a sufrir en los inicios del 2016 una crisis humanitaria de pronóstico reservado. No tomará medidas: para qué, de acuerdo a su lógica. Dedicará la mayor parte de su tiempo a la contraofensiva política. En medio de una crisis humanitaria; habiendo transcurrido el 6D y la temporada navideña, fechas disuasivas de cualquier estallido social; con un choque de poderes, recreado a través de todos los medios de comunicación, que nada le significará al Pueblo en cuanto a la resolución de sus problemas severamente agravados: ¿qué es lo que puede ocurrir? Que Maduro tendrá que salir.

¿Será una salida canalizada a través de la Asamblea Nacional como ocurrió en Ecuador con Bucaram? Percibo que la profundización de la crisis no dejará espacio para paciencia alguna en la espera de la resolución de un conflicto entre poderes entrampado en vericuetos judiciales (tampoco para iniciativas como una nueva constituyente). Mucho me temo que como sucedió en el evento electoral, versiones más o versiones menos edulcoradas, un sector militar tendrá que volver a hacer el papel del gendarme necesario. Se produciría una transición tutelada por dicho sector. El escenario es tan previsible, que me siento como el alumno que resuelve en un examen un difícil problema mediante una solución tan sencilla, que ésta le hace dudar y sentirse inseguro de haber acertado. De esta duda provienen los adjetivos y adverbios que he usado con anterioridad para referirme a la posibilidad de una torpeza que parece pero no es. ¿En verdad la reacción de Maduro responde simple y llanamente a torpeza de su parte? ¿O se corresponde con un plan estratégico más elaborado que involucra una torpeza aparentada de parte de quien ha aceptado sacrificarse políticamente en aras de un objetivo superior?

La respuesta a tales interrogantes sólo podría aportarse disponiendo de un mayor conocimiento  de la naturaleza de la transición que se produciría. No elucubro más, ni tengo espacio, pero a mí me pone sospechoso y hasta nervioso tanta insistencia en exhibir torpeza. En el interín, cabe destacar el activismo opositor a Maduro dentro de las fuerzas del Chavismo. Ha comenzado a rugir con feroz vocerío. El mensaje es claro: Maduro no es Chávez. El legado de nuestro comandante no se toca. Y como ese legado, por facilismo, tampoco ha sido combatido por la Oposición como lo mereciera (en el actual momento se cumple la ecuación que la Oposición es igual a la MUD): ocurre ante nuestros propios ojos que ya la adoración a Chávez ha iniciado su efervescencia cuando, ni siquiera, hemos comenzado a salir de las tinieblas en las que nos sumió. ¡Cuidado!: ¿Qué tal una transición corta y negociada que le entregue a la Oposición el desafío de desenredar tan complejo entuerto como lo es la crisis de este país? Para nadie es un secreto que el camino será un calvario para las grandes mayorías y a la vera estaría el Chavismo, como caimán en boca de caño, esperando una próxima elección para su pronto regreso al poder.

Nota Final: La primera parte de este artículo contiene una síntesis de lo expuesto por mí en el “Cofee&Politics” ya mencionado. La última parte corresponde a una velada elucubración de las tantas que se pudieran hacer.





martes, 1 de diciembre de 2015

Homenaje Universitario Post Morten al Prof. Fernando Burgos Vivas

LA POESÍA DE FERNANDO


Palabras dictadas en el homenaje universitario post morten al Profesor Fernando Burgos Vivas.
Lugar: Salón velatorio de Funeraria Santa Rosa.
Fecha: 1/12/2015 5:30 pm

La muerte de Fernando es una gran pérdida para su familia; para sus amigos entre los que tuve el orgullo de contarme; para la Facultad de Ingeniería en la que fue un maestro; para la Universidad de Carabobo; para el país.

A continuación el texto leído:

Anoche pensé que diría estas palabras.
No era yo quien las buscaba,
Eran ellas, las palabras, que venían a mí flotando en el viaje de los recuerdos.
Eran otros tiempos
y una facultad de Ingeniería que se le ha perdido al país,
cuando conocí a Fernando como compañeros de una plancha
de representantes profesorales al Consejo de la Facultad.

Carlos Alvarado  logró reunir en esa plancha
a un conjunto disímil de personalidades.

Fernando era el de las reglas claras, desde el principio.
El de las reuniones puntuales y productivas.
Las recuerdo así, cuando redactábamos un pequeño semanario
en el que informábamos a los docentes de la Facultad
de lo que se decidía en el Consejo.
El VOTO SALVADO lo llamaban, porque éramos críticos.

Comenzó la amistad y un sólido ejemplo para mí de cómo vivir en Academia.
De cómo rimar lo que practicas en tu vida
con lo que enseñas.
Calidad y Productividad, Fernando hizo poesía en su vida.
Rimando con consistencia y perfecta coherencia
esas dos palabras en su cotidiano quehacer.

Siempre buscó lo mejor, pero sin parar de producir
Porque la perfección era enemigo de lo bueno, me decía.
A ella nunca la alcanzaría, pero seguiría buscándola en sus reediciones de lo producido.

Silenciosa búsqueda y dedicación. Así hizo su conocido texto.
Todavía si recorremos los pasillos de cualquier librería universitaria
de cualquier recóndita ciudad de Venezuela, podremos tener la suerte de renovar nuestro sentimiento de admiración hacia él cuando encontremos su texto:
Ingeniería de Métodos
Calidad y Productividad

A mí me ocurrió hace escasos meses,  cuando en la librería Europa de Maracaibo
conseguí su texto de cuya evolucionaria elaboración
había sido testigo de excepción por aquellos  años de amistad.

Años de lucha por una mejor facultad
Años de sueños por una universidad distinta.
Me sentí auténticamente orgulloso de haber sido su amigo.

Siempre aspiró a lo mejor para su querida Alma Máter
Como profesor, consejero, candidato a Decano en búsqueda de esquivos votos que preferían los caminos trillados.
Como Director de Planificación y coordinador de la comisión de evaluación institucional.
Tenemos que evaluarnos para ser mejores, le decía al amigo Rector.

Siempre rimando en sus ejecutorias Calidad y Productividad
La poesía de Fernando
A veces es difícil sintetizar en pocas palabras lo que ha sido la vida de alguien,
en Fernando se da la suerte de poder hacerlo.
Breves y pocas palabras vinieron a mí,
no necesitaba más, porque toda su vida universitaria a la que intento hacerle homenaje,
fue una secuencia de acordes; de armonía entre pensamiento y vida;
de sintonía entre discurso y acción; con una rima en fusas y semifusas,
y a veces en corcheas y semicorcheas, extendiéndola a todas las otras dimensiones suyas como ser humano.

Calidad y Productividad.

La poesía de Fernando.


