Asdrúbal Romero M. (@asdromero)
I-Propagandas para reír y/o llorar
Los
venezolanos no podemos tapar el sol con un dedo. Sabemos que la cosa está muy
dura. Con este audio comienza una de las múltiples propagandas manipuladoras
que, reiteradamente, ha emitido el Gobierno con la finalidad de tergiversar la
realidad (https://www.youtube.com/watch?v=rsYJr5uDmR8).
Más adelante, la madre protagonista que cuando niña comía alimento para perro,
según el guión, nos dice: Definitivamente, hoy vivimos mejor que antes. Hoy
tenemos que comer. Tenemos vivienda. Tenemos salud. Tenemos educación gratuita…
¿Qué
pueden pensar la inmensa mayoría de los venezolanos que están padeciendo la
peor crisis social desde la Guerra Federal, cuando no pueden sustraerse de ser
recipiendarios de un mensaje tan humillante a su inteligencia como ese? Además
de indignación, a mí me ha dado por pensar si el Régimen habrá valorado cuál es
el efecto real sobre los pretendidos destinatarios de una campaña
comunicacional centrada en mensajes de ese estilo. No se puede tapar el sol con publicidad
evidentemente engañosa. Su efecto debe estar siendo exactamente el inverso al
planificado, cuando se pretende de manera tan burda alterar la realidad. A la gente no le gusta que la tomen por
estúpida. Ya a esta altura son muy pocos, poquísimos, los fanáticos
ideologizados que podrían tragarse ese cuento que da la impresión, más bien, de
ser algún negocio de un boliburgués con una empresa de publicidad pagándole
jugosa comisión a un enchufado dentro del Ministerio de la Desinformación.
Traigo a colación este pensamiento-
sensación no porque me preocupe la efectividad comunicacional del Gobierno.
Todo lo contrario, que siga así. Sino porque en la Universidad de Carabobo, en
connivencia con la Gobernación del Estado, se está dando, con el tema de la
Inseguridad, una confabulación publicitaria de corte muy parecido.
II-La noticia y su contexto
Me remito a los hechos, sin mayores
preámbulos. “Comunidad de la UC se
siente segura” es el titular de una noticia aparecida en NOTITARDE el 3 de junio. En su interior:
foto de unos motorizados de la detestada GNB subtitulada “La comunidad universitaria agradece las medidas de seguridad conjunta
de Gobernación y autoridades UC”. También,
las declaraciones de un representante estudiantil de la FCU cantando loas al
Gobernador Ameliach, cito: “Es importante destacar que en años anteriores,
nunca la Universidad de Carabobo fue tomada en cuenta por los gobiernos que
pasaron, pero gracias a la revolución y al Gobernador Bolivariano del estado
Carabobo hemos tenido soluciones”.
Para quienes sí conocemos la historia y la
realidad de lo que está aconteciendo en materia de seguridad al interior del
Campus, equivaldría a tomarse un litro de indignidad quedarse callado ante esta
pretensión, de utilizar el nombre de nuestra venerable alma máter en la
construcción de un relato publicitario exaltador de la imagen pública del
Gobernador el cual, además, está absolutamente reñido con la verdad.
Pongamos las cosas en su lugar. Hay que
señalar, lo primero, que el gobernador de nuestro estado está colocado dentro
de la lista de los diez personajes con mayor poder político dentro de este nefasto
régimen (cuenta la reciente historia oficialista que cuando Chávez iba a partir
hacia Cuba, designó a Ameliach como el tercer vértice del triángulo de máximo
poder del PSUV en aras de que los otros dos –Maduro y Cabello- no terminaran devorándose
a mortales dentelladas). Nadie puede plantearse algún género de duda: ¡Ameliach es un
actor en rol principal de este crimen
continuado contra el país! Mal puede erigirse, entonces, en la figura salvadora
con relación a temas cuyo deterioro extremo es de la exclusividad
responsabilidad del Régimen. Es como si el verdugo quisiese convertirse, por
obra y gracia de la publicidad, en un alter ego protector de los carabobeños de
todos los males y vicios que el chavismo ha sembrado a lo largo y ancho de
nuestra pobre Venezuela.
