La Estrategia del Miedo
Asistimos a la reaparición de viejos fantasmas
políticos, entre ellos el populismo. Es la tesis central de un excelente texto
de Manuel Arias Maldonado: “La Democracia Sentimental. Política y Emociones en
el siglo XXI”. “Se trata de movimientos de introversión agresiva caracterizados
por la búsqueda de un chivo expiatorio y por el predominio de las emociones
sobre la razón. El resultado: una amalgama de pasiones muy distinta de la
esfera pública sosegada que los ilustrados soñaron como fundamento para nuestras
democracias”.
Recientemente, tuve la oportunidad de participar en
una reunión en la que se intercambiaban ideas para la elaboración de una
propuesta para IPAPEDI, a los fines de que nuestro instituto de previsión
alcanzase un mayor nivel de sintonía con las ingentes necesidades de nuestros
docentes, a la luz de la muy severa crisis que les golpea. En ella, un profesor
de Ingeniería, el Ingeniero Víctor Carrera, quien se postula para el cargo de Vocal de la nueva junta directiva del Instituto a ser elegida el 19 de
junio, por unos breves minutos se desvió del tema. Lo hizo para manifestar su
inconformidad con el curso que, a su parecer, estaba tomando la campaña de la
opción reeleccionista, a juzgar por lo publicado en las redes
sociales. Todo, muy fuera de contexto. No se percibía la disposición a
confrontar ideas o criterios, sino la apelación constante a emociones
negativas.
Y, muy en particular, hizo referencia a la apelación
al miedo como instrumento de persuasión. Inmediatamente, sus palabras me
hicieron recordar mi muy instructiva lectura del libro de Maldonado. Me
parecieron por demás muy interesantes. Le invité a escribir sobre lo que
sentía. El resultado es el texto que a continuación les comparto en mi blog,
con esta breve presentación en la que no pude evitar traer a colación las líneas
que sintetizan la comprensible preocupación expuesta por el referido autor. ¡Es
una experiencia que en nuestro país ya hemos vivido!
El Miedo como Instrumento de Persuasión en la Política
En los
últimos días, la Universidad de Carabobo, entró en una dinámica que no se observaba
desde aquel "sacudón" que se experimentó con las últimas elecciones
estudiantiles el pasado 14 de noviembre de 2018.
Este
"despertar” ahora resurge en los profesores universitarios, a quienes les
tocará elegir al nuevo equipo que se encargará de regir los destinos del
Instituto de Previsión Social, mejor conocido como IPAPEDI.
Lo que
más revuelo trae a esta perspectiva electoral, es el intento de reelegirse del
actual presidente de la institución, ¡por tercera vez consecutiva! Situación
que prendió todas las alarmas en aquellos que consideramos a la Universidad
como la reserva moral y ejemplo a seguir
en su carácter democrático en estos 20 años de tragedia en el país.
Dicho
lo anterior, aclarado en panorama y
puesta en escena las opciones que van a la contienda; llama
profundamente la atención, algunos argumentos presentados por la fórmula que
desea la reelección. Especialmente, destaca el uso del miedo y la angustia como
punta de lanza para su campaña, cosa que es bastante preocupante. Tratar de
inducir en el pensamiento de los docentes, emociones de este estilo, los cuales
ya estamos lo suficientemente agobiados por la situación del país, es jugar con
nuestra tranquilidad y eso, rompe con
los principios de la sana competencia.
Dentro
de esta campaña se está apuntalando el uso del discurso:
“No es
tiempo de asumir el riesgo de perder lo poco que tenemos”.
Como
por ejemplo: La póliza del HCM. Es decir:
- ¡Si
votas por la otra opción lo vamos a perder todo! –
Utilizando el miedo como arma electoral, tal y
como lo hace el régimen chavista con los sectores de la población más
vulnerables; amenazándolos con la pérdida de
las misiones o la caja del clap, si estos decidiesen apoyar a la
oposición venezolana. Se menosprecia y se descalifica al contrincante.
Pareciera
que en el ámbito político nacional (y de esto no escapa el ámbito politico
local o universitario), como que está de moda el uso del miedo como arma o
argumento de proselitismo y captación de votos. Amenazando con resutados
catastróficos si no gana el candidato que lo aplica.
Este
tipo de campaña es, además de incorrecta, vergonzosa e inaceptable en el ambito
universitario. Es inadmisible que se trate de manipular de
una manera tan decadente al profesorado, apalancándose en las penurías y
necesidades que hoy vive cada docente. Los universitarios somos los encargados
de formar las generaciones futuras, las mismas que estarán al frente del
crecimiento y desarrollo futuro del país. Tratar de esta manera al docente es
procurar causar un daño emocional con nefastas consecuencias, además de dejar
en tela de juicio nuestras capacidades para sembrar en el alumnado las
herramientas necesarias que estos precisarán y requerirán para hacer resurgir
nuestra nación.
Será
necesario entonces, tomar el ejemplo de las elecciones estudiantiles, hacer una
campaña de altura, con argumentos, con propuestas y defendiendo convicciones,
sin caer en la descalificación y desestimación del contrincante. Debemos tener
en cuenta que, IPAPEDI es la caja de ahorros de todos los agremiados y que,
gane quien gane, se debe dejar atrás el revanchismo y la venganza.
¡IPAPEDI es de todos por todo y para todos!
Deseo concluir diciendo que las elecciones en
IPAPEDI son para que los agremiados decidan, según las propuestas, quienes
regirán el destino de ésta en los próximos tres años, no para convertirla en
una pugna de poderes o establecer rivalidades que menoscaben el buen desempeño
de la misma o deteriore el clima de unión y cordialidad que debe imperar en
asociaciones de esta naturaleza.
¡Vamos
pues, luchemos todos juntos por una IPAPEDI más humana, más cercana a las
necesidades inmediatas de sus agremiados!
Víctor
Carrera
@InVictorCarrera
@InVictorCarrera