lunes, 27 de enero de 2020

Algunos comentarios sobre la gira del Presidente Guaidó




1era entrega- Acertadísimo Giro Estratégico

@asdromero




Cuando comienzo a escribir estas líneas, están unos tertulianos en los desayunos mañaneros de TVE tratando de menoscabar la imagen de Guaidó. ¡Hay que lavarle la cara a Sánchez! Lo cierto es que aquí, la pretensión del novel presidente de España de rebajarle el nivel de interlocución a Guaidó –tercamente concretada a pesar de tener que digerir un mayor costo político-, sumado al oscuro episodio de un encuentro nocturno y a escondidas de uno de los ministros más emblemáticos del Gobierno de Sánchez con la detestada Delcy, ha generado toda una crisis política.

Buen prolegómeno para afirmar, de entrada, que la gira de Guaidó ha sido una muy acertada acometida estratégica. Paso a explicarme. En un audio de 3:34 minutos del 18 de enero, le manifestaba a un apreciado amigo de la política la necesidad de que se reunieran en Caracas, donde se toman las decisiones, a objeto de ingeniar alguna acometida estratégica que les sacara, abruptamente, de la inminente y segura trayectoria hacia la  colisión con un verdadero desastre.

Después del affaire de Calderon Berti, que afectó muy negativamente la imagen de Guaidó y su entorno, aunado casi que inmediatamente al pitazo del diputado Guerra advirtiendo que el Régimen estaba comprando diputados, y la emergencia de estos diputados Parra, Brito, Noriega, etc.. quienes han logrado que muchos nos preguntemos: cómo ha sido posible que tantos bichitos de esos estuviesen infiltrados en una oposición que a estas alturas, con todas las experiencias acumuladas, debía estar más que sobradamente certificada de su blindaje con respecto a ese tipo de contagio bacteriano –ahora sabemos que no lo está-, el rumbo de la oposición lucía francamente extraviado de cualquier posibilidad de endilgarle un “vamos bien”. Lo cierto, como lo reflejaba el tono desesperado de mi audio, es que íbamos muy mal. Es más, el Régimen había retomado una posición de tanta fortaleza que en cualquier momento podía apresar a Guaidó y era muy probable que no ocurriera nada.

Asumido lo anterior como una realidad, -no faltará, por supuesto, quien trate de rebajarle el efecto de la crudeza al retratarla-, la salida de Guaidó hacia el exterior generó el instantáneo efecto de actuar como un ungüento mágico. Cambió todo el escenario. Ya pocos parecen recordar lo mal que estábamos. Ahora todos hablamos de eventos más positivos y aprovechamos para inyectarle a nuestro corazón un cierto fresquito, así sea temporal. Se movió ficha y tuvo resultado. No pretendo decir con esto que escucharon mi audio en esas altas instancias del “lo sabemos todo”, pero tuvieron que sentarse y algo bueno inventaron, gracias a Dios.

Pensando ayer mientras paseaba, después de varios días sin poder hacerlo a causa del inclemente frío además excesivamente ventoso, viendo los portales de los bancos en la Bravo Murillo, se me ocurrió la siguiente metáfora: el tour de Guaidó por el occidente del mundo es como el viaje de un empresario, que habiendo consumido casi todo el crédito que le habían otorgado para concretar su emprendimiento, ya casi quebrado, en las últimas, retorna a los bancos con el objetivo de tratar de convencerles que le otorguen más crédito. Y, al parecer, va teniendo éxito en ello. El que varios de los más importantes líderes del mundo le hayan recibido, Ángela Merkel, Macron y un sorpresivo Boris Jhonson sumado a la lista; que le hayan vuelto a palmear por la espalda  imprimiéndole esa imagen de joven héroe es muy importante para la Oposición en la presente coyuntura –Sánchez apostó a que no pasaría y como es muy malcriadito prefirió tragar grueso y resistirse a lo evidente-.

Puesto en estos términos, Guaidó y su equipo, con esta acometida estratégica ha logrado renovar sus créditos y comprar muy valioso tiempo. Ahora podrá retornar por la vía ancha y el Régimen no creo que se atreva a apresarlo, cuando unos días antes ya lo tenían en salsa. Si lo hicieran, todo ese cónclave de famosos  se pondrían de acuerdo en dar una demostración al mundo del por qué lo son. En definitiva, la gira de Guaidó debemos saludarla como algo muy positivo y que nos ha comprado más tiempo. Es hora de sentarse a pensar qué vamos a hacer con ese tiempo añadido. ¿Más tiempo para qué?

Aparte de este reconocimiento de la gira como un giro acertadísimo de la reingeniería estratégica. Me habría gustado comentar sobre dos aspectos adicionales. Por razones de espacio, los abordaré en posteriores entregas. El caso español, pero esto amerita unas cuantas líneas de antecedentes. ¿Fue bueno, en definitiva, que Guaidó viniera a Madrid?

El otro aspecto tiene que ver con el tópico central del discurso al cual, sino Guaidó, los medios europeos le imprimieron máxima relevancia: ¡Elecciones Presidenciales Libres! ¿Les quedó claro a los europeos que ese ha sido el objetivo perseguido por la oposición institucional liderada por Guaidó? Cese de la Usurpación mediante unas elecciones libres ¿Les quedó claro que se ha sometido esa oposición a todos los infructuosos, y para ella políticamente muy riesgosos, intentos de negociación que se le han planteado? ¿Les quedó claro  que el Régimen ha acumulado incontrovertibles evidencias de no querer someterse a un proceso electoral transparente porque no siente la necesidad para ello? Que ha sistemáticamente demolido cualquier camino conducente hacia un escenario electoral. ¿Les quedó claro? Porque si no, déjenme decirles que a los políticos europeos, en aras de no tener que tomar una crucial decisión, les encanta esconderse detrás del mantra: “Diálogo y Elecciones Libres”.

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