Otro Pote de Humo
Asdrúbal Romero Mujica (@asdromero)
Las redes sociales han alcanzado una intensa agitación, a raíz de la publicación en Gaceta de las nuevas providencias del CADIVI que no desaparecerá sino que cambiará de cachucha. De todos los tweets que he alcanzado a leer, voy a compartir dos con ustedes por haberme parecido particularmente inteligentes. De Alicia Hernández, a quien no conozco pero me gustaría conocerla, cito textualmente: Al Gobierno no le preocupa tu molestia por el cupo. Al contrario. Hace que no hables de “las otras cosas”.
Evidente, mi querida Watson –le diría yo si la tuviese cerca. El Gobierno ha tenido éxito en su maniobra distractora. Todo el mundo anda rechinando los dientes por los benditos cupos y poco se habla de lo “otro”, a menos que sea una víctima del “nuevo esquema de vida” en el que nos vemos inmersos. Por ejemplo: alguien a quien le hayan robado la batería de su automóvil –la “nueva moda”- y no logre conseguir en el mercado otra para reemplazarla. El Gobierno, no totalmente satisfecho con su éxito, se ufana en publicitar, incluso internacionalmente, que el “nuevo esquema cambiario” le permitirá ahorrar 1576 millones de dólares, cuando este monto representa apenas un 3% de la cuantiosa deuda cuya obligación de pago es inmediata.
Este gobierno es tan opaco en su administración, que se nos hace extremadamente difícil, a quienes queremos hacerle un seguimiento al problema de la escasez de dólares, lograr juntar las cifras que nos permitan armar el rompecabezas. Como lo dice Julio Jiménez Gédler (alias @Juliococo) en otro tweet que no es de los dos que comentaré: “A esta fecha, aún no conocemos cuánto petróleo se produjo, cuanto se vendió y a qué precio, ni cuantos dólares entraron en 2013”. Así es, la opacidad es marca de fábrica de este régimen para poder seguir engañando. Pero, poco a poco, las cifras de la verdad van emergiendo y, por cierto, ellas se van ajustando al oscurísimo escenario que habíamos avizorado. Por ejemplo, en esta semana que transcurrió, la firma Ecoanalítica publicó un informe en el que se detallan las deudas en dólares con el sector privado: ¡51,9 millardos! Aclaremos algo: no se trata de una deuda contraída por el Estado con compromisos de pago a futuro. Ya se sabe que la deuda externa del país es mucho mayor y tampoco se conoce con exactitud a cuánto alcanza ya. La deuda a la que se refiere Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, involucra sólo montos que ya debieron haber sido cancelados al sector privado, por concepto de importaciones autorizadas por CADIVI y no liquidadas, expropiaciones no pagadas, compromisos de pago incumplidos con contratistas internacionales del sector petrolero y empresas mixtas de la Faja del Orinoco, y así podríamos continuar con un prologando etcétera. Este es el monto que tiene de cabeza al Gobierno y del cual no quiere que se hable. Por eso, aparenta haber trabajado intensamente estas primeras semanas de enero para emerger, finalmente, con la “gran solución” que se cranearon: el novedoso “esquema cambiario” que les permitirá ahorrar, ya se los dije, apenas un 3% del faltante de caja que tienen. Porque viene a ser eso, después que se rumbearon los dólares, lo que quieren que pase debajo de la mesa es ese vulgar, aunque gigantesco, faltante de caja; como cualquier cajero que se hubiese ido a la discoteca a rumbearse el 97% de una nómina que debía cancelarse al día siguiente.
Traigo a colación el segundo tweet, éste de Rafael Uzcátegui (alias @fanzinero): “Si a ud lo que más le molesta ahora es la reducción de Cadivi tiene problemas de percepción de la realidad”. Gravísimos, le añado yo. El problema es que en ese monumental faltante de caja están los 463 millones que le adeudan a Empresas Polar, la mayor productora de alimentos procesados en nuestro país que ya advirtió sobre el riesgo de paralización de sus operaciones. En la misma línea, advierte el Presidente de Fedecámaras, Jorge Roig, en El Nacional (24/01): “Empresas se paralizarán por falta de divisas”. Según él, las líneas de crédito internacionales que todavía no se han cerrado para Venezuela, están a punto de serlo. ¿Hacia dónde vamos? Cierre de empresas, desempleo masivo, dantesca escasez e híper inflación. Todo esto se veía venir, pero algunos parecen más preocupados porque ahora sus compras en Amazon les saldrán más caras. ¿Qué será esto? ¿Domesticación?
En ese escandaloso faltante de caja está el papel que le hace falta a los periódicos para poder circular normalmente. Me decía la Lic. Tibisay Romero, con ocasión del acto de “Valencia se respeta” el 23 de enero en la Plaza Sucre: “el problema del papel es mucho más grave de lo que la gente se imagina”. ¿Y el de las líneas aéreas? A todo esto habría que sumarle el problema de las divisas para este año. Ya Ramírez dijo: el sistema cambiario dispondrá de 42 millardos de dólares para todo el año –otra cifra que nos habíamos craneado a pesar de la opacidad gubernamental. No se sabe si a este monto habría que sustraerle lo correspondiente al servicio de la deuda, que algunos estiman hasta en 18 millardos (Econ. Jose Luis Saboin), pero en nuestra cacería de información pronto lo sabremos. Aun no siendo así, el monto es a todas luces insuficiente para atender las necesidades de una economía a la que se le ha mantenido artificiosamente engañada.
El problema más grave para el Gobierno es el faltante de caja. No halla cómo resolver y trata de esconder la implosión de su equivocado modelo, además plagado de corrupción e ineptitud. Se dice por allí que tiene ya varios meses conversando, secretamente, con el FMI para un crédito por 50 millardos ¡Bingo! No me consta que sea verdad, en todo caso: no me imagino a este socialismo del siglo XXI vendiéndole a sus ya alborotadas bases el tipo de ajustes al que obliga el FMI, ¡aunque caraduras serán hasta la sepultura! Tampoco alcanzo a imaginarme al FMI haciéndole ese gran favor político a este gobierno. Aquí lo que nos sale es obligarles a que renuncien. Con este régimen, ya va resultando harto evidente que no hay salida. ¡O salen ellos o implosionaremos todos!
Completamente de acuerdo con Ud. ¡Exijamos la renuncia de este gobierno inmoral ya!
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