¿Por qué no voto en el referéndum de FAPUV? (I)
Asdrúbal Romero M. (@asdromero)
No tiene sentido participar en un
referéndum en el cual no se le ofrece al consultado una opción atractiva por la
que votar. Me refiero a la tercera pregunta de la consulta electoral organizada
por FAPUV, la más dilemática de las tres: ¿Está usted de acuerdo con el
reinicio de actividades?
Me resultaría sumamente incómodo votar
afirmativamente por el reinicio normal de actividades, como si los profesores fuésemos
mansos corderitos que a la primera amenaza del Régimen salimos todos asustados
a rendirnos. Nuestro reclamo salarial ante un gobierno que no logra controlar
una inflación galopante es justo y legítimo. La forma cómo el mismo ha sido
procesado por el Régimen es absolutamente inaceptable, habida cuenta que sus
personeros, reiteradamente, se han negado a sentarse a discutir en un ámbito
formal y bilateral con la legítima representación profesoral para la búsqueda
de un acuerdo. Por lo tanto, razones no tengo para votar por el reinicio. Sin
embargo, la dinámica que ha caracterizado el desarrollo del conflicto me
conduce a vislumbrar la opción contraria, la del NO REINICIO, como una opción
extrema que nos entrampa aún más en un conflicto en el cual no se alcanza a ver
la lucecita al fondo del túnel. Todo lo contrario, lo que emerge de esa
oscuridad es la posibilidad de un camino plagado de severos riesgos que por
razones de índole táctico- estratégicas deberíamos evitar. Es por eso que
varios analistas del conflicto hemos venido asomando la necesidad de considerar
opciones intermedias, pero ninguna de ellas ha sido considerada favorablemente
por FAPUV a los efectos de incluirla en la consulta. Viéndome obligado,
entonces, a elegir entre dos opciones extremas que ambas me disgustan, mi
opción es NO ELEGIR, es decir: NO PARTICIPAR.
Por supuesto, de lo anteriormente expuesto
lo que resulta más espinoso es intentar explicar: por qué la opción del NO
REINICIO la consideramos tan igualmente extrema e inconveniente como la opción
que el mismo Régimen, con su provocadora resolución por parte de la Asamblea
Nacional, nos induce a rechazarla de plano (la del REINICIO). Pero antes de
entrarle al espinoso asunto, considero pertinente señalar que la forma como la
FAPUV ha diseñado la consulta, persigue la consecución de una victoria política
a lo interno de las instituciones con una temporalidad de muy rápida
prescripción: NO REINICIAMOS. Muy bien: ¿Y después qué? Porque si va a ser más
de lo mismo, LAS CASAS VACÍAS, equivale a cavar unos cuantos metros más de
profundidad en el hoyo que todos nos encontramos sumergidos (con la FAPUV a la
cabeza, pero con la ayuda de todos al no haber asumido el conflicto, como
colectivo, con el espíritu de combatividad que demandaba la justa lucha en
defensa de la Universidad Autónoma, Democrática y Popular, así como de la
calidad de nuestro nivel de vida).
¿Por qué lo digo? La consulta ha sido
estructurada sobre la base de tres preguntas. La primera: ¿Comparte usted los
argumentos expuestos por la Asamblea Nacional? Es obvia la respuesta. ¿Cuál universitario que
se precie de serlo puede estar de acuerdo con ese adefesio amenazador? Aunque en su contenido se haga un perfecto
boceto de las acciones a las que el Régimen podría recurrir para reducir la
Universidad a una institución bajo su control total, acciones, por cierto,
hábilmente ancladas a las vulnerabilidades derivadas del torpe proceder de
FAPUV (material del espinoso asunto), cabe preguntarse: ¿Se harán efectivas
esas amenazas?
Todo dependerá de cuán paradito quede el
poder del Régimen después del 6D. Por ahora, en mi opinión, más que el anuncio
de un inmediato proceder, el rechazable comunicado persigue dos objetivos
principales. En primer lugar: tratar de lavarle la cara a Maduro en su
responsabilidad del paro técnico de las universidades de calidad en nuestro
país. Es decir, pretende, ante los estudiantes y sus padres, endilgarle la
culpa a los profesores y autoridades universitarias de que ellos no estén
recibiendo clases, con lo cual busca obtener un beneficio electoral de tal
circunstancia o, en todo caso, minimizar su costo político al respecto. El
segundo objetivo pasa por la hipótesis no descartable de muchos analistas: al
Gobierno le interesa, políticamente, tener desactivadas estas universidades
hasta el 6D. De ser cierta esta hipótesis, lo cual es en mayor o menor grado
verosímil dependiendo específicamente de cada casa de estudios (en la ULA es
claramente así), entonces el comunicado no busca detener la parálisis. Todo lo
contrario, persigue, mediante la provocación, inducirnos a rechazar el reinicio
aunque sea parcial de actividades de docencia, con lo cual caeríamos en su
trampa (¡Otra más!). Pura ganancia para el Régimen, nos desactiva y anula la
posibilidad de generación de un foco de profundo descontento estudiantil,
causado por la severa crisis de
inoperatividad funcional en unas instituciones azotadas por una inclemente
inflación que supera, con creces, el 1000% en los rubros correspondientes a
gastos de funcionamiento y mantenimiento de las instalaciones. El Régimen se
escuda detrás del paro, para intentar mimetizar su incapacidad de cara al
desafío de detener el acelerado empobrecimiento al que nos vemos sometidos
tanto los ciudadanos como las instituciones públicas. Y, por si fuera poco, las resoluciones de la AN le
permiten dejar instalado un probable escenario a posteriori del 6D para unas
acciones que contarán, denlo por descontado, con el acompañamiento de una
intensa campaña comunicacional de descrédito moral de los universitarios y sus
autoridades.