Asdrúbal Romero M.
Al amigo

sábado, 21 de noviembre de 2015

Una radiografía del conflicto universitario 2015

¿Por qué no voté en el referéndum de FAPUV? (II)

Asdrúbal Romero M. (@asdromero)

1-El Pecado Original

Tal como lo prometí: me corresponde en esta segunda entrega entrar al espinoso asunto referido a las crónicas debilidades del conflicto planteado por la FAPUV. Sin mayor preámbulo, comenzaré mi análisis por lo que, en mi opinión, ha sido el gran talón de Aquiles de la federación de los gremios profesorales: su decisión de participar en una mesa de negociación propuesta por el Gobierno, conjuntamente con otras corporaciones gremiales representantes de sindicatos de obreros y empleados administrativos universitarios, a los efectos de aprobar una convención colectiva única para el sector. Esta decisión se produjo en el marco del conflicto del año 2013. ¿Por qué fue un error?

·         Significó abandonar el ámbito formal bilateral para la consecución de acuerdos con el Ejecutivo Nacional, concernientes a las condiciones salariales y de trabajo de un gremio con una especificidad muy particular, habida cuenta las funciones de naturaleza académica que realiza y del supuesto marco legal que nos amparaba (Ley de Universidades).

·         Significó, también, la derogatoria de facto de las Normas de Homologación, sin que, realmente, se hubiere consultado a los profesores al respecto. Es más, significó consentir, tácitamente, con la posición legal del Gobierno de remitirnos a la competencia de la Ley Orgánica del Trabajo, de las Trabajadoras y de los Trabajadores (LOTTT). Para una discusión mucho más amplia y sesuda de lo que ello implica, les recomiendo leer el magnífico trabajo del Profesor Octavio Acosta Martínez sobre la evolución de la Autonomía Universitaria en nuestro país (siete capítulos), en su blog: http://labragaazul.blogspot.com/ .

·         Dado que la LOTTT se refiere taxativamente a negociar con organizaciones sindicales “y no con otras” (cito al Prof. Acosta), las asociaciones civiles sin fines de lucro que funcionan como gremios profesorales APUC, APUCV, FAPUV, etc., quedan excluidas de la posibilidad de negociar con el Ejecutivo Nacional la convención colectiva única para el sector. Es por esto que la FAPUV, al no ser una organización sindical, consiente con jugar el indigno rol de participar en una mesa de negociación con voz pero sin voto.

·         Con su participación en evidente minusvalía en la mesa de discusión de la CCU, la FAPUV puso a depender a nuestras condiciones salariales y de trabajo del criterio mayoritario de unas federaciones de sindicatos que pueden ser “hermanos” pero que no nos representan.

Expresado en forma más coloquial: en el 2013 la FAPUV aceptó someterse a unas reglas de juego procedimentales, que le permitieron al Gobierno terminar de revestir con un manto de perfecta legalidad las decisiones mayoritarias que emanaran de la mesa encargada de aprobar la CCU para el sector. No deseo extenderme en la historia del conflicto de ese año, pero como dicen: “de aquellos polvos, vienen estos lodos”, ese antecedente es lo que le permite al Régimen expresar, a través del comunicado de la Asamblea Nacional: “Sugerir al Gobierno Nacional que tome las medidas necesarias ante el Ministerio del Poder Popular para el Trabajo, por el paro ilegal desarrollado por las universidades” (segundo acuerdo). Vamos a estar claros, este régimen no es respetuoso de la legalidad y del estado de derecho, ¿cuántas veces no hemos visto que arrebata sin tener la ley a su favor? Pero, en este caso, la participación de la FAPUV aprobando 105 cláusulas de las 124 contenidas en la II CCU, hay que reconocer: le confiere al Ejecutivo Nacional la ventaja de la máxima verosimilitud a la legalidad que pregona y que le permite calificar de ilegal el paro, a sabiendas que, con mucha mayor comodidad que en otros casos, los tribunales le concederán la razón. Y de dicha calificación: un decreto de reanudación de faena, tal como se aplicó en el caso PDVSA, constituye un eslabón perfectamente previsible en la secuencia estratégica del Gobierno. De allí que haya expresado en mi primer escrito sobre este espinoso asunto: el Régimen podría recurrir a un conjunto de acciones “hábilmente ancladas a las vulnerabilidades derivadas del torpe proceder de FAPUV”.

Dos comentarios adicionales son pertinentes en cuanto a la participación de la FAPUV en la aprobación de la CCU. Abusa en demasía cuando, prácticamente, se asocia con el Gobierno para aprobar cláusulas académicas que transgreden, o podrían transgredir, los respectivos estatutos aprobados por los consejos universitarios que norman las funciones del personal docente y de investigación de esas universidades cuyos gremios profesorales representa. En el caso de la UC, se me ha denunciado que hay colisión. Los consejos universitarios deberían, en consecuencia, examinar exhaustivamente esta situación y denunciarla como una violación más a nuestra autonomía. Violación de la que se ha hizo partícipe, incomprensiblemente, la FAPUV.

El segundo comentario tiene que ver con una situación de carácter coyuntural: el hecho de que las otras federaciones gremiales participantes en la mesa de discusión estuviesen controladas, mayoritariamente, por dirigentes afectos al oficialismo (este régimen que “no da puntadas sin hilo” se había asegurado mediante maniobras previas de que fuese así). Debía prever la FAPUV que, a pesar de haber concertado con los gremios “hermanos” una propuesta consensuada para elevarla a la consideración del Ejecutivo, era muy probable el salto de talanquera en cuanto el Régimen hiciera la presión política debida. Así ocurrió y lo de las comillas en hermanos no es porque se niegue la hermandad gremial con los obreros y empleados administrativos, sino porque en la actual coyuntura tendría que haberse sospechado la volatilidad de tal hermandad. Más que con “hermanos”: la FAPUV se estaba aliando con troyanos que, a la hora de la chiquitica, iban a cumplir en esa mesa de supuesta negociación el rol político que se les había encomendado. No se sabe si toda su entrega se debió al compromiso político o a una supuesta propuesta de entregarle a dichas federaciones troyanas el monto obtenido de retener a los empleados y obreros el 8% de lo cancelado a cada uno de ellos por concepto de retroactivos. ¡Una millonada! Que debió dibujar en los dos iris de más de un dirigente troyano el signo de los apetecidos dolaritos. En la UC se hizo un amago de solicitar la retención a nivel de la Dirección de Administración, pero encontró una fuerte resistencia de parte de los trabajadores. Los rectores deberían revisar con estricta lupa la legalidad de acceder a tal tipo de retenciones.

