Sobre la Reelección Indefinida
Todo parece
indicar que las venideras elecciones en IPAPEDI van a despertar turbulentas pasiones. ¿Qué
razón existe para que adquieran ese carácter apasionado?
En mi opinión:
el intento del profesor Fermín de reelegirse para un cuarto período al frente de
esa institución. Percibo la activación de muchos profesores alrededor de un
movimiento de resistencia para impedir tan nefasto precedente en nuestra Alma
Máter. Debió haberse generado en el proceso electoral anterior –en la segunda
reelección- cuando todavía el Estatuto de IPAPEDI textualmente permitía una
sola reelección. Ninguno de los ex presidentes de IPAPEDI, entre los que
recuerdo a Víctor Alvarado Henríquez, María Eugenia González, Luis Fermín
Alvarado, Efraín Pérez Ortega, Carlos Alvarado Borjas, etc., se había atrevido a violar dicha norma.
Pues bien,
a través de malabares jurídicos que todavía no están del todo claros, la
Comisión Electoral de aquella oportunidad admitió la candidatura del Profesor
Fermín. En ese momento, debió haberse generado una contundente reacción institucional,
pero no fue así para mi decepción. En lo personal, me abstuve de participar. La
única protesta que se evidenció fue la de un alto porcentaje de votos en
blanco.
Tres años
después, el profesor Fermín se atreve a exhibir groseramente su pretensión de
eternizarse en la Presidencia de IPAPEDI, pero esta vez la reacción ha sido
vigorosa lo cual me reconforta con mi condición de ucista. No puede ser que
habiendo sido testigos del inmenso daño perpetrado a nuestra vida republicana
por el proyecto político chavista que, en cuanto obtuvo su primera elección, no
ocultó su pretensión de eternizarse en el poder; que habiendo reclamado, en consecuencia,
la reiterada violación al principio de alternabilidad democrática, vayamos a
permitir así no más, que una violación a tan caro principio, ahora infinitamente
más valorado, se produzca en nuestras propias narices universitarias sin hacer
nada al respecto. ¡Eso sería incoherencia!
Por ahora,
lo que más me gusta como manifestaciones de esa reacción vigorosa que he
señalado es el surgimiento de una candidatura con excelente formación y perfil
para el cargo como es el caso del Profesor Gustavo Guevara. Me imagino,
conociéndolo, que esta candidatura suya no estaba en sus cálculos. Pero es el
tipo de docente y ser humano a quien le duele mucho todo el deslave
institucional, de manera tal que valorando la coyuntura electoral de IPAPEDI
como un sensible episodio que contribuía a socavar aún más la
institucionalidad, decidió dar un paso hacia adelante. Y lo segundo que más me
gusta es que alrededor del asunto se está generando opinión escrita. ¡Cómo
deber ser en una universidad que se precie de ser universidad!
Por esto, a continuación comparto con ustedes,
en mi blog, la reflexión que el Dr. Frank López, Coordinador de Estudios Doctorales
en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, desarrolla, en estilo epistolar, sobre la
naturaleza indeseable de la REELECCIÓN INDEFINIDA. Aprovecho para aclarar, como
también lo hace Frank en su texto, que esta publicación no es parte de las
estrategias del comando de campaña del Prof. Gustavo Guevara. Lo publico porque
me encanta lo que está ocurriendo en nuestra universidad. ¡Estamos vivos!
Reflexión del prof. Frank López
Estimado
profesor, cuando reflexionamos sobre normas y principios no podemos sino
generalizar, porque, como es obvio, estamos refiriendo los aspectos
universales, aquellos que le son común a los entes, en este caso a las democracias, a las que me
estaba refiriendo. Pero con mucho gusto,
estimado amigo, voy a particularizar el caso que nos ocupa, no obstante, antes
diré que no votaré por ninguno de los dos candidatos en este proceso electoral
viciado de IPAPEDI y que mi opinión, por si alguien llegara a pensarlo, no está
dentro de la estrategia de alguna campaña electoral de algún candidato.
