Preso pero libre
Asdrúbal Romero M. (@asdromero)
Finalmente pude
leerlo. Había intentado conseguir el libro en Valencia y no me había sido
posible. Justo unos días después de mi salida del país lo presentaron, pero, obvio,
ya yo no podía estar presente. En mi primera visita a La Central de Callao, mi
librería preferida en Madrid, lo adquirí
y en apenas tres días leí, reflexioné, medité sus doscientos ochenta páginas.
La mejor síntesis que puedo aportar del libro contentivo de las anotaciones de
Leopoldo López hechas en Ramo Verde –las que logró salvar- es que todo
militante activo por un cambio en nuestro país debería leerlo.
No es un libro de
denuncia, aunque contenga algunos pasajes en los que López nos entera de situaciones
y ejecutorias que hablan, por sí solas, del tipo de personas que están al
frente del Régimen: ¡de lo que son capaces! Que Dios nos agarre confesados, si
no logramos acopiar las fuerzas suficientes para liberarnos de su pretensión
opresora. La idea- objetivo que motiva al autor a escribirlo es sencilla: dejar
un registro del cúmulo de sus experiencias en la prisión. También, sus
anotaciones constituyen una herramienta, una de muchas, en la lucha personal
que debe librar, permanentemente, contra ese enemigo inagotable que es el
tiempo. Así lo califica Leopoldo: “el tiempo es la mayor fuerza que debemos
dominar para mantener la estabilidad emocional”.
El libro es una ventana
a esa lucha encomiable. Asomarse a ella es insuflarse uno mismo, como lector,
de la energía necesaria para continuar en esta lucha personal que todos debemos
dar. El inmenso perjuicio que este régimen ha perpetrado a nuestras vidas, es
razón suficiente como para tomar su salida como un asunto personal. Les
confieso que soy una de esas personas que requiero de cuando en cuando una
mascarilla de oxígeno energizante. Mi principal enemigo es la desesperanza al
ver que el tiempo pasa; que la crisis económica y social profundiza su acción
empobrecedora con paso indetenible, y acelerado, causando daños de los cuales
cada vez tomará más tiempo recuperarnos y que, a pesar de esta realidad ya
aplastante, los que nos oponemos a este régimen no logramos alinear todas
nuestras fuerzas como para lograr el inmediato golpetazo de timón que requiere
el país.
Mi visión de la
crisis como estudioso de los procesos dinámicos ha tenido una influencia
preponderante en mis decisiones y actitudes políticas. Estuve de acuerdo con La Salida, -como
fue planteada y no como lo terminó siendo al caer en el enfrentamiento
provocado por el Régimen-, porque ya
para aquel entonces, consciente de lo que se nos vendría encima, sentía que ya
no había más tiempo que perder. Si en aquel momento, era válido decir que Venezuela
descendía en un ascensor a una velocidad de 5 metros/mes y ya nos encontrábamos
a la altura del sótano 20, ahora vamos por el 120 a una furiosa velocidad de
descenso de 50 metros/mes. He insistido en esta metáfora gráfica para tratar de
trasmitir la visualización de este viaje hacia un desastre humanitario de
proporciones que la mayoría no alcanza a imaginar. Le cuesta a esa mayoría ver
lo que uno ve.
Lo más
preocupante es que los actores políticos tampoco parecen verlo – es mi
hipótesis, porque si lo estuviesen viendo no tendría perdón de Dios todo ese
movimiento browniano de intereses subalternos que uno observa-. Por esta razón,
me pareció perfecta la frase que los amigos del IFEDEC Carabobo se ingeniaron
para titular un comunicado que preparamos, entre varias organizaciones, para
ser entregado a la MUD Carabobo: “El Tiempo de la Política no es necesariamente
el Tiempo del Pueblo”. El tiempo de la política va a unas revoluciones muy
inferiores de lo que el desarrollo dinámico de la crisis ya va demandando. Les
confieso que yo esperaba un quiebre político a las alturas de finales de abril
e inicios de mayo, los meses siguen pasando y la crisis desarrollando
velocidades de deterioro insoportables. El evento del 1S, magnífico, excelente,
sólo una crítica: tardío.
Quizás, como lo
dice mi estimado Francisco Contreras -un profesor jubilado de la UC muy
prolífico en el tratamiento de temas sobre la crisis-, los expertos hemos
fallado al no saber transmitir las dimensiones de la crisis ni su potencial trágico.
Habrá que reconocerlo. En todo caso, ha sido en esa mezcla de no sé cuánto de
incompetencia y cuánto de impotencia que se ha cosechado mi desesperanza. Justo
por esta razón me ha calado tan hondo la frase del torturador a la que Leopoldo
hace referencia en su libro: “No sólo debes sacarles la sangre, más importante
es arrancarles la esperanza”. Esa es la intención de los carceleros de Leopoldo
y no lo han logrado. Muchas menos razones tengo yo para dejarme quitar la
esperanza de vivir en una remozada Venezuela en la que se garantice que todos
los derechos sean para todos sus ciudadanos. Un lema motivador que lo resume
todo.
Después de la
lectura de un buen libro ya no eres el mismo. En alguna medida, ese libro ha
logrado un cambio en tu interior. Estoy seguro que “Preso pero libre” será un
buen libro para cualquier venezolano comprometido con el cambio. Su potencial
de transformación será distinto para cada lector, para mí ha sido como un
regaño viviente: hay que continuar la lucha; tu esperanza y motivación no se las
puedes entregar al enemigo.
Leopoldo ha
logrado con este libro colocarse en la antípoda moral a este régimen. Su cúpula
corrupta y antipatriótica bien lo reconoce, de allí su insidia particular para
perseguir a la dirigencia de Voluntad Popular. Ha sido tremendamente acertado y oportunísimo
en el tiempo en la caracterización del Régimen. En lo económico: empobrecedor
hasta límites que todavía no alcanzo a comprender serán nuestros conciudadanos
capaces de soportar. En lo político: confrontamos a una dictadura. Cito:
“Todavía me sorprende que haya personas, dirigentes, de la oposición que se
niegan a asumir frontalmente que estamos en dictadura. Hoy son muchos menos que
el año pasado, pero todavía hay quienes no terminan de entender que, de no
asumir que estamos en dictadura, no podemos definir con claridad una ruta para
salir de ella”.
Leopoldo ha
asumido riesgos en aras de un despertar del pueblo que, en mi opinión, todavía
no se ha producido en el nivel cónsono con el daño que se le ha perpetrado. Su
llamado a asumir riesgos sigue vigente y me permito enfocarlo con particular
énfasis hacia la dirigencia política: si no existe la disposición a asumirlos,
“será muy difícil lograr que se dé un proceso de cambio profundo”. Les reitero la
invitación a leer este libro de cuya lectura, seguro estoy, emergerán con un mayor
compromiso de lucha.
Excelente analisis, estamos muy de acuerdo en el planteamiento de que hay que asumir riesgos y en que es necesario que los dirigentes de la oposicion entiendan que este gobierno es una dictadura y asi idear estrategias para forzar una salida consona al contexto real, de lo contrario el tiempo pasara y seguiremos empobreciendonos y acostumbrandonos a la pobreza y puede venir la desesperanza. Saludos....
ResponderEliminarDistinguido profesor, de su texto y ejercicio hermenéutico lo doy como acertado, sin embargo, rescataría la ESPERANZA que con toda su fuerza la dictadura, trata por distintos medios de arrebatarnos y a su vez, sembrar desesperanza, un pueblo desesperanzado se deprime y consecuencialmente detiene su accionar. El régimen tiene sus expertos mediáticos algunos de ellos psiquiatras y laboratoristas para crear estas percepciones (no reales). De lo que se trata es que la dirigencia opositora en general deslave, desmonte el discurso de esta neo-dictadura, en común acuerdo, en acciones dirigidas a este objetivo que nos impone a diario el autoritarismo gobernante. A pesar, del discurso desalentador de orden pquiátrico, el pueblo venezolano en franco desafío al poder dictatorial, demostró el 6D el imperativo categórico de atreverse por la vía constitucional a exigir un cambio de modelo, hacia la democracia y libertad. Saludos
ResponderEliminarMi querido y estimado colega y amigo, el grave problema que tenemos es que la oposición no comprende que las personas que están en el gobierno no son políticos, son unos vulgares delincuentes, pero los siguen tratando como políticos.
ResponderEliminarEl enemigo de todos es la desesperanza, como tu lo dices Asdrubal, según mi opinión la crisis económica se va a acentuar y el país se seguirá yendo hacia el precipicio. La oposición se ha alineado, salvo algunos idiotas, está junta, pero ellos siguen tratando al gobierno como políticos.
Cuando Leopoldo dice “No sólo debes sacarles la sangre, más importante es arrancarles la esperanza”, tiene toda la razón, pero si entramos en profundidades, al gobierno no le importa ni la esperanza ni la razón. Repito, son unos delincuentes.
Como puedes observar no soy optimista, la ÚNICA salida que tiene Venezuela…, repito…, LA ÚNICA salida son los militares, pero como estos últimos son unos ladrones y narco traficantes, todos sin excepción….., entonces no tenemos salida.
Valoro la valentía de Leopoldo y ojalá salgamos de este atolladero. Quizás podamos hacer algo con la presión internacional, pero esa también tiene su precio y todavía hay dinero para comprarla.
Muy bueno tu Articulo Asdrubal y el libro de Leopoldo Lopez es un gran documento historico politico .Solo difiero en la tesis del quiebre porque eso es precisamente la jugada que espera la mal llamada revoluciôn. Es verdad que la situaciôn a veces parece desesperada y que es muy facil decirlo desde el exterior pero el tiempo que ellos estan creyendo ganar es directamente proporcional a la magnitud de la derrota que sufriràn en unas elecciones democraticas.Y mientras mas aplastante sea esta derrota sera mas dificil para ellos mantenerse como opciôn a futuro. Precisamente esta el caso de Ortega en Nicaragua que permitio las elecciones y por eso pudô constituirse en una opciôn que recuperô el poder. El Chavismo esta jugando a su desapariciôn evitando el referendum y eso es mejor para Venezuela que otra cosa. Yo creo que si hay una luz al final del tunel y comenzo la cuenta regresiva lo que antes nisiquiera se vislumbraba.
ResponderEliminarExcelente análisis, me imagino que el título se refiere a la libertad de conciencia. Ojalá pueda leerlo pronto, la situación del país es complicada, aún con una salida legal de este régimen pasará algún tiempo para recuperar las condiciones económicas que deseamos, porque se han arraigado muchos vicios en la población. Saludos.
ResponderEliminarExcelente artículo, amigo. coincido contigo en un 100%. Muchas gracias.
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