En síntesis de tan tragicómico episodio: la FAPUV se quedó sola, como era absolutamente previsible. Defendiendo por largas jornadas, según algunos, el honor universitario. En mi opinión: haciéndole, supongo que sin intención, el papel del distractor para el Gobierno con la finalidad de otorgarle mayor verosimilitud al proceso de discusión que éste venía cumpliendo con la mayor “seriedad” del caso y el cual reventaría en el momento que le fuera oportuno. La disponibilidad de lo que había para transar con el sector universitario ya estaba de antemano decidida.

Desde la perspectiva que se vea, el que la FAPUV accediera a sentarse en esa mesa con troyanos y el Gobierno constituyó, más que un error, la comisión de un pecado original que gravitó, pesadamente, sobre cualquier posibilidad de éxito que pudiera tener un conflicto universitario adelantado en esas condiciones. ¿Por qué lo hizo?

2-Sobre las posibles razones para caer en pecado


La respuesta que se pueda dar a esta interrogante cae, necesariamente, en el terreno de las interpretaciones. Recordemos que el pecado original se cometió en el 2013. Desde el 2004 las Normas de Homologación  (NH) fueron colocadas en estado de hibernación”. Así lo manifesté en un largo artículo, “El Llamado de FAPUV”, en el que pretendí hacer un balance del conflicto universitario del 2013. Lo pueden consultar en mi blog a través del enlace: http://quepasaenlauc.blogspot.com/2013/09/balance-del-conflicto-universitario.html . Su lectura les permitirá una comprensión más cabal de todo el proceso de deterioro de nuestra gestión gremial.

Desde el 2004, las NH no se aplicaban en la práctica. Fueron los tiempos en los que el inmenso poder político de nuestro comandante presidente le permitía decretar aumentos unilaterales para el sector. Siempre, con muchos meses de retardo y con porcentajes de incrementos inferiores a los que hubiesen dictaminado las NH. Fue esa la forma como se fue construyendo la curva de empobrecimiento que hoy nos agobia. La FAPUV estaba prácticamente desaparecida. El 2013 fue el año de su despertar, pero fue un duro despertar. Se había roto el cordón umbilical entre dirigencia gremial y base profesoral. En un encuentro casual que sostuve con el presidente de nuestra APUC, después de interpelarle un tanto agriamente sobre las razones por las cuales la FAPUV se dejaba irrespetar de esa manera. “¿Cómo era posible que el sector universitario, siempre abanderado en el contexto nacional de las luchas por el resarcimiento salarial de lo perdido a causa de la inflación, se había sumergido en una onda de tanta pasividad ante el grosero abuso del unilateralismo presidencial?”. Su respuesta, después de una larga conversación, casi un monólogo de mi interlocutor, me permitió arribar a la siguiente conclusión: la dirigencia gremial se sentía intimidada ante la posibilidad de que el colectivo no les acompañara en sus mecanismos de lucha. “Se convocan los paros parciales de actividades y muchos profesores desatienden a nuestro llamado”, me lo reiteró muchas veces haciendo mención al temor que transitaba por la mente de los agremiados a raíz de lo ocurrido con PDVSA. Este reconocimiento e internalización por parte de la dirigencia de FAPUV, de que su combatividad estaba minada por el temor, escepticismo o apatía de las bases profesorales, posiblemente, fue lo que les indujo a aceptar el único escenario de negociación que el Régimen les posibilitaba: la trampa jaula de la Convención Colectiva Única. Podrá tomarse esta explicación como demasiado condescendiente, pero es la única que se me ocurre para un error  muy similar al de Eva haciéndole caso a la serpiente. Faltó asesoramiento legal y disposición para la combatividad de las bases.

Entre el 2013 y el 2015, la FAPUV no hizo nada para reparar esa rotura de cordón umbilical, que le era tan necesaria para recomponer su debilidad de cara al reto de poder activar estrategias de lucha que se constituyeran en real presión para el Régimen. Este fue otro gran error que se sumó al pecado original. Con respecto a este sub espinoso asunto –sub porque está subsumido dentro del tema más amplio que estoy tratando-, manifesté mi opinión en otro largo artículo, “Sobre la eternidad de los liderazgos gremiales", al cual pueden acceder a través del enlace: http://quepasaenlauc.blogspot.com/2015/07/sobre-la-eternidad-de-los-liderazgos.html . Como no es mi deseo ser reiterativo, a continuación sintetizo en forma muy ingenieril varios de los factores que contribuyen a ese deterioro de la gestión gremial por parte de la FAPUV:

·         Liderazgos desgastados y cansados, como consecuencia de la desaplicación del principio de la alternabilidad democrática dentro del gremio. Crisis de representatividad.

·         Carencia de reflexión estratégica en la conducción del gremio, por tanto: abordaje de los conflictos mediante un enfoque excesivamente tradicionalista y sin la obligada caracterización político- estratégica del adversario.

·         Mala política comunicacional. Uso de mensajes desgastados, por lo reiterativos en el tiempo, y no sintonizados a las debilidades del adversario.

·         Falta de comunicación con la institucionalidad universitaria, a fin de concertar criterios que le dieran mayor fuerza al conflicto, y con otros sectores internos que pudimos haber brindado mejor asesoramiento. Se supone que en las universidades es donde estamos los expertos.

3-Radiografía de la fase final del conflicto


Ubicados ya en el 2015, una contingencia de contexto que contribuyó a la vulnerabilidad del conflicto fue el factor calendario. Plantearse un NO REINICIO de actividades docentes, que a posteriori evolucionó hacia un eufemismo de paro, después de un largo receso vacacional, con un diciembre demasiado cercano y unas muy trascendentales elecciones para Venezuela en ese lapso, constituía una situación de alto riesgo. El Gobierno lo entendió de esa manera y continuó con su plan estratégico fríamente calculado: jugó un magistral gambito, enviando los recursos para la cancelación de los retroactivos y la entrada en vigencia de las tablas salariales aprobadas en la II CCU, de acuerdo al cronograma que se había comprometido –en verdad se cumplió con un pequeño retardo que podría considerarse poco significativo habida cuenta del volumen en BsF que debió movilizar-.

¡Procedió como si no existiese paralisis! La bola estaba en el campo nuestro. Ya no se trataba de una huelga tradicional, en la que un conjunto de trabajadores decide recurrir a la medida extrema en su lucha por un incremento salarial que no ha sido aprobado, sino de una huelga continuada, a pesar de que se habían comenzado a devengar los incrementos aprobados, de conformidad a un procedimiento revestido con un disfraz bastante verosímil de legalidad -tal como fuera explicado anteriormente-.