Con relación a la segunda pregunta: ¿Considera
usted que están dadas las condiciones mínimas para el reinicio de las
actividades de docencia en aula? De nuevo, la respuesta más fácil es la
negativa. Entonces, como se comentaba en la sesión de AVERU de este pasado
lunes (9/11) en la UC: Quien haya votado NO en las dos primeras: ¿Con qué
argumento vota que sí al reinicio en la tercera? La cuestión está diseñada para
los tres NO en fila. Máxime cuando la tercera pregunta ya no tiene esa versión
escueta que expusimos en el primer párrafo, sino que ha sido reelaborada de la
siguiente forma: ¿A pesar de no estar dadas las condiciones, objetivas y
subjetivas, para el reinicio de actividades, ante las amenazas de intervención
de la Universidad Venezolana, violentando su autonomía, está usted de acuerdo
en el reinicio de actividades docentes? Cualquier comentario sobra. La
intención manipuladora de origen se devela por sí sola.
Ahora bien, la segunda pregunta no es de
naturaleza tan blanco o negro como parece. Depende de qué tipo de reinicio se
plantee. Una reincorporación a media máquina, o una tregua, condicionada a que
aquellos cursos donde las condiciones fueran tales que no permitieran una apertura
responsablemente académica no se dictarían (por ejemplo: un laboratorio sin
reactivos o con su equipamiento dañado); una reincorporación en la cual al sector estudiantil se le explicara y
advirtiera que debería llevar papel a sus exámenes, que no contaría con
servicios básicos como sanitarios, comedor y transporte y, quizás, tampoco con
buena luz y aire acondicionado en sus aulas y laboratorios, lanza la pelota
hacia el campo del Gobierno y también, por qué no decirlo, en el de las
autoridades. Pero esto último le daría fuerza al discurso de la INVIABILIDAD
que las autoridades comienzan a pregonar. He aquí, en este señalamiento, un
espacio para la concertación unitaria de esfuerzos entre FAPUV y AVERU que
hasta ahora han venido peligrosamente navegando en este conflicto por vías
separadas.
Definitivamente, hay espacios para la adopción de una salida
intermedia, con ponderables ventajas estratégicas, pero hasta ahora este
planteamiento ha sido desestimado por FAPUV o, por decir lo menos: es lo que se
deja evidenciar de su diseño de un referéndum plebiscitario y a la larga
suicida. En esas condiciones, reitero: no participo. Maduro es el verdadero
responsable del Paro; Maduro es quien paraliza a las universidades, pero
todavía falta mucha tela por hilar para que concertemos una unitaria y efectiva
narrativa universitaria en esta peligrosa coyuntura. En la segunda entrega,
expondré sobre las crónicas debilidades del conflicto y a qué se deben.
Me parece muy bueno el análisis, y aprovecho de hacerle una crítica constructiva para su consideración.
ResponderEliminarRespeto su posición y mucho más tras el análisis planteado, pero sugeriría promover el voto blanco, puesto que no es lo mismo abstenerse que votar en blanco, me parece que demostraría la misma inconformidad y no sería un llamado al abstencionismo (que imagino no debe ser el propósito de su análisis), sino al no estar de acuerdo con las respuestas inducidas en la consulta, por las razones totalmente validas expuestas en su artículo..
En alguna oportunidad recuerdo haber visto en el Congreso de Colombia una discusión acerca de una Ley que indicaba que si existía un porcentaje de votos blancos (no nulos, no abstención, Blancos) se debían repetir las elecciones con candidatos diferentes.. Lo cual me pareció excelente, pues muchas veces la ¨democracia¨ nos pone a elegir cual es el menos malo y no cual es el mejor, como debería de ser.
Al mejor cazador se le va la liebre. Tú tienes toda la razón: debí haber anunciado públicamente mi voto en blanco y no lo que hice: anunciar mi no participación. Ciertamente, se puede interpretar como un llamado abstencionista que, la verdad, no estuvo en mis propósitos. No me importa si votan pocos o muchos porque veo ese problema desde una perspectiva muy externa al juego político interno. Al final, sean pocos o muchos me da la impresión que el resultado será el mismo.
Eliminar¿Qué pudo haberme ocurrido? Que el cerebro emocional razonó por mí. La primera red neuronal que se activó fue la de la NO Participación, muy probablemente porque siento una profunda molestia por líderes gremiales que en reuniones y cenas privadas confiesan estar entrampados, que admiten haber cometido errores en el manejo del gremio y luego se inventan una huida hacia adelante. Voy a permitirme apropiarme de lo que dice un colega: "Lo que han hecho es como decir: Yo me equivoqué pero ahora vengan, ustedes profesores, detrás de mí para ratificar o legitimar el error que cometí por falta de análisis estratégico- político de la situación".