Carabobo no escapa al problema de hambre que
aqueja al país, pero uno observa: cómo a través de los medios de comunicación
que él controla se difunde, diariamente, una costosa campaña para publicitar
las insuficientes cantidades de bolsas de comida que la Gobernación reparte. Los
testimonios de agradecimiento al “Benefactor” son parte de la utilería para
intentar esconder el meta mensaje que algunos no podemos dejar de recibir: soy importante
copartícipe de tu empobrecimiento hasta los tuétanos, pero agradéceme que no te
dejo morir.
Como a la Universidad: el Régimen la ha
puesto de rodillas en el más oscuro reinado de su inviabilidad, pero uno de sus
generales, Ameliach, le exige reconocimiento a cambio de la entrega de cincuenta
míseros cauchos y algunas baterías para que la flota de transporte no deje de
circular, para que algunas iguanas en agónico estado de deterioro sigan yendo a
los pueblos vecinos, a buscar un número cada vez menor de estudiantes ya que el
alto costo de la vida les ha truncado a muchos el deseo de ser algún día
profesionales universitarios. El pactado
acto de reconocimiento se hizo. Y nos mordimos la lengua. Uno puede comprender
la posición PERDER- PERDER en la que el Régimen ha colocado a la alta gerencia
universitaria. Si optan por un camino es malo. Denunciar desde la majestad de
la Academia: la auténtica verdad sobre cómo la universidad pública y autónoma
ha sido destruida por estos déspotas, implica el riesgo de sacrificar la exigua
y mediocre operatividad que todavía se mantiene en pie. Pero el otro, el de
rebajarse a admitir que lo que es un deber se tenga que publicitar como
generosa dádiva, implica un sacrificio de valores y dignidad que ya va siendo
intolerable. ¿Hasta qué límite llegamos en eso de rendirle pleitesías al
verdugo?
III- La dantesca realidad
¿Hasta dónde alcanza nuestra cota máxima de
tolerancia ante esa ópera bufa? Debe ser obvio de este texto que la mía ha sido
sobrepasada. Lo ha logrado esa engañosa campañita “UC SEGURA” en la que parecen
confluir intereses de los dos lados, autoridades y gobierno regional, en querer
crearle a la comunidad una falsa sensación de seguridad. Cuando la verdad es
que ambos se han ganado un vergonzoso NC –No cursó- en la asignatura de
brindar una medianamente adecuada protección tanto a las personas como a los
bienes dentro de la UC. Todos los días,
¡todos!, ve uno a través de las redes sociales denuncias: profesor de
Ingeniería atracado con sus alumnos en pleno salón de clase; estudiantes de
Ciencias de la Salud, u Odontología, encañonados en el Psiquiátrico para quitarle
sus pertenencias; los amigos de lo ajeno sustrajeron cinco aires acondicionados
y varias computadoras del Departamento X y así podríamos continuar ad infinitum.
No sólo es el riesgo físico y de perder la
vida que corren las personas naturales. El patrimonio de la UC está siendo
saqueado a mansalva. La Dirección de Control de Estudios Central, lo que ahora
llaman DIGAE, lleva casi tres semanas paralizada-una dirección tan neurálgica
como esa-, porque los choros tuvieron la oportunidad de trabajar varias noches
seguidas para dejar sin servicios a esa dependencia. La primera noche
desarmaron y se llevaron todas las tuberías de cobre de las unidades de Aire
Acondicionado y varios ramales de alimentación eléctrica de las mismas. En la
segunda noche, aunque existe una versión de que también hubo una tercera,
concluyeron cómodamente su labor y terminaron por llevarse todo lo que les
faltaba: acometidas eléctricas –cable costoso y difícil de conseguir-, el resto
de los conductores eléctricos para alimentación de luminarias y tomacorrientes,
breakers, etc. Dejaron totalmente inoperativa a esa dependencia y al director
pegando gritos de la “arrechera”. No sin razón. ¿Cómo pudieron trabajar tan
libremente la segunda noche, y hasta la tercera, cuando ya PIPSUC estaba
informada de lo que había ocurrido la primera? ¿Cómo se explica tanta desidia?