La respuesta acertada por parte de la FAPUV debió haber sido rechazar el envío de tales recursos a los efectos de su cancelación a los profesores, en virtud de que el convenio salarial no estaba finiquitado por considerarse inaceptable por las bases profesorales. Conllevaba igualmente un riesgo, es verdad, pero nos colocaba en una posición ética más favorable de cara a continuar la paralización. De haber el Ministro enviado los recursos, a pesar del rechazo de la FAPUV, habría sido este funcionario el susceptible de ser denunciado en su rol de cuentadante al más alto nivel, por haber tramitado unos pagos a trabajadores que habían anunciado su continuidad en el paro. Pero el rechazo de la FAPUV no se produjo, es de suponer que por temor a la reacción  en contra suya. Se genera entonces un escenario inédito, creo yo, en la historia de los conflictos laborales en el país -asumo el riesgo de ser contradicho por los expertos-. El paro entró en una fase de mayor riesgo al ser susceptible de ser cuestionado moralmente. Me imagino la campaña comunicacional: profesores que habían pegado una vacación con otra, mientras seguían devengado sus sueldos, ya incrementados con un “abultado” porcentaje, además de cobrar “jugosos” retroactivos. Las comillas las podemos comprender nosotros, quienes ya sabemos que aun triplicando o cuadruplicando la miseria empobrecida que cobramos, ella seguiría siendo miseria, considerando el ritmo inclemente al cual hemos perdido nuestro poder adquisitivo  como consecuencia de una inflación descontrolada.

En este nuevo escenario, el Gobierno develó el motivo escondido de su gambito con un comunicado aprobado por la fracción psuvista de la Asamblea Nacional. Un comunicado con una burda redacción, contentivo de una serie de CONSIDERANDOS absolutamente cuestionables, pero que en sus resoluciones, y las correspondientes lecturas entrelíneas que se podían hacer de ellas, demostró que el Régimen sabía perfectamente en qué llagas estrujar sus pérfidas garras. En el supuesto negado de llegar las universidades en paro al mes de enero, la mesa estaba servida para que el Régimen, finalmente, pudiera entrarle a saco a las universidades. Desde emprenderla contra los cuentadantes locales (Rectores y Decanos): destitución, intervención, inhabilitaciones de contraloría, fuertes sanciones pecuniarias, enjuiciamiento penal, ¡las opciones eran múltiples! Yo, siendo Rector y consciente de la naturaleza implacable de este régimen, debo decirlo responsablemente, no hubiese corrido riesgos y hubiese tomado las medidas administrativas pertinentes. También el Régimen podría emprenderla contra los profesores, aunque muchos piensen que esto era menos probable, con declaratorias de abultadas deudas por concepto de salarios devengados y no trabajados; destituciones súbitas por inasistencias flagrantes, etc. Lo más seguro es que antes de llegar a esos extremos, los cuentadantes locales actuaran y sobrevendría, entonces, el escenario de confrontación interna que el Régimen disfrutaría a placer.

Me es obligante aclarar lo de “supuesto negado”: cuando escribo estas líneas doy por supuesto que la FAPUV hará su mayor esfuerzo para que en las asambleas profesorales, convocadas este viernes 20 próximo pasado, se levante el paro sobre la base de un “triunfal” acuerdo FAPUV- AVERU- Gobierno. Me abstendré de explicar el por qué de las comillas en triunfal, so pena de ser acusado de premeditado y alevoso. En mi opinión: ha quedado demostrado que lo del referéndum era innecesario. Fue más una respuesta emocional al comunicado provocador. Quienes ya se sabían derrotados, pensaron, equivocadamente, que el mencionado comunicado les aportaba un nuevo elemento para intentar reconstituir el conflicto y se inventaron esa huida hacia adelante. Al final privó la sensatez de los rectores, quienes viendo pender las dagas sobre sus cuellos, le hicieron saber a la FAPUV que el paro ya no iba hacia ningún lado.

En el transcurso del conflicto, la FAPUV nunca logró una verdadera activación de sus bases; nunca logró montar una actividad que hiciera sentir aunque fuese incómodo al Régimen; ni siquiera una marcha que fuera la mitad de las de antes a pesar de existir cien veces las razones de antes; anunció un parlamento universitario que no pudo organizar y así el conflicto fue muriendo de mengua con las casas de la luz quedándose vacías, sin nadie que las defendiera. Propongo, que después de procesar el trago amargo, la FAPUV se aboque a un proceso de renovación de sus cuadros directivos a todos los niveles y que el liderazgo emergente se comprometa con la realización de un Parlamento Gremial Universitario. Así como la Universidad debe repensarse a sí misma, ante las amenazas de un 2016 aún más graves que las de este acido 2015, es verdaderamente urgente que el gremio profesoral comience una reingeniería de toda su estructura de representación y visión estratégica.

4-Dos comentarios finales


Reconozco que este documento se ha convertido en casi una radiografía del conflicto, por supuesto muy personal y desde una perspectiva externa. He rebasado mi meta inicial a expensas de una longitud poco aconsejable. Aspiro que lo suculento de su contenido les haya traído hasta aquí. No quiero, sin embargo, concluir sin referirme a un asunto colateral que no quiero dejar pasar y a una interrogante que muy probablemente el lector se debe estar haciendo. Lo primero deseo traducirlo a una petición dirigida a nuestros empleados y obreros, en el sentido de ser más cuidadosos a la hora de elegir sus representantes en estos momentos tan críticos que vive el país. Se trata de una anécdota.

Aprobada ya la II CCU y días antes de salir el comunicado de la Asamblea Nacional, se produjeron al menos dos reuniones informales entre el Ministro y la Presidenta de la FAPUV. Avanzaron en la búsqueda de una solución al conflicto que, cuantitativamente, no representaba mucha mejora con relación a lo aprobado, pero le permitía a la FAPUV una salida cualitativamente más honrosa del conflicto (¿Lavarse la cara?). Era lo que ya desesperadamente andaban buscando. Lamentablemente para la FAPUV, se produjo una filtración sobre los avances. Esto enfureció a los troyanos que, airadamente, le reclamaron al Ministro el hecho de que estuviese permitiendo una salida victoriosa a la FAPUV. Nosotros estamos pagando el costo político ante nuestras bases y usted va a concederle unos beneficios adicionales a la FAPUV, no nos la calamos, le dijeron. Tal presión política surtió efecto y al Ministro no le quedó más remedio que reasumir una línea dura, lo cual quedó evidenciado ante los rectores en la reunión del CNU celebrada el 23 de octubre. A los troyanos, les importó muy poco  los beneficios adicionales extensibles a sus agremiados que pudieran pactarse con la FAPUV fuera de la mesa negociadora de la convención. Le dieron prioridad al objetivo político de trancarle el juego a su supuesta federación “hermana”. Por eso, la propuesta por escrito del Ministro nunca llegó. La amarga lección no debe ser olvidada.