En su suicida huida hacia adelante el referéndum consultivo es como colocarle una trampa general al profesorado. La gran ausencia en toda esta situación ha sido la grandeza y la valentía para decir "Me equivoqué".
Sé, por tus valiosas intervenciones en asambleas, que eres un joven profesor de Eléctrica. ¿Cuál curso das? Me pongo a la orden tuya para hablarle a tus estudiantes de cómo funciona el cerebro y cómo aplicar ese conocimiento a la comprensión de cómo razonamos.
Muy bueno tu Análisis José Nieto, ciertamente, el voto nulo dice más que la abstención.
ResponderEliminarMuy buen artículo y excelentes comentarios: son 3 preguntas, con 3 opciones por cada una (si/no/blanco), por lo tanto hay una gran variedad de maneras de votar. Así que. ¡no perdamos la oportunidad!
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo con los fundamentos del artículo, más no con la propuesta de "no participar" y explico. Critiqué en su momento el surgimiento por arte de magía de una consulta vía referendum, sin que existiera como única razón válida, propuestas salariales ni de otros aspectos del honor universitario por parte del gobierno, que reivindiquen la lucha universitaria planteada. Justificaría a mi entender un referendum, una nueva tabla salarial, un nuevo esquema de interescalas, el congelamiento de la asignación de cupos OPSU o un llamado a las universidades a introducir presupuestos adicionales para solventar la grave crisis presupuestaria. Creo que muchos profesores se autocuestionaron el apoyo al PARO (dejemos los eufemismos) con el acuerdo aprobado por esta saliente Asamblea Nacional. Miedo es la palabra clave. Al parecer con ese acuerdo el gobierno incluyó "el miedo" como un haber dentro del "salario integral". Y lo peor es que nuestros curtidos directivos de FAPUV y asociaciones de profesores acusaron recibo de eso, con este llamado nervioso a referendum. Por eso digo y comparto, que NO existen razones válidas para el conflicto planteado hacer esta consulta. Para desmontar esa matriz de opinión y reforzar que NO debe haber miedo, afirmo que nuestras demandas más que nunca están amparadas y respaldadas por las leyes, desestimando al parcializado TSJ. El tema de la posible intervención si requiere respuestas oportunas y contundentes, como ya se han venido dando desde representaciones universitarias como AVERU, consejos universtarios, de facultades y federaciones estudiantiles. Rechazo la propuesta de no participar, porque apunta a la fractura la poca unidad que tienen el gremio. Muchos profesores tienen serias críticas que hacer a nuestras representaciones gremiales, por aspectos como este injustificado referendum, pero debemos recordar cuando los aplaudimos en asambleas por no aceptar el adefesio de la IICCU. Profesor es tiempo de sumar, no de dividir.
ResponderEliminarGustavo A. Guevara I.:
ResponderEliminarAsdrúbal, tu análisis, como siempre, muy inteligente, muy bien diseñado. Yo mismo, no estuve de acuerdo con paralizar las clases suponiendo que los profesores iban a asistir pues eso es una completa ilusión, y explico por qué. Ir a la Universidad si el profesor no tiene vehículo representa un costo muy elevado, mínimo 800 bs si habita en zonas cercanas a la UC, pudiendo llegar a 2.000 bs si habita en zonas como Tocuyito. Pedirle a un profesor que vaya a hacer acto de presencia sin dar clases, es realmente ridículo. Muchos profesores dan clases todavía porque pueden usar el transporte universitario, pero si este está paralizado, como de hecho lo está, no habrá ninguna lógica económica que aguante ese gasto para "hacer acto de presencia". Conclusión, si no queríamos desmovilizar la Universidad, no debimos haber paralizado las clases. Sin embargo, una vez que las clases están paralizadas y que el gobierno nos amenaza, simplemente no hay marcha atrás, y no podemos reiniciar las clases, y aquí se me salen mis casi 4 años de dirigencia gremial en APUC y FAPUV. Por eso creo que cualquier propuesta, como la tuya, en este momento, bien sea el voto nulo, bien sea el voto blanco, es un salto en el vacío y le haría un gran daño al movimiento. Tenemos una dirigencia y la misma está en manos de la FAPUV. En este momento, no podemos fracturar la posición de la FAPUV. Por una de las pocas veces, en mi vida, espero que nadie siga tu propuesta. Después habrá que sentarse a evaluar, pero por ahora el punch importante sería que el NO-NO-NO ganase abrumadoramente. Un resultado adverso, entre los cuales están el voto nulo y el voto blanco, sería muy perjudicial en un momento en que enfrentamos al peor enemigo que ha tenido, no solo la Universidad sino el país en su totalidad. No olvidemos las características de los fascistas fielmente representadas en los miembros de las cúpulas del gobierno: 1) Resentimiento, 2) Sentido de la oportunidad (Oportunismo), 3) Falta de escrúpulos