Pagamos los Pasajes Más Caros
@asdromero
en twitter.
“Las líneas aéreas no reciben dólares de Cadivi desde
hace casi un año y consideran el país como destino riesgoso”. Lo dice El
Nacional en un subtítulo de la noticia con la cual encabezó su portada del
sábado 4 de septiembre. Esta es la verdadera y simple razón por la cual los
venezolanos, a pesar de que, en teoría, tenemos el beneficio de comprar
nuestros pasajes aéreos a la tasa de cambio oficial, hemos visto como el costo
de los mismos se ha venido incrementando en los últimos años, aceleradamente, a
un ritmo muy por encima de los cambios que se han producido en la susodicha
tasa de cambio.
¿Cómo puede ser esto posible cuando la tasa de cambio
se mantiene inalterable? Muy fácil: inflan el valor del pasaje en dólares. Si
usted busca en la red el costo “normal” (“advance purchase price") de un
pasaje ida y vuelta entre Aruba y el aeropuerto internacional de Miami, podrá conseguirlo
a $ 698 en una prestigiosa línea aérea que también opera en Venezuela (http://www.farecompare.com/flights/Aruba-AUA/Miami-MIA/market.html). Si se dispone con tiempo a buscar ofertas,
conseguirá opciones tan económicas como una que yo mismo pude concretar a un
precio de $ 445. Selecciono Aruba como punto de comparación, por cuanto su
proximidad geográfica con nuestro país me permite suponer que los costos en
dólares de los vuelos que unen a esa preciosa isla con Miami, deberían ser muy
similares a sus pares entre nuestros principales aeropuertos y el mismo
destino.
Ahora mismo, si usted se dispusiera a buscar un pasaje
para los primeros días de noviembre (supuestamente temporada baja) entre
Maiquetía y Miami, no lo conseguirá por menos de Bs 14000 –redondeando y sin
incluir impuestos y tasas adicionales-. La sencilla operación de dividir este
monto entre la tasa oficial de Bs 6.30 por dólar, le arrojaría un valor del
pasaje en $ 2222, es decir: más del triple del costo normal que referenciamos
para el caso de Aruba. Conclusión: los venezolanos estamos comprando los pasajes
aéreos más caros de esta parte del planeta, cuando los expresamos en la moneda
que se utiliza internacionalmente para la compra y venta de este tipo de bien. Antes
de analizar más en profundidad esta conclusión, quiero dejar constancia que
actué con extrema moderación al buscar las opciones de comparación. Si hubiese
querido escandalizar más, habría podido, perfectamente, elegir opciones en las cuales el resultado de
la comparación habría sido mucho más exagerado (bastaría con que usted
pretendiera adentrarse en su búsqueda hacia las fechas decembrinas).
Resulta un hecho innegable e inocultable que las
líneas aéreas, a los efectos de fijación de sus tarifas en Venezuela, están
trabajando con un valor “escondido” del dólar, el cual se ubicaría entre la
tasa oficial y el innombrable. Supóngase, a manera de ejercicio, que el tal
valor escondido fuese de Bs 30 por dólar y que el precio justo, en términos
equitativos, para una ruta aérea partiendo de Venezuela fuese de $ 800,
entonces la línea valuaría el costo de ese pasaje a Bs 24000, pero como
requiere mantener anclado el precio en dólares del pasaje a la tasa oficial,
divide este último monto entre 6,30 y fija el precio en $ 3810. Como pueden
ver, un precio en dólares totalmente inflado e irreal, pero que sirve para
ocultar una de esas tantas distorsiones a las que se ha habituado la economía
de nuestro país a cuenta de pretender seguir manteniendo una ficción. Una
distorsión de similar naturaleza a la que produce el contrabando masivo de
alimentos y gasolina en la frontera, o la que produce miles de viajeros
fantasmas que pretenden sacar provecho del desorden cambiario raspando los
cupos en sus tarjetas de crédito sin moverse de su casa.