Finalmente, la pregunta que debe estar haciéndose el lector: ¿Si usted, profesor, tenía un análisis tan pormenorizado de las inconveniencias de decretar un paro, por qué no lo exteriorizó antes como si lo hace ahora? No fui el único que pronosticó dificultades en esa acción extrema. De hecho, algunos de los argumentos presentados en este documento provienen de los análisis escuchados a otros profesores. Nadie, sin embargo, se atrevió a asumir un discurso a contracorriente en la asamblea profesoral realizada en el Colegio de Abogados el 25 de septiembre, incluida mi persona. ¿La razón? Sencillamente, nos dimos cuenta que cualquier intento discursivo de advertir sobre las dificultades de la paralización iba a ser malinterpretado y barrido por la rabia de las bases profesorales. No debe quedar duda: hay rabia en el corazón de los profesores universitarios, por haber sido llevados a este nivel de empobrecimiento tan patético. Lamentablemente, esa rabia no se pudo transformar en activación y sin esta era muy difícil ganar el conflicto. Toda la captura de opiniones previa a la precitada asamblea, permitía predecir que la votación a favor del paro sería como un aluvión. Optamos entonces por intervenir haciendo propuestas conducentes al fortalecimiento del paro:

·         Sacar el paro de lo únicamente reivindicativo, a los efectos de incorporar el tema de la INVIABILIDAD INSTITUCIONAL en el fragor de una economía a punto de ser hiperinflacionaria.

·         La necesidad de buscar la unidad entre gremios y autoridades, como a primera vista parecía estar ocurriendo en la ULA y la UCV.

·         El PARO ACTIVO como requisito indispensable para poder ganar el conflicto.

·         Repensar a la Universidad ante el desafío de los nuevos tiempos, mediante la activación de mecanismos para la discusión interna a nivel de las cátedras, departamentos y escuelas.

·         La celebración de un parlamento universitario interno a fin de considerar las propuestas venidas de las diferentes facultades.

·         La necesidad de incorporar otros mensajes y palabras al glosario comunicacional del paro.

Participé, conjuntamente con un grupo ad hoc de profesores, en reuniones con las autoridades y decanos en el mismo sentido. Se logró algo, más bien poco, muy distante de lo deseable. Excepto FACES, y en menor grado Ingeniería, facultades donde se fomentó más un clima de discusión entre profesores y con la dirigencia estudiantil, en el resto, hasta donde pude obtener información, hubo poca participación. Temas como el de la INVIABILIDAD de un modelo universitario que se nos muere entre las manos mantiene total vigencia, ante los muy oscuros nubarrones que se avizoran con la entrada del 2016, pero no sé, dudo, la Universidad me luce inerte, como si se le hubiese vaciado el espíritu. Al final, me quedo con una sentencia que le he escuchado a muchos: la Universidad ya no es lo que era.

lunes, 16 de noviembre de 2015

Programa Foro Universitario 12/11/2015 3era parte


Para concluir la serie, a continuación el enlace a la tercera parte del programa Foro Universitario, grabado en FM UC 104,5 el jueves 12-11-2015 y conducido por la LIc. Edith Fuentes. En esta tercera parte podrán escuchar audios de la profesora María Maria Triolo Mieses de la Escuela de Bioanalisis UC hablando sobre las condiciones de su laboratorio, así como mi tercera intervención en dicho programa.

Programa Foro Universitario FMUC 12/11/2015 2gda parte


Otra vez: Un video que es mayormente audio. Corresponde a la segunda parte del programa FORO UNIVERSITARIO grabado el jueves 12/11/2015. en Universitaria 104,5 y conducida por la Lic Edith Fuentes. Invitados:  Profesor Angel Emilio Deza y mí persona.

Programa Foro Universitario FMUC 12/11/2015 1era parte


Un video que es mayormente audio. Blogger no acepta grabaciones de audio, así que ayudados por un sencillo editor de video incorporé algunas imágenes para poder tener un video insertable que transportara el audio de las primeras intervenciones del profesor Angel Emilio Deza y mía, invitados en el programa FORO UNIVERSITARIO de Universitaria 104,5 conducido por la Lic Edith Fuentes. Corresponde a la primera parte del programa grabado el jueves 12/11/2015.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Una controvertida opinión sobre el Referéndum FAPUV

¿Por qué no voto en el referéndum de FAPUV? (I)
Asdrúbal Romero M. (@asdromero)

No tiene sentido participar en un referéndum en el cual no se le ofrece al consultado una opción atractiva por la que votar. Me refiero a la tercera pregunta de la consulta electoral organizada por FAPUV, la más dilemática de las tres: ¿Está usted de acuerdo con el reinicio de actividades?
Me resultaría sumamente incómodo votar afirmativamente por el reinicio normal de actividades, como si los profesores fuésemos mansos corderitos que a la primera amenaza del Régimen salimos todos asustados a rendirnos. Nuestro reclamo salarial ante un gobierno que no logra controlar una inflación galopante es justo y legítimo. La forma cómo el mismo ha sido procesado por el Régimen es absolutamente inaceptable, habida cuenta que sus personeros, reiteradamente, se han negado a sentarse a discutir en un ámbito formal y bilateral con la legítima representación profesoral para la búsqueda de un acuerdo. Por lo tanto, razones no tengo para votar por el reinicio. Sin embargo, la dinámica que ha caracterizado el desarrollo del conflicto me conduce a vislumbrar la opción contraria, la del NO REINICIO, como una opción extrema que nos entrampa aún más en un conflicto en el cual no se alcanza a ver la lucecita al fondo del túnel. Todo lo contrario, lo que emerge de esa oscuridad es la posibilidad de un camino plagado de severos riesgos que por razones de índole táctico- estratégicas deberíamos evitar. Es por eso que varios analistas del conflicto hemos venido asomando la necesidad de considerar opciones intermedias, pero ninguna de ellas ha sido considerada favorablemente por FAPUV a los efectos de incluirla en la consulta. Viéndome obligado, entonces, a elegir entre dos opciones extremas que ambas me disgustan, mi opción es NO ELEGIR, es decir: NO PARTICIPAR.

Por supuesto, de lo anteriormente expuesto lo que resulta más espinoso es intentar explicar: por qué la opción del NO REINICIO la consideramos tan igualmente extrema e inconveniente como la opción que el mismo Régimen, con su provocadora resolución por parte de la Asamblea Nacional, nos induce a rechazarla de plano (la del REINICIO). Pero antes de entrarle al espinoso asunto, considero pertinente señalar que la forma como la FAPUV ha diseñado la consulta, persigue la consecución de una victoria política a lo interno de las instituciones con una temporalidad de muy rápida prescripción: NO REINICIAMOS. Muy bien: ¿Y después qué? Porque si va a ser más de lo mismo, LAS CASAS VACÍAS, equivale a cavar unos cuantos metros más de profundidad en el hoyo que todos nos encontramos sumergidos (con la FAPUV a la cabeza, pero con la ayuda de todos al no haber asumido el conflicto, como colectivo, con el espíritu de combatividad que demandaba la justa lucha en defensa de la Universidad Autónoma, Democrática y Popular, así como de la calidad de nuestro nivel de vida).