Bien, dicho lo anterior pasaré a lo que nos ocupa. En relación a su argumento de
que "una dictadura no lo hace bien jamás", es evidente que es una
afirmación absolutamente falsa. Y lo es porque esa afirmación sólo es válida
cuando se trata del fortalecimiento de los principios, las virtudes y las
normas democráticas, como Sócrates se lo hizo saber a Callicles hace ya XXVI
siglos y como puede Usted leerlo en la página 156 del Gorgia de Platón, de la
edición de 1972 de Espasa-Calpe.
De modo que su afirmación no es cierta cuando
se trata, por ejemplo, del desarrollo de la infraestructura de obras y
servicios públicos. Y a este respecto yo podría desvirtuar su afirmación sólo
colocándole como ejemplo la extraordinaria gestión pública de un autócrata como
Antonio Guzmán Blanco, pero para evitar que pueda Usted interpretarlo como una
excepción, voy a citar otros ejemplos en Venezuela que desmienten su afirmación.
Por ejemplo, la mayor parte del
desarrollo de las obras públicas de infraestructura y de modernización
corresponden a la gestión de dictaduras como la de Gómez, que unificó la
hacienda pública y creo el sistema de carreteras nacionales que aún se
mantienen; como la de López Contreras fundador de varios ministerios y del
Banco Central de Venezuela; como la de Medina Angarita que entre muchas
cosas creo el Seguro Social Obligatorio
y modernizó la legislación petrolera; o como la de Pérez Jimenez, que modernizó
la infraestructura vial, empresarial y urbana del país.
Ahora bien, en lo que
una dictadura no puede ni podrá hacer cosas buenas es, como le dije y como lo
dijo Sócrates, en lo relativo al orden democrático, porque TODAS las dictaduras,
todas, degradan las bases de la república.
Por otra
parte, estimado amigo, la REELECCIÓN INDEFINIDA, que era mala para Chávez y que ahora es buena
para el profesor Fermín Conde, no sólo acaba con el principio de la alternancia
democrática, que es un principio sustantivo del ejercicio de la democracia,
sino que tiene un efecto perverso y en cascada que termina acabando con las
virtudes cívicas y finalmente con la república. Porque: debilita la
representatividad, toda vez que los cambios inevitables de la voluntad política
general del soberano terminan por no sentirse representados en la voluntad
particular del titular eterno del poder; este hecho quiebra la legitimidad del
sistema de poder; y la quiebra de la legitimidad del sistema de poder debilita la
autóritas cívica del gobernante; que a su vez acaba con la gobernabilidad
democrática y, frente al debilitamiento del control cívico de la república,
termina haciendo necesaria la coacción militar-policial como mecanismo de
control social. Es decir, la abolición del principio de alternancia democrática
desata una fuerza entrópica que termina acabando con el sistema democrático y
por tanto con la república.
A título de ejemplo: Caldera se hizo reelegir
sempiternamente en Copei y desató este proceso entrópico que destruyó la
democracia dentro de ese partido y terminó destruyendo una de las instituciones
democráticas claves para el sostenimiento de la sistema, cuyo efecto fue
importante en el fin de la república que hemos sufrido. Chávez hizo lo mismo
con el PSUV y con la república y los resultados están a la vista. Y el profesor
Conde, a pesar de los buenos deseos de
las personas de buena fe como Usted, no podrá sino hacer lo mismo. Y no sólo
con la democracia interna de IPAPEDI sino que hará su contribución macabra para
el debilitamiento de la ya precaria democracia universitaria.
Y
finalmente, agradezco su observación a mi yerro y, en virtud de mi
agradecimiento, aprovecho para decirle que corrija "dictadura",
porque no se escribe separada. Aunque también puede deberse a las travesuras
del duende del teclado.
Mis saludos y mi aprecio.
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