Manuel Rosales y la dispersión de voces opositoras
Asdrúbal Romero M. (@asdromero)
El texto que a
continuación leerán fue escrito antes del golpe de estado en modalidad “Fujimorazo”
que el Régimen ha activado. Como les resultará obvio, este trascendental acontecimiento
redimensiona la pertinencia de algunos elementos contenidos en este documento. Creo,
sin embargo, que el mensaje central mantiene plena vigencia. Hay conductas que
deben quedar registradas, que no se pueden dejar pasar, así sea en medio de un
terremoto cuyo ruido telúrico tienda a ocultarlas bajo la figura de olvidado
refrito.
Después del
descalabro opositor de finales del 2016,
devino una especie de limbo temporal caracterizado por una
desorientación estratégica que afectó, no sólo a los partidos directamente
comprometidos en el aval concedido al comunicado producto del fracasado
diálogo, sino a los partidos que rechazaron participar en el mismo. ¿Cómo iba a
quedar la Unidad? Era una interrogante a la orden del día, la cual hacía mucho
sentido planteárnosla, evidenciada la importante fractura alrededor de un tema
sustantivo para las fuerzas democráticas. ¿Se podría recomponer la Unidad? ¿En
qué términos y con cuál orientación estratégica concertada?
Con relación al descalabro, debo decir que, a
las primeras de cambio, intentó ser negado por diversos personeros de los
partidos retratados en el previsible fracaso.
La intención duró hasta que los estudios de opinión reflejaron el incontrovertible
rechazo de la opinión pública con respecto a lo acontecido, aunado éste a la
incubación de un creciente sentimiento de desesperanza en la población. Vino en
su auxilio el proceso de validación de los partidos políticos ordenado por el
CNE, lo cual abrió un paréntesis a ese lapso de desorientación estratégica al
cual ya hicimos referencia.
Nos encontramos
dentro de ese paréntesis. Los partidos opositores con mayor apoyo popular
enfrascados en unas jornadas de validación que
les están resultando muy exitosas. Una reestructuración de la MUD que
todavía no se ha hecho sentir, entendible por lo demás. Uno reza porque allí
dentro estén trabajando a marcha forzada en el rediseño de una línea
estratégica que preserve la unidad y pueda ser efectiva de cara al desafío que
viene proponiendo el Régimen. Éste, en su afán de no permitir una salida
electoral, da la impresión de mantenerse apegado a un plan cuidadosamente
preestablecido de continuar avanzando hacia un estadio dictatorial abierto, sin
máscaras democráticas, contando con un apoyo internacional que hasta ahora no
ha sido necesario develar en su total dimensión. Para los que no estamos tan
cerca de los círculos privilegiados de información, las interrogantes que nos
hacíamos antes de entrar al paréntesis siguen teniendo vigencia.
¿Cómo será el
reacomodo estratégico después de las jornadas de validación? ¿Participarán en
él todas las fuerzas que previamente integraban a la Unidad? ¿O, como tan bien
lo expresó un amigo articulista, habrá que “separar el
grano de la paja y dar los pasos para constituir una referencia opositora
consecuente” que no incluya entre sus filas enclaves de la “leal oposición al
señor Maduro”? Esta ácida interrogante consigue su pertinencia, cuando uno lee
declaraciones de un presunto dirigente fundamental de la oposición que,
comunicacionalmente, le hace un muy flaco favor a ésta.
Me refiero al Sr. Manuel Rosales, quien,
mediante comunicado escrito fija su posición con respecto a la posible
aplicación de la Carta Democrática a Venezuela. En él, aunque expresa varios
criterios razonables, suelta la siguiente perla, cito: “La oferta de la
realización de elecciones generales adelantadas no tiene ningún basamento
constitucional, contrario a la realización de elecciones regionales y
municipales, que deben hacerse este año”. Me permitiré hacer los siguientes
comentarios:
1. Ciertamente, no existe la figura de adelantamiento de elecciones
presidenciales en nuestra constitución, pero no puede ser que a un importante
dirigente opositor, al cual se le endilga la condición de avezado político, se
le haya escapado que el planteamiento de unas elecciones generales adelantadas
–que incluyen además de las regionales, la elección presidencial y de una nueva
Asamblea Nacional- ha sido una propuesta asumida por la Unidad, para ser
llevada a la mesa de diálogo como una vía de resolución política a la actual
crisis que tan, dolorosamente, aqueja al país. El Sr. Rosales, líder principal
del partido Un Nuevo Tiempo (UNT), con esa infeliz afirmación se permite
contradecir tal criterio unitario.