¿Por qué lo digo? La consulta ha sido estructurada sobre la base de tres preguntas. La primera: ¿Comparte usted los argumentos expuestos por la Asamblea Nacional?  Es obvia la respuesta. ¿Cuál universitario que se precie de serlo puede estar de acuerdo con ese adefesio amenazador?  Aunque en su contenido se haga un perfecto boceto de las acciones a las que el Régimen podría recurrir para reducir la Universidad a una institución bajo su control total, acciones, por cierto, hábilmente ancladas a las vulnerabilidades derivadas del torpe proceder de FAPUV (material del espinoso asunto), cabe preguntarse: ¿Se harán efectivas esas amenazas?

Todo dependerá de cuán paradito quede el poder del Régimen después del 6D. Por ahora, en mi opinión, más que el anuncio de un inmediato proceder, el rechazable comunicado persigue dos objetivos principales. En primer lugar: tratar de lavarle la cara a Maduro en su responsabilidad del paro técnico de las universidades de calidad en nuestro país. Es decir, pretende, ante los estudiantes y sus padres, endilgarle la culpa a los profesores y autoridades universitarias de que ellos no estén recibiendo clases, con lo cual busca obtener un beneficio electoral de tal circunstancia o, en todo caso, minimizar su costo político al respecto. El segundo objetivo pasa por la hipótesis no descartable de muchos analistas: al Gobierno le interesa, políticamente, tener desactivadas estas universidades hasta el 6D. De ser cierta esta hipótesis, lo cual es en mayor o menor grado verosímil dependiendo específicamente de cada casa de estudios (en la ULA es claramente así), entonces el comunicado no busca detener la parálisis. Todo lo contrario, persigue, mediante la provocación, inducirnos a rechazar el reinicio aunque sea parcial de actividades de docencia, con lo cual caeríamos en su trampa (¡Otra más!). Pura ganancia para el Régimen, nos desactiva y anula la posibilidad de generación de un foco de profundo descontento estudiantil, causado  por la severa crisis de inoperatividad funcional en unas instituciones azotadas por una inclemente inflación que supera, con creces, el 1000% en los rubros correspondientes a gastos de funcionamiento y mantenimiento de las instalaciones. El Régimen se escuda detrás del paro, para intentar mimetizar su incapacidad de cara al desafío de detener el acelerado empobrecimiento al que nos vemos sometidos tanto los ciudadanos como las instituciones públicas. Y, por si fuera poco, las resoluciones de la AN le permiten dejar instalado un probable escenario a posteriori del 6D para unas acciones que contarán, denlo por descontado, con el acompañamiento de una intensa campaña comunicacional de descrédito moral de los universitarios y sus autoridades.

Con relación a la segunda pregunta: ¿Considera usted que están dadas las condiciones mínimas para el reinicio de las actividades de docencia en aula? De nuevo, la respuesta más fácil es la negativa. Entonces, como se comentaba en la sesión de AVERU de este pasado lunes (9/11) en la UC: Quien haya votado NO en las dos primeras: ¿Con qué argumento vota que sí al reinicio en la tercera? La cuestión está diseñada para los tres NO en fila. Máxime cuando la tercera pregunta ya no tiene esa versión escueta que expusimos en el primer párrafo, sino que ha sido reelaborada de la siguiente forma: ¿A pesar de no estar dadas las condiciones, objetivas y subjetivas, para el reinicio de actividades, ante las amenazas de intervención de la Universidad Venezolana, violentando su autonomía, está usted de acuerdo en el reinicio de actividades docentes? Cualquier comentario sobra. La intención manipuladora de origen se devela por sí sola.


Ahora bien, la segunda pregunta no es de naturaleza tan blanco o negro como parece. Depende de qué tipo de reinicio se plantee. Una reincorporación a media máquina, o una tregua, condicionada a que aquellos cursos donde las condiciones fueran tales que no permitieran una apertura responsablemente académica no se dictarían (por ejemplo: un laboratorio sin reactivos o con su equipamiento dañado); una reincorporación en la cual  al sector estudiantil se le explicara y advirtiera que debería llevar papel a sus exámenes, que no contaría con servicios básicos como sanitarios, comedor y transporte y, quizás, tampoco con buena luz y aire acondicionado en sus aulas y laboratorios, lanza la pelota hacia el campo del Gobierno y también, por qué no decirlo, en el de las autoridades. Pero esto último le daría fuerza al discurso de la INVIABILIDAD que las autoridades comienzan a pregonar. He aquí, en este señalamiento, un espacio para la concertación unitaria de esfuerzos entre FAPUV y AVERU que hasta ahora han venido peligrosamente navegando en este conflicto por vías separadas.

Definitivamente, hay espacios para la adopción de una salida intermedia, con ponderables ventajas estratégicas, pero hasta ahora este planteamiento ha sido desestimado por FAPUV o, por decir lo menos: es lo que se deja evidenciar de su diseño de un referéndum plebiscitario y a la larga suicida. En esas condiciones, reitero: no participo. Maduro es el verdadero responsable del Paro; Maduro es quien paraliza a las universidades, pero todavía falta mucha tela por hilar para que concertemos una unitaria y efectiva narrativa universitaria en esta peligrosa coyuntura. En la segunda entrega, expondré sobre las crónicas debilidades del conflicto y a qué se deben.

sábado, 17 de octubre de 2015

La Crisis Empobrecedora Abarca a las Instituciones

Instituciones Empobrecidas
Asdrúbal Romero M. (@asdromero)

Del hospital oncológico Dr. Miguel Pérez Carreño, ubicado en Bárbula, solicitan ayuda al asilo de ancianos San Martin de Porres: una bombona de oxígeno para un paciente que se les está muriendo. La solicitud puede ser atendida positivamente, pero en el transcurso del traslado de la bombona, un recorrido relativamente corto dado que el asilo tiene su sede en el Pabellón 14 de la otrora Colonia Psiquiátrica de Bárbula, se muere el paciente. Quien nos narra la muy infausta historia a los asistentes de un evento del Tren es el Alcalde de Naguanagua y él nos hace la pregunta en voz alta: ¿Cómo es posible que el oncológico no disponga ni siquiera de una bombona de oxígeno? Esta interrogante retrata, vívidamente, el drama que están padeciendo las instituciones empobrecidas de este país en todas sus respectivas áreas de responsabilidad social: salud, educación, etc.