A veces es necesario caer al nivel de las
tuercas y los tornillos, aunque no sea muy de mi agrado, porque cuando se
denuncian cosas tan graves de manera muy general, hablamos antes de un vergonzoso NC, se corre el riesgo de perder credibilidad sino se acompaña la denuncia con
hechos concretos, el nitty- gritty
del asunto. En esta columna no se denuncia por denunciar. Más bien todo lo contrario.
Cuando se llega a ello, es porque nuestras neuronas están tan despolarizadas
por tantos disparos pre sinápticos, que no les queda más remedio que dispararse.
Este sonado caso así como algunos otros que no voy a mencionar, evidencian una
carencia gerencial interna que ha convertido a la Dirección de Seguridad
Interna, PIPSUC, en una sombra de lo que era. Justo cuando el desastroso
contexto externo de florecimiento exponencial y sin límite de la delincuencia e
impunidad aconsejaba todo lo contrario.
IV-Alianza antinatura con el verdugo
No obstante, a pesar de las falencias
institucionales en esa materia, sigo manteniendo que el responsable principal
de la crisis de inseguridad interna es el Gobierno Nacional, con uno de sus
“gobernadores estrella” incluido, porque ha sido esta gestión revolucionaria la
que nos ha retrotraído a este estadio pre barbárico de una guerra de todos
contra todos. Ha sido esta la razón por la que unas autoridades universitarias,
con el consentimiento mayoritario de la comunidad, se han visto en la necesidad
de recurrir a los organismos públicos de seguridad a fin de poder mantener el
orden y la seguridad dentro de la Institución. ¡El recurso del ahogado! Algo
que era impensable en aquellos tiempos de los “gobiernos que pasaron”, de los cuales el joven representante de la FCU
habla sin saber nada, porque la comunidad no lo habría tolerado.
La seguridad interna siempre fue de la
competencia y responsabilidad exclusiva de las instituciones, de conformidad a lo
preceptuado por el artículo séptimo de la Ley de Universidades –el cual preveía
una excepción muy pocas veces utilizada-. Siempre fue un tema complejo; un
auténtico quebradero de cabeza para Rectores y Vicerrectores Administrativos. Los
indicadores de desempeño en esta área de gestión siempre estuvieron distanciados
de lo óptimo, pero nada que ver con este desastre actual en el que la
descomposición del país se nos cuela a través de la más mínima rendija.
No me venga entonces este gobernador con la
pretensión de incorporar a nuestra alma máter en su portafolio comunicacional
de publicidad engañosa. Es su deber coadyuvar a mejorar la seguridad dentro de
la UC y punto. No hay nada que agradecerle. Máxime cuando él ha sido agente
activo del problema y hasta ahora mal protector. El rol de las autoridades es
exigir verdadera protección. No creo, a estas alturas, que deban seguir siendo
cooperantes por omisión de esa pretensión de erigirse en el “Benefactor de la
Universidad”. Ni buscar tapar sus propias carencias mimetizándose, también,
bajo una campaña engaña bobos como las que acomete el gobierno. La universidad
es una comunidad intelectual. Cada cual sabe perfectamente lo que realmente
acontece dentro del campus universitario. ¿A quién creen que pueden engañar?
Desde las cornisas más altas del edificio
de FACES, todos los días, unas gigantescas pancartas les recuerdan a los transeúntes
comunitarios lo insegura que está la Universidad. En el interior de sus
cerebros, la cadena de texto “UC Segura” activa las neuronas que recargan la conciencia
con el mensaje contrario. El malestar que reina con relación a la campaña
manipuladora se profundiza. Algunos se preguntan si la cúpula universitaria no
habrá perdido contacto con la realidad. Otros, los que habrán leído la noticia publicada
en NOTITARDE, pensarán que los mochos
se juntan para rascarse. Lo peor que podría pasar es que los universitarios
llegasen a internalizar esa sociedad de
intereses con el verdugo como algo razonable, cuando moralmente, al menos para
mí, es antinatura. ¿Hasta cuándo ese flirteo con quien tanto daño nos ha
perpetrado?