2. La fórmula de elecciones generales adelantadas es una propuesta que
tiene su basamento en la correcta auscultación que ha hecho la Unidad de dos
grandes aspiraciones del muy mayoritario pueblo opositor. En primer lugar, se
aspira y se apuesta a una salida electoral y pacífica de esta crisis. El pueblo
ha dado muestras fehacientes de querer votar, de querer despedir a quienes mal
nos gobiernan por la vía de expresar esa decisión suya en las urnas
electorales. Pero además, en segundo lugar, no quiere esperar para eso hasta el
final del período presidencial, porque ya ha internalizado, colectivamente, que
la crisis, como tendencia nefasta, no se detendrá hasta tanto no se produzcan
las medidas correctivas que puedan revertirla. Y, adicionalmente, ya ha quedado
demostrado hasta la saciedad que estos señores carecen de la voluntad y del
requerido conocimiento para poder aplicar tales medidas. El pueblo ya está
cansado del continuado espectáculo alrededor de más de lo mismo.
3. La Unidad bien sabe que el pueblo le acompañará, masivamente, en
cualquier iniciativa electoral tendiente a acabar con esta pesadilla. Por eso
se activó con el Referéndum Revocatorio, que sí era una salida constitucional y
fue el Régimen quien impidió su realización. Tiene sentido entonces,
perfectamente, plantear en la mesa de las negociones políticas las elecciones
generales adelantadas. Así lo entiende el Secretario General de la OEA,
consciente de la existencia de una crisis humanitaria de proporciones
incalculables, y así debiera entenderlo usted también, Sr. Rosales, salvo la
existencia de motivaciones ocultas que no pueda compartir a la luz pública.
4. Constituiría para la Unidad un craso error: centrar la lucha
política en los tiempos por venir en un pedimento exclusivo de elecciones
regionales tal como el Sr. Rosales lo deja deslizar. No porque no se pueda
ganar. El Régimen está tan mal, que las podría perder todas aún con los bajos
índices de participación electoral que se podrían producir al no visualizar los
ciudadanos, en ese evento electoral, el pronto viraje que se requiere para
comenzar a salir de la crisis. El tema es que la unidad de los factores
democráticos no puede darse el lujo de arriar su bandera de “Elecciones
Generales Ya” si no quiere correr el riesgo de acrecentar la incipiente desafección
popular hacia ella y la potenciación de otras alternativas conducente a una
fragmentación significativa del voto opositor –hasta ahora se la ha mantenido
muy minimizada-. Es más, en mi opinión y la de otros analistas: debe enmarcar
esa bandera dentro del llamado general a reivindicar el derecho a elegir, en un
país donde el Régimen ha venido conculcando ese derecho en universidades,
sindicatos, gremios profesionales y en todos los espacios donde se reconoce
perdedor, como ahora también lo pretende hacer en el ámbito regional.
Expresados estos comentarios en los cuales,
además de permitirme criticar la postura del Sr. Rosales –supongo también que
es la de UNT-, hago algunas consideraciones sobre uno de los objetivos
estratégicos que la Unidad debería plantearse en ese rediseño que debería estar
adelantando: “Elecciones Generales Ya”, exteriorizo mi preocupación sobre la
dispersión en voces y criterios de la Unidad Democrática. Es un tema sobre el
cual también es muy necesario tomar medidas. La Unidad no puede correr el
riesgo –insisto en los riesgos- de ser percibida como un saco de movimientos
donde cada uno se moviliza de acuerdo a intereses sectoriales. Máxime
cuando nos enfrentamos a una unidad monolítica
en sus ejecutorias políticas – así adentro se estén cayendo a dentelladas-.
Hay que discutir todo lo que haya que
discutir y hasta donde sea necesario, pero hacia afuera una sola postura, no
ese espectáculo que confunde e, incluso, conduce a sospechar de la preeminencia
de intereses subalternos en desmedro del gran interés general. De persistir
actitudes como la del Sr. Rosales, tendrán las organizaciones consecuentes que
abocarse a separar el grano de la paja.
ASDRUBAL
ResponderEliminarComo centras tus reflexión política en las declaraciones de Manuel Rosales, te confieso que has dedicado un precioso tiempo en una expresión "política electorera" que tiene una carga pesada como es
"una inesperada llegada del exterior para luego ser puesto en libertad" como no ha ocurrido con otros. Manuel Rosales, a mi manera de ver, es un plomo en el ala para la democracia como lo fueron sus maestros que se lanzaban como candidatos por tiempo indefinido. El hace tanto daño como lo hizo su "socio circunstancial en materia electorera", el fallecido Hugo Chàvez Frías. Manuel Rosales està midiendo su capacidad de aceptación o liderazgo con miras a volverse a lanzar, quien sabe si a la gobernación o la alcaldìa. Quien sabe si "entrega" la Alcaldía al PSUV a cambio de que Evelyn, sea la "gobernadora del Estado" y asì, todo sigue peor.