Los venezolanos estamos siendo víctimas del empobrecimiento más implacable que hayamos alguna vez sufrido, pero tengo la sensación que, en general, no están siendo capaces de trasladar esa crítica realidad que ya están viviendo en sus hogares, a las instituciones en las que  laboran o de las que son potenciales recipiendarios de algún servicio. Un profesor universitario, por ejemplo, se le daña el compresor del  aire acondicionado de su cuarto y no lo puede reponer porque el sueldo ya no le alcanza. Está muy consciente del problema que afronta, pero cuando en el aula donde usualmente dicta sus clases persiste la circunstancia del aire acondicionado dañado, lo primero que se le ocurre es lanzar algún improperio acusando de incapaces a la cadena de autoridades, Director; Decano; Vicerrector Administrativo; Rector, que él siente son los responsables de que la enojosa falla no se haya solucionado. ¿Acaso piensa que la Universidad es una burbuja? Igual ocurre con empleados y estudiantes. El otro día un decano me confesaba que había sido amenazado por un grupo estudiantil de interrumpir las clases en la Facultad, si el aire acondicionado de la biblioteca no era reparado inmediatamente. Pues bien: el costo de reponer esa unidad se ha magnificado tanto, más de diez veces en lo que va de año,  que no se dispone del presupuesto que permita su rehabilitación. El problema en el hogar y en la Universidad viene resultando ser el mismo.

Es como si existiese una carencia de pensamiento sistémico. La cataclísmica inflación que merma terriblemente la posibilidad de mantener, en lo personal, el nivel de calidad de vida a la que nos hemos acostumbrado, de igual forma erosiona la posibilidad que tienen las instituciones públicas de mantener el nivel de calidad en la prestación de sus servicios. Recordemos que ellas no pueden trasladar el incremento de sus costos a un aumento en los ingresos a percibir por concepto de sus servicios prestados, sino que dependen, fundamentalmente, de un presupuesto público asignado. El Alcalde de Naguanagua nos hablaba en su intervención de las inmensas dificultades que confrontaba para reponer los reflectores, dañados con mayor frecuencia debido a los continuos apagones de CORPOELEC, de las diez torres de iluminación que había instalado en el municipio. No sólo es la dificultad para conseguirlos, sino el explosivo incremento de su costo. En el renglón de suministros eléctricos se observan aumentos del orden del 1500% y hasta del 2000%, porque al desaforado incremento del dólar verdaderamente marcador de los precios, por encima del 400% en lo que va de año, se le suman los factores de escasez y especulación. Sin ningún género de duda, estoy convencido que el coctel de inflación que golpea a las instituciones públicas es aún mayor que el que venimos sufriendo a nivel individual.


Gobernaciones, alcaldías, hospitales, tribunales, universidades, liceos y colegios públicos, son instituciones todas que se encuentran inmersas en el mismo marco de empobrecimiento sistémico al que no vemos sometidos todos los pobladores de esta nación deprimida. Un dato muy revelador de este empobrecimiento lo aportó Alejandro Feo La Cruz en su ya mencionada intervención. El presupuesto que maneja su municipalidad es aproximadamente de un millón de dólares. Muy correcto, por cierto, que lo haya cuantificado en esa unidad monetaria para poder tener una idea real de su potencialidad para atender las demandas de servicio en esa unidad político- territorial (el bolívar como moneda ha perdido esa cualidad de cuantificación del valor real de las cosas). Un municipio de características similares en Bolivia, un país que otrora lo percibíamos como referencia de un país pobre, maneja un presupuesto superior a los seis millones de dólares. Así estamos y vamos a peor. ¿Qué hacer? La unión de todos los venezolanos en un clamor único para pedirle al Gobierno que rectifique sus políticas en aras de controlar la inflación no ha sido posible. De nada valen epilépticos incrementos salariales con tufillo politiquero cuando nos enfrentamos a una inflación proyectada del 300% para 2016. Las instituciones pueden unirse y llenar ese vacío. Sus autoridades deben integrarse en un esfuerzo de cohesión institucional, para convertirse en un vector poderoso que le haga ver al gobierno que ya no se trata de crisis presupuestarias ordinarias y recurrentes, sino de una inflación que devora cualquier posibilidad de dar respuesta a las necesidades de los ciudadanos. El Gobierno rectifica o vamos directo a una crisis humanitaria de proporciones incalculables. El terrible cuento de la bombona de oxígeno es una pequeña muestra de lo que ya viene ocurriendo todos los días.

viernes, 25 de septiembre de 2015

Caracterización parcial de este conflicto

Este conflicto universitario

Asdrúbal Romero M. (@asdromero)

Permítaseme una metáfora: Venezuela es como un ascensor que, a doscientos metros de profundidad en el subsuelo, desciende a una velocidad de 50 metros por segundo. Dentro del ascensor van las empobrecidas universidades que confrontan severos problemas de financiamiento para mantener su viabilidad operativa y, dentro de ellas, viajamos sus empobrecidos trabajadores. Lo peor está por ocurrir, lo dicen todos los expertos: el 2016 será mucho peor que lo que ya estamos viviendo.

Nos enfrentamos a un verdadero tsunami económico y social, por lo que la óptica con la que debe ser analizado un conflicto universitario en este contexto, sus objetivos y métodos, debe ser muy distinta a la que utilizáramos en nuestra larga historia de conflictos con los gobiernos de turno. No se trata de resolver un deterioro provisional de nuestro salario, ni de luchar porque a las universidades se les estén escamoteando los recursos para favorecer a otros sectores en la repartición de la torta, sino de cómo utilizamos nuestro potencial de influencia sobre el rumbo del país para convertirlo en poderoso vector opositor a las erradas políticas que lo están hundiendo. En este sentido, el inescapable conflicto que tenemos por delante es de naturaleza altamente política –todos en el pasado lo han sido en algún grado pero ninguno como este- y así debe ser asumido, sin ambages.

Si el conflicto sirviese para lograr una rectificación por parte del gobierno de las políticas que viene aplicando y poner en vigencia otras que reviertan la nefasta tendencia, o en caso de seguirse negando lograse el cese de sus funciones, podríamos calificarlo de altamente efectivo. Esto me provee de un criterio para valorar el potencial de un conflicto. En este sentido: ¿Cuál sería el conflicto ideal en mi opinión? Uno que englobara a todo el sector educativo, incluyendo tanto al público como al privado porque la educación es una sola. Desde hace ya varios años, la prestación de servicio educativo en este país ha venido siendo muy mal remunerada. Los profesores, a cualquier nivel, con nuestros bajos sueldos nos hemos convertido en financiadores de la educación -de la pública y de la privada-. Con la inflación galopante, a un tris de evolucionar hacia hiperinflación, esta situación ha llegado a niveles intolerables y de indignidad. Esta circunstancia, por supuesto, que está teniendo incidencia en el descenso de la calidad de la Educación en el país. No olvidemos que tarde o temprano se cumple el siguiente principio: “obtenemos la educación que pagamos”.