Como no soy experto en asuntos turísticos, ni
conocedor de lo que pueda ser la realidad del manejo económico de las líneas
aéreas en nuestro país, considero muy pertinente aclarar que, quizás, ese valor
“escondido” del dólar con el cual cada una de ellas trabaja y cuyo monto exacto
se desconoce, pudiera corresponder a un valor “justo” teniendo en cuenta el
prolongado retardo con el que CADIVI honra el compromiso de entregarles los
dólares, la incertidumbre que ellas deben tener en cuanto a esa cuantiosa deuda
y otros muy altos costos que son “propios” de este insólito país, según señala
Humberto Figuera, Presidente de la Asociación de las Líneas Aéreas Venezolanas
–alude en su declaración a mayores costos de seguridad, retrasos en los
terminales y el tema laboral-. ¿Qué tanto puede ser especulación y qué tanto
puede ser justo en esto de la inflación en dólares de los pasajes aéreos que
los venezolanos consumimos? Es una pregunta muy difícil de responder por un
lego en la materia. Más que criticar a las líneas aéreas, lo que pretendo es
dejar en evidencia que existe una situación que viene siendo manejada con
extrema opacidad y de la cual los venezolanos venimos siendo víctimas, directa
e indirectamente (el Estado Venezolano termina cancelando unas tarifas en
dólares llamativamente elevadas y lo hace con dólares que son de todos nosotros).
Hasta ahora, la sensación que uno tenía es que el Gobierno venía haciéndose de
la vista gorda, quizás en reconocimiento implícito a su condición de pésimo
pagador. Finalmente, el Instituto Nacional de Aeronáutica Civil ha dado señales
de su disposición a corregir el entuerto. Ojalá proceda con conocimiento de
causa y sindéresis, no sea que termine ocurriendo que nos quedemos sin pasajes
aéreos, ya tenemos suficiente con lo que se nos viene encima en cuanto a los
automóviles y las clínicas privadas.
No puedo dejar de mencionar, ya para finalizar, un
problema adicional que ocasiona la inflación exorbitante en dólares de nuestras
tarifas de transporte aéreo internacional. A fin de mantener una coherencia
externa, las líneas se han cuidado de ofrecer las mismas tarifas para los
viajes hacia Venezuela. Recién me percaté de esto a raíz de una situación
familiar, si usted está en el exterior y por alguna razón de urgencia se ve en
la necesidad de viajar hacia acá, prepárese a que lo asalten así sea pagando
con dólares de verdad. Difícil con esos altos costos que los turistas quieran
venir para acá, o traer algunos invitados internacionales para un evento
científico o humanístico. Recientemente leí que el VII Foro Internacional de
Filosofía de Venezuela tuvo que suspenderse por las dificultades que se
presentaron para traer a los invitados del exterior. Me llamó mucho la atención
la carta pública de protesta que se difundió al respecto. Decía: “Las líneas
aéreas que sirven los vuelos desde el exterior hacia Venezuela arreciaron
el bloqueo que desde hace un tiempo le vienen aplicando a nuestro país por el
tema del control de las divisas y se han concertado para suspendernos toda
venta de boletos aéreos que se originen en otro país. Hicimos todo el esfuerzo
y presionamos por distintos medios, pero sólo obtuvimos la negativa por
respuesta. Sin duda que esto forma parte de la guerra económica y del intento
de aislamiento que la burguesía internacional, siguiendo instrucciones del
Norte, ha desatado contra el proceso bolivariano”. Tristeza fue lo que me
produjo este comunicado hecho por unos intelectuales. Mientras no entendamos
que estos problemas se originan a partir de un manejo profundamente distorsionado
de nuestra propia economía, veremos conspiraciones donde no las hay. Las
perspectivas extremas, muy propias de nuestro estado de polarización, no
contribuirán en nada a una solución que requiere de la búsqueda del justo
medio. Mientras no haya solución, seguiremos padeciendo los consumidores y el
aislamiento internacional del país se irá acentuando progresivamente.
Excelente artículo amigo, yo soy uno de los tantos afectados en este país bizarro.
ResponderEliminarLG
Marico
ResponderEliminar