¿Politizar o no el Conflicto?
Asdrúbal Romero Mujica (asdromero@gmail.com)
Cuando me
siento a escribir estas líneas, la mesa de negociación con los Rectores y FAPUV
sobre el convenio colectivo se encuentra en pleno desarrollo. Ojalá que de ella
se deriven las condiciones que permitan una tregua honrosa que reabra las aulas
universitarias. El conflicto continuará, habida cuenta que su verdadera
naturaleza y dimensión trasciende lo laboral, aunque sin pretender restarle
importancia a esta faceta del conflicto. En “La Confrontación entre Dos
Modelos” –el segundo artículo de esta trilogía- expuse las razones por las que
creo que el conflicto universitario es Político, sin embargo: he visualizado
una cierta renuencia en los universitarios a politizarlo.
¿Por qué lo
digo? Con llamativa frecuencia veo declaraciones de dirigentes universitarios, gremiales o estudiantiles, a través de los
medios de comunicación social, haciendo demasiado hincapié en aclarar que su
objetivo no es político. Es como si estuviesen acomplejados ante la acusación
que les hace el Gobierno. El cual, por cierto, politiza cualquier protesta o
conflicto que se le presente. Si los habitantes en las áreas aledañas a CAVIM,
salieran a protestar porque todavía no les han indemnizado por los destrozos
que causó la extraña explosión ocurrida hace ya algún tiempo, lo cual sería
perfectamente justificable, alguien del gobierno saldrá a decir que la CIA está
detrás de la organización de la protesta, que el objetivo de los pobres vecinos
es golpista, etc., etc.
¿No se han
preguntado a qué se debe esa actitud del gobierno de acusar como político a
cualquier conflicto que se le plantee por muy justificado que éste sea? Mi
teoría es que persiguen mantener a los conflictos en un contexto sectorizado,
así nos mantienen divididos y nos van derrotando sector por sector. ¡Ahora
vemos cómo derrotamos a los universitarios y luego nos encargamos de los
maestros y enfermeros! Ya la Federación Venezolana de Maestros anunció
conflicto: su contrato colectivo está vencido. También leí declaraciones en el
mismo sentido de los dirigentes gremiales de los médicos y enfermeros. Pero uno
no observa a estos gremios sumados a la lucha de los universitarios, a pesar de
que les convendría ayudarnos porque lo que nosotros consigamos se constituye en
una referencia para lo que ellos puedan aspirar. A todos los asalariados de este país nos une
un objetivo transversal: ¿Cómo hacemos para que un gobierno inflacionario
reconozca la pérdida adquisitiva de nuestros sueldos y negocie con los
verdaderos representantes de los trabajadores incrementos salariales en correspondencia
con ella? Sin embargo, nos mantenemos desunidos en nuestras luchas. ¿Qué es lo
que está haciendo falta? ¡La coordinación política!
Venezuela ha
sido conducida a una situación de colapso económico de naturaleza tal, que se
hace impostergable para quienes consideramos que hay que imprimirle un giro de
180 grados a nuestras políticas públicas, nos declaremos en estado permanente
de Conflictividad Social Políticamente Organizada. La MUD, con Capriles a la
cabeza, debe encargarse de su dirección y organización. Aclaro: que estoy
siendo reiterativo con lo que señalara en otro artículo: “¿Quién defiende a la
Clase Asalariada?” (puede conseguirse en mi blog o a través del buscador de
Analítica). No ha variado mi posición: todos los conflictos deben ser
politizados, porque los causan la incompetencia e ineptitud del mismo gobierno de
todos que, además, ya ha tenido suficiente tiempo en el poder como para
convencernos de que no va a resolver los problemas sino que los va a agravar.
Los politizamos todos y debe importarnos un bledo que el Gobierno los intente desacreditar
con la acusación de que los estamos politizando.
Confieso que pensé en insistir en esta tesis a raíz de
lo que observé en la marcha del sábado 29 de junio. Mi expectativa era que
participaría en una gran marcha nacional con un nutrido acompañamiento de otros
sectores de la sociedad civil, tomando en cuenta que varios dirigentes políticos
importantes, incluido Capriles, se habían hecho copartícipes de su
convocatoria. No ocurrió tal cosa. A la cabeza de la marcha estaba la
dirigencia universitaria capitalina -no se hicieron presentes los rectores de
la provincia- y, para mi sorpresa,
tampoco participaban en ella ninguno de los dirigentes políticos nacionales que
habían sobresalido en el esfuerzo de convocatoria. Aunque numerosa, la marcha
fue fundamentalmente universitaria y capitalina, lo que me produjo una
decepcionante sensación: los universitarios marchando solos, como si nuestro
problema muy poco le importara al resto del país. Sí me conseguí a muchos
dirigentes políticos, participaban en medio del gentío, tomándose fotos con
quienes se lo solicitaban, dando declaraciones cuando los periodistas los
abordaban, pero auto relegados de la conducción de la marcha como si quisieran
abstraerse del ejercicio de su liderazgo, como bomberos que no quisiesen pisar
las mangueras de otros bomberos, como si su presencia y el ser vistos allí
fuera importante para ellos pero actuando como si no lo fuera para nosotros.
Sin buscarla, pronto obtuve una respuesta a mi desazón,
en un comentario al voleo que me hiciera un dirigente gremial universitario: me
habló de una cierta tensión en la organización de la marcha, no se había
considerado deseable que los dirigentes políticos asumieron el protagonismo.
¡Otra vez el complejo! Nos quejamos de que la dirigencia política opositora no
se involucra en los problemas de la gente, que sólo se ocupa de lo
electoral, y cuando evidencia su interés
en hacerlo, somos nosotros quienes les imponemos el freno. ¿Quién nos entiende?
Cuando la marcha llegó a su destino, se topó con una
tarima poblada por dirigentes estudiantiles, algunos de ellos lanzaron breves
mensajes. ¡Qué importante hubiese sido que Capriles o Leopoldo o María Corina,
o los tres, hablaran en ese final de marcha! Obviamente, eso no ocurrió. Quizás en una futura marcha de los maestros o
de los enfermeros tampoco ocurra. ¡Craso error!
Para los universitarios es importante que Capriles y
el resto de la dirigencia opositora nos escuche con suma atención. Nos es vital
que podamos transmitirle nuestra visión sistémica y experta de la problemática
integral del subsistema de educación superior de nuestro país. A Capriles lo
hemos convertido en un líder en los recientes procesos electorales, pues bien:
como líder debemos utilizar su poderosa vocería, su capacidad para amplificar y
multiplicar nuestro mensaje hacia el resto de la sociedad, a fin de hacerle entender que la destrucción
de las universidades compromete el futuro de todos. Su poder de convocatoria,
bien ganado en los escenarios electorales, le confiere esa posibilidad de
imprimirle una dimensión transversal a los problemas de cada uno de los
sectores de la vida nacional que los convierta en problemas de todos. Sólo el hacer causa común, con criterios de
unidad necesaria y bien organizada, nos puede conducir a la extirpación de ese
cáncer originario que aparece como diagnóstico final de todas nuestras rutas de
desastre.
Por otra parte y en perfecta complementación: es
importante para Capriles y la MUD acercarse a la sociedad desde una perspectiva
que les permita empaparse de los nudos problemáticos sectoriales e identificar
los ejes transversales para una lucha política de todos partiendo de lo
particular. Podría argumentarse que lo electoral es el espacio donde se unifica
la lucha del colectivo global, quizás eso sea así en una democracia normal que
funcione con partidos políticos fortalecidos, pero en nuestra Venezuela de
estos tiempos bizarros lo electoral está luciendo muy insuficiente. Voces y más
voces, algunas bien importantes, se suman a ese sentir: con lo electoral no
basta, está faltando el acompañamiento, pero no el de estar allí para que te
vean sino el del empapado dentro de la problemática e involucrado. Desestimar
esto implica el riesgo de un descalabro en las municipales.
Mi propuesta: A este conflicto universitario y todos
los que están por venir de otros sectores hay que imprimirles un sentido
político, sin complejos, el que haya sido reelecto este gobierno, si es que lo
fue, no le confiere una patente de corsos para seguir golpeándonos por seis
años a todos en nuestra realidad particular. O enderezan el rumbo o perecen. En
ese nuevo escenario politizado al que aspiro, me gustaría ver un gran evento
nacional donde a todos los venezolanos se les convoca para apoyar a los
maestros, a los profesionales de la salud, por supuesto: a los universitarios.
Convoca Capriles. Encabeza Capriles y le habla al país Capriles con su gran
altavoz y consustanciado con la grave problemática que aqueja a cada uno de
estos sectores. Hagamos Política, con una P de Grandeza.
no es fácil lo que propone,pero serìa fácil si se despertara el liderazgo individual de los ciudadanos!
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=4p-Hi9z8d_Y&feature=player_detailpage
ResponderEliminarque malo soy , que malo soy, (con respecto a la maestra o maestro tradicional, el video que acabo de montar)
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