Y uno se pregunta, si por allí están los profesores de educación básica y media (sector público) pendientes de que se les concluya la discusión de su convenio: ¿Qué es lo que ha impedido que se produzca esa gran alianza con la FAPUV? Yo, desde hace varios meses, vengo hablando de esto a cuánto dirigente pueda hablarle, pero ocurre un no sé qué en este país que hace lucir como un imposible que algo que está de anteojitos se produzca. Seguramente inciden muchos factores para que no se logre, pero, obviamente, hay uno que se puede señalar sin lugar a duda: la inexistencia de un nivel superior de coordinación política. Consecuencia de esa falta de acompañamiento de los factores democráticos de oposición a los legítimos reclamos de la sociedad civil que tanto se ha criticado. Es como si al cerebro político opositor de nuestro país se le hubiese dañado la corteza prefrontal ventromedial que es la región donde se maneja la empatía.

Lo cierto es que todo parece indicar que esa gran alianza con mortífero poder de fuego no se concretará. Quizás sea eso, que su potencial de fuego es demasiado grande en un momento en el cual pareciera interesar más: demostrarle al Régimen que pasó a ser clara minoría. El 6D se ha convertido en el gran factor represor del legítimo y justísimo clima de protesta que debiera estar reinando en un país que está a punto de irse a pique. Todos esperamos al 6D mientras la procesión va por dentro, un signo del entrampamiento en el que estamos sumidos. La ruta electoral y la protesta social tienden a entrar en zona de disonancia, una condición de contorno a considerar en el análisis de contexto del conflicto universitario que ya está prácticamente decretado (escribo estas líneas un día antes de la Asamblea de la APUC, en las otras universidades autónomas sus respectivas asambleas ya lo han aprobado). Si yo fuese FAPUV, intentaría tender los lazos en procura del escenario ideal de conflicto.

En el escenario real surge la interrogante cómo debería ser ese conflicto, constreñido al ámbito universitario, que habría que diseñarlo estratégicamente y ejecutarlo para que tuviese la mayor efectividad posible  de acuerdo al criterio ya enunciado. ¿Cómo se sienta al gobierno con la variable inflación puesta sobre la mesa de negociación para extraer un compromiso suyo en ese sentido? NO HAY TABLA QUE VALGA si el ritmo inflacionario va a seguir destrozando nuestra calidad de vida y la posibilidad de que la Universidad pueda funcionar. Las dos cosas: salario y viabilidad institucional. Gremio e institucionalidad universitaria unidos. Más: proceso pedagógico irradiado hacia el país, porque es nuestro deber como sector fundamental de la “intelligentsia” del mismo, y hacia el sector estudiantil a fin de lograr su involucramiento en el conflicto.           



miércoles, 23 de septiembre de 2015

Aporte del prof. Nelson Acosta sobre el dilemático paro.

Me siento muy afortunado de poder contribuir, a través de este blog, con reflexiones que considero necesarias ante la coyuntura por la que atravesamos los profesores universitarios. Supongo que no podré continuar esta racha, pero esta semana lo estamos haciendo a un artículo por día. En este caso se trata de un aporte del profesor Nelson Acosta Espinoza, quien también publicó en facebook un largo comentario sobre mi post "¿Nos vamos o no al Paro?" De similar forma a como procedí con el profesor Pedro Villarroel: le solicité lo convirtiera en un artículo de opinión y he aquí el resultado. Recomiendo su lectura. Comparto en su totalidad su contenido.

¿Ir o no al paro?

Nelson Acosta Espinoza
 

¿Ir o no al paro? ¿Es pertinente esta pregunta? ¿El momento es el adecuado? Bien son varias las interrogantes que suscita la convocatoria de la asamblea para el día viernes. Voy a intentar reflexionar sobre lo que estas interrogantes implican.

Una primera observación. El salarial, en el marco de la actual coyuntura es, disculpen los gremialistas, un tema marginal. Ello no quiere decir que no constituya una reivindicación justa y necesaria. Lo que intento señalar que los bajos sueldos son consecuencias de una política. Y, es esa política, a la que hay que atacar y vencer. Desde luego, esta circunstancia salarial no es exclusiva de los universitarios. Es compartida por densos sectores de la sociedad. Y, ello es así, porque es consecuencia de una política y un estilo de gobernar concreto. Dicho sea de paso, política y estilo que han entrado en crisis. Y, desde luego, no están en capacidad de dar respuestas a las causas que provocan el hundimiento salarial que sufren los venezolanos.

Segunda observación. En consecuencia, no es particular a los universitarios el deterioro de calidad de vida. Por el contrario, esta condición (particularidad) es universable y, en consecuencia, potencialmente compartible con otros sectores de la sociedad. Dicho en términos abstractos: la política correcta es universalizar nuestra particularidad. En cristiano, desarrollar una política de alianzas con otros sectores que padecen "salarialmente" para enfrentar políticamente al gobierno.

Tercera observación. Para alcanzar este objetivo es imprescindible desarrollar una narrativa alternativa a la que ha estado vigente en los  últimos años. No podemos "pensar" esta crisis con los viejos marcos y conducirnos a tono con lo que esos marcos predicaban. La historia o, el pasado reciente, ha demostrado lo inadecuado de esas narrativas. Estamos donde estamos como consecuencia de una visión equivocada de la universidad y del rol de los organismos gremiales y de conducción institucional.

Cuarta observación. La crisis no es solamente salarial. Disculpen lo reiterativo. Es institucional. La universidad no le es posible seguir funcionando como universidad en las condiciones presupuestarias actuales. Me parece que hace obligante enlazar la lucha política por salarios justo con la de presupuestos apropiados. Sin exagerar, la institución universitaria, esa que existe en nuestra ley de universidades, ya no existe. Es necesario rescatarla y reinventarla.

Quinta observación. De esta última observación se desprende que las luchas salariales universitarias deben estar insertadas en un nuevo horizonte de significación. ¿Qué queremos decir con esta expresión? La autonomía, por ejemplo, no debe ser entendida como autogestión dirigida a satisfacer intereses internos (general de índole partidista y tribales). El cambio debe ser sustancial. La autonomía debe representar una capacidad para organizar y estructurar su propio ámbito académico, en el que la excelencia en el desempeño de la actividad docente e investigadora constituya el objetivo fundamental. Suena utópico. Estoy consciente de ello. Pero el conflicto que se avecina, podría brindar una excelente oportunidad para saltar de lo específico (reivindicaciones salariales) hacia lo sustantivo (repensar la universidad). Quizá, una iniciativa que sería apropiada desempolvar es la idea del Senado Universitario. Entidad oficiosa para plantear y discutir temas de esta naturaleza. Abierta, desde luego, al entorno y agrupaciones homologas y coincidentes con estas luchas políticas y reivindicativas.

Sexta y última observación. En mi juventud existía una consigna que solicitaba UN NUEVO GOBIERNO YA. Creo que por ahí van los